13.07.2017 Views

palabras_de_vida_del_gran_maestro EGW

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lo recibirán. El <strong>de</strong>splegará ante ellos los misterios <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong> los cielos, y estos misterios serán entendidos por el<br />

corazón que anhela conocer la verdad. Una luz celestial brillará en el templo <strong>de</strong>l alma, la cual se revelará a los<br />

<strong>de</strong>más cual brillante fulgor <strong>de</strong> una lámpara en un camino oscuro.<br />

"El sembrador salió a sembrar".* En el Oriente, el estado <strong>de</strong> las cosas era tan inseguro, y había tan <strong>gran</strong><strong>de</strong> peligro <strong>de</strong><br />

violencia, que la gente vivía principalmente en ciuda<strong>de</strong>s amuralladas, y los labradores salían diariamente a<br />

<strong>de</strong>sempeñar sus tareas fuera <strong>de</strong> los muros. Así Cristo, el Sembrador celestial, salió a sembrar. Dejó su hogar <strong>de</strong><br />

seguridad y paz, <strong>de</strong>jó la gloria que él tenía con el Padre antes que el mundo fuese, <strong>de</strong>jó su puesto en el trono <strong>de</strong>l<br />

universo. Salió como uno que sufre, como hombre tentado; salió solo, para sembrar con lágrimas, para verter su<br />

sangre, la simiente <strong>de</strong> <strong>vida</strong> para el mundo perdido.<br />

Sus servidores <strong>de</strong>ben salir a sembrar <strong>de</strong> la misma manera. Cuando Abrahán recibió el llamamiento a ser un<br />

sembrador <strong>de</strong> la simiente <strong>de</strong> verdad, se le or<strong>de</strong>nó: "Vete <strong>de</strong> tu tierra y <strong>de</strong> tu parentela, y <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> tu padre, a la<br />

tierra que te mostraré". "Y salió sin saber dón<strong>de</strong> iba".* Así el apóstol Pablo, orando en el templo <strong>de</strong> Jerusalén,<br />

recibió el mensaje <strong>de</strong> Dios: "Ve, porque yo te tengo que enviar lejos a los gentiles".* Así los que son llamados a<br />

unirse con Cristo <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>jarlo todo para seguirle a él. Las antiguas relaciones <strong>de</strong>ben ser rotas, <strong>de</strong>ben abandonarse<br />

los planes <strong>de</strong> la <strong>vida</strong>, <strong>de</strong>be renunciarse a las esperanzas terrenales. La semilla <strong>de</strong>be sembrarse con trabajo y lágrimas,<br />

en la soledad y mediante el sacrificio.<br />

"El sembrador siembra la palabra".* Cristo vino a sembrar el mundo <strong>de</strong> verdad. Des<strong>de</strong> la caída <strong>de</strong>l hombre, Satanás<br />

a estado sembrando las semillas <strong>de</strong>l error. Fue por medio <strong>de</strong> un engaño como obtuvo el dominio sobre el hombre al<br />

principio, y así trabaja todavía para <strong>de</strong>rrocar el reino 20 <strong>de</strong> Dios en la tierra y colocar a los hombres bajo su po<strong>de</strong>r.<br />

Un sembrador proveniente <strong>de</strong> un mundo más alto, Cristo, vino a sembrar las semillas <strong>de</strong> verdad. Aquel que había<br />

estado en los concilios <strong>de</strong> Dios, Aquel que había morado en el lugar santísimo <strong>de</strong>l Eterno, podía traer a los hombres<br />

los puros principios <strong>de</strong> la verdad. Des<strong>de</strong> la caída <strong>de</strong>l hombre, Cristo había sido el Revelador <strong>de</strong> la verdad al mundo.<br />

