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Excodra XXXV: La descendencia

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<strong>La</strong> luna en los cristales<br />

María José Díaz<br />

Decía que solía cantar en la ducha para afinar su voz. Al menos así<br />

dijo en una entrevista que la hicieron en la radio unos meses antes de<br />

morir. Tenía una voz grandiosa. Sus padres se dieron cuenta muy pronto<br />

de su talento, ya cuando tenía cinco años se podía percibir en el timbre<br />

esponjoso y profundo de su voz. Bromeaban con el hecho de que<br />

sería cantante. Igualmente, nada ocurrió hasta que cumplió doce años<br />

y, aunque en los coros de las fiestas del colegio iba sorprendiendo, no<br />

fue hasta que conoció a Susana, o más bien Susana a ella, la hermana<br />

mayor de una compañera de su clase, de dieciocho años, que viéndola<br />

cantar en su aniversario, se quedó profundamente hechizada por sus<br />

palabras para abrir la puerta del viaje que sería su vida. Estaban celebrando<br />

la fiesta de sus doce años en el parque grande al lado del puente,<br />

Susana estaba paseando con su pareja y se iba a acercar allí para<br />

darle una sorpresa a su hermana Verónica. Antes de llegar a abrazarla<br />

medio de escondidas, escuchó la voz de Carmen, a dúo con otra amiga,<br />

en plena euforia de azúcar y niñez saliendo por la ventana, berreando<br />

una canción de Pereza, <strong>La</strong>dy Madrid, creo que sería. Susana se apretó a<br />

su novio, había notado algo grande, algo que no se escucha ni sucede<br />

con normalidad, fuera de lo común, pero como si sólo ella lo hubiera<br />

percibido. No dijo nada de lo que había sentido y fue a saludar a su<br />

hermana, olvidándose de la sorpresa y del abrazo que había imaginado<br />

darle hacía un momento.<br />

Susana llevaba unos meses ensayando en un local de las afueras con<br />

dos amigas, fantaseando con formar una banda de punk. Al llegar a<br />

casa por la noche se lo comentó a sus padres, la voz tan increíble que<br />

había escuchado, saliendo del menudo cuerpo de la amiga de Verónica.<br />

Les consultó si era una locura que cantara con sus amigas, en su pequeño<br />

grupo, o decirle a los padres que la llevaran a estudiar música, o<br />

ambas cosas, pero que tenía que hacer algo, que sabía que aquello estaba<br />

fuera del límite de lo normal y que esa chica podría ser una cantante<br />

<strong>La</strong> <strong>descendencia</strong> 23 <strong>Excodra</strong> <strong>XXXV</strong>

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