TU REVISTA JUNIO 2017

Dejar el pañal es un proceso muy lento, das un paso hacia delante y dos
hacia detrás, no existen métodos milagros ni lo que funcione a un niño, le
funciona a todos.
Tenemos que tener en cuenta que nuestros bebés tienen que madurar el
control de esfínteres, y no todos maduran ni en la misma edad ni de la
misma manera. Tampoco existe una mejor época para quitárselo, es cierto
que con el buen tiempo parece mejor y llevan menos ropa, pero estemos
donde estemos podemos cambiarlo sin llegar a que pase frío. Imaginemos
que en diciembre esta preparadísimo para retirarlo, ¿qué hacemos?
¿Esperamos al buen tiempo...? No debemos, si está listo debemos ayudarle
a que lo consiga para no retroceder y esperar...
No hay que premiar ni castigar, no es una competición, la satisfacción de
conseguir metas e ir creciendo ya es un premio. Aquí debo decir que yo el
único premio que le deba es el de un abrazo de campeona, y sí, alguna riña
por hacerse encima, pero es que si lo pedía, había que dejar lo que estaba
haciendo decidía que como no le apetecía perderse nada se lo hacía
encima y eso me daba mucha rabia.
No hay que obligar a estar tres horas sentado, y hasta que no haga no
levantarse pues puede acabar en frustración y además, así no lo controla.
Tiene que hacerlo cuando toca.
Una vez empecemos no hay vuelta atrás, si está listo lo conseguirá,
tarde lo que tarde, pero no podemos liarlos con ahora sí le pongo pañal,
ahora no, ahora sí... Al final es un lío. Ni si quiera por si tiene un escape
cuando está en el coche o en el sofá, recomiendo empapadores para la
sillita y también en el sofá hasta que lo controle.
Hay que ponerle
ropa cómoda para que
él solito pueda
quitársela y luego
ponérsela.
Poco a poco, en el
cole siguiendo las
premisas anteriores,
iban sentando a los
nenes en el wc, en el
cambio del pañal, unas
veces salía y otras no,
pero ya empezaban a
conocer las nuevas
metas, y nuevas
situaciones, empezaban
a conocer el medio.
Cuando la profe vio que Lydia estaba preparada, me avisó un viernes en
una reunión los pasos a seguir y lo que hacer (ya os lo he comentado
anteriormente). Entonces me preguntó que si estaba dispuesta a empezar
se lo quitábamos esa misma tarde... “¡¡UF!! ¡¡Que me ha pillado en
pañales!!” Pensé.
Ese fin de semana fue horroroso, el sábado fue genial, el domingo no
tanto, y el lunes empezó lo bueno. Tuvo algún escape esa semana pero
como bien me dijo su profe, estaba lista, y seguimos las indicaciones, y en
el momento que dejé de preguntar y de agobiarla, ella empezó a pedirlo y a
no hacerse encima. En la segunda semana estaba todo controlado, ningún
escape, y empecé a no llevar más de una muda al parque, que es donde
más tiempo pasábamos.
Lo que sí nos ha costado fue el tema heces, les cuesta un poco más y
ahí sí probé de todo, a pesar de las indicaciones y recomendaciones que no
funcionaban. La premié con chuches, galletas, juguetes... ¡Y me estaba
equivocando! La tenía sentada hasta que hiciera, y los enfados aparecían...
Y volví a recapacitar… Teniendo en cuenta que el control del esfínter no es
casi perfecto hasta los 3-4 años y que Lydia no los tenía, dejé de regañar,
de premiar y no le di más importancia. Le leía algún cuento en horas que
sabía que haría y ella sola maduró su control.
Esta ha sido nuestra experiencia con la pequeña Lydia y los pañales,
una etapa complicada pero gratificante de ver cómo va creciendo a pasos
agigantados.
Mucha suerte si estás en esta etapa o si empezáis, y mucha mucha
paciencia, lo conseguirán. Si queréis saber más detalles de cómo trabaje
esta etapa no dudéis en contactar conmigo slopezcabrejas@gmail.com
Hasta pronto.
Silvia López
https://twitter.com/silviavlc
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