Por medio <strong>de</strong> él, la incorruptible simiente, "la palabra <strong>de</strong> Dios, que vive y permanece para siempre",* es comunicada<br />

a los hombres. En aquella primera promesa pronunciada a nuestra raza caída, en el Edén, Cristo estaba sembrando la<br />

simiente <strong>de</strong>l Evangelio. Pero la parábola se aplica especialmente a su ministerio personal entre la gente y a la obra<br />

que <strong>de</strong> esa manera estableció.<br />

La palabra <strong>de</strong> Dios es la simiente. Cada semilla tiene en sí un po<strong>de</strong>r germinador. En ella está encerrada la <strong>vida</strong> <strong>de</strong> la<br />

planta. Así hay <strong>vida</strong> en la palabra <strong>de</strong> Dios. Cristo dice: "Las <strong>palabras</strong> que yo os he hablado, son espíritu, y son <strong>vida</strong>".<br />

"El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene <strong>vida</strong> eterna".* En cada mandamiento y en cada promesa<br />

<strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios se halla el po<strong>de</strong>r, la <strong>vida</strong> misma <strong>de</strong> Dios, por medio <strong>de</strong> los cuales pue<strong>de</strong>n cumplirse el<br />

mandamiento y la promesa. Aquel que por la fe recibe la palabra, está recibiendo la misma <strong>vida</strong> y carácter <strong>de</strong> Dios.<br />

Cada semilla lleva fruto según su especie. Sembrad la semilla en las <strong>de</strong>bidas condiciones, y <strong>de</strong>sarrollará su propia<br />

<strong>vida</strong> en la planta. Recibid en el alma por la fe la incorruptible simiente <strong>de</strong> la Palabra, y producirá un carácter y una<br />

<strong>vida</strong> a la semejanza <strong>de</strong>l carácter y la <strong>vida</strong> <strong>de</strong> Dios.<br />

Los <strong>maestro</strong>s <strong>de</strong> Israel no estaban sembrando la simiente <strong>de</strong> la Palabra <strong>de</strong> Dios. La obra <strong>de</strong> Cristo como Maestro <strong>de</strong><br />

la verdad se hallaba en marcado contraste con la <strong>de</strong> los rabinos <strong>de</strong> su tiempo. Ellos se espaciaban en las tradiciones,<br />

en las teorías y especulaciones humanas. A menudo colocaban lo que el hombre había enseñado o escrito acerca <strong>de</strong><br />

21 la Palabra en lugar <strong>de</strong> la Palabra misma. Su enseñanza no tenía po<strong>de</strong>r para vivificar el alma. El tema <strong>de</strong> la<br />

enseñanza y la predicación <strong>de</strong> Cristo era la Palabra <strong>de</strong> Dios. El hacía frente a los inquiridores con un sencillo:<br />

"Escrito está". "¿Qué dice la Escritura?" "¿Cómo lees?" En toda oportunidad, cuando se <strong>de</strong>spertaba algún interés,<br />

fuera por obra <strong>de</strong> un amigo o un enemigo, él sembraba la simiente <strong>de</strong> la palabra. Aquel que es el Camino, la Verdad<br />

y la Vida, siendo él mismo la Palabra viviente, señala las Escrituras, diciendo: "Ellas son las que dan testimonio <strong>de</strong><br />

mí". "Y comenzando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Moisés, y <strong>de</strong> todos los profetas, <strong>de</strong>clarábales en todas las Escrituras lo que <strong>de</strong> él<br />

<strong>de</strong>cían".*<br />

Los siervos <strong>de</strong> Cristo han <strong>de</strong> hacer la misma obra. En nuestros tiempos, así como antaño, las verda<strong>de</strong>s vitales <strong>de</strong> la<br />

Palabra <strong>de</strong> Dios son puestas a un lado para dar lugar a las teorías y especulaciones humanas. Muchos profesos<br />

ministros <strong>de</strong>l Evangelio no aceptan toda la Biblia como palabra inspirada. Un hombre sabio rechaza una porción;<br />

otro objeta otra parte. Valoran su juicio como superior a la Palabra, y los pasajes <strong>de</strong> la Escritura que ellos enseñan se<br />

basan en su propia autoridad. La divina autenticidad <strong>de</strong> la Biblia es <strong>de</strong>struida. Así se difun<strong>de</strong>n semillas <strong>de</strong><br />

incredulidad, pues la gente se confun<strong>de</strong> y no sabe qué creer. Hay muchas creencias que la mente no tiene <strong>de</strong>recho a

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