TAST SETEMBRE-OCUTBRE 2018

nº21
REVISTA DIGITAL DE LA ASOCIACIÓN DE MAESTROS ROSA SENSAT
DICIEMBRE 2017
latinoamericana
Edita Redacción Coordinación Consejos Apoyos
in-fan-cia
reflexiones pedagógicas
Niños de ninguna parte
sumario
editorial
tema
entrevista
cultura y
expresión
experiencias
reflexiones
pedagógicas
historia de la
educación
los 100
lenguajes
de la infancia
Los procesos de desterritorialización que se producen
por las constantes pérdidas de sus referencias debido
a las mudanzas, encuentran en el espacio escolar una
contraposición a esta situación. Este se constituye
como un verdadero lugar de vivencia de “ser niño”, son
escenarios que hacen posible que emerjan las “cosas
de niños”.
Juegos, cuentos, literatura, establecimiento de lazos
de amistad, celebraciones de cumpleaños son solo
algunos de los recuerdos presentes en las narraciones
de los niños que estudié, recuerdos que pueden
ser vividos en el ambiente escolar y los acercan a
un mundo infantil, perdido en lo cotidiano de las
migraciones, la presencia de estos lugares los convierte
en puntos de permanencia en la constitución de una
infancia que se diluye a medida que se desplazan.
Júlia juega al escondite inglés, con otros cinco
compañeros; a Alexandre (9 años) le gusta jugar al
escondite y a “tocar y parar” con otros amigos; a
Fernando (9 años) le gusta el escondite pero juega
más a “policías y ladrones” con otros niños y niñas;
Henrique, Aínton y Andressa, (todos de 5 años)
prefieren el parquecito que hay en la escuela, en la
escuela de Willian (6 años) no hay parque, pero su
mayor diversión es correr por el patio con otros niños; a
Mauro (12 años) le gusta jugar a la pelota en el patio,
pero prefiere las fiestas de cumpleaños que la escuela
celebra en la mesa del comedor, al fin y al cabo le
gustan los pasteles rellenos y cubiertos con glaseado.
El espacio escolar, de las instituciones educativas,
posibilita procesos de encuentro y, consecuentemente,
la posibilidad de (re)crear los territorios de infancia, los
sitios geográficos de juego, de originar otras infancias,
aunque en las fronteras con las antiguas, se convierten
en potencias para las diferencias.
En esta escuela, en la que encontré a Mateus y a
muchos otros niños, reconocerse como espacio de
pausa es parte de sus acciones pedagógicas, aceptar
el movimiento como una diferencia forma parte del
diálogo cotidiano, situar el proyecto político pedagógico
en la alteridad y la creación. ¡Son elecciones! Asumir
que los procesos de cuidar y educar no se dan sólo
alrededor de los contenidos clásicos, materializados
en algunos lugares previamente definidos, sino en su
totalidad. El parque infantil, las mesas del comedor,
los pasillos, la puerta de entrada, el exterior de la
escuela, el bosque observado desde dentro, el exterior
y el interior son las nuevas fronteras que deben ser
experimentadas y vivenciadas. La vida allí se hace
en una geografía de la vivencia, en una geografía de
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