EMPRESARIALMENTE DICIEMBRE 2012
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El problema de fondo, la implosión económica que está ocurriendo<br />
en varios países, desde Grecia a Portugal, pasando por<br />
España e Italia, que afecta a decenas de millones de personas<br />
que han perdido el empleo, a veces el alojamiento, que estudiaron<br />
y no tendrán empleo ni medios para vivir, y que están<br />
perdiendo las esperanzas de volver a tener una vida normal,<br />
ese problema sigue entero y de él no se discute en los grandes<br />
medios de comunicación. Como tampoco se le da importancia<br />
al rápido aumento del separatismo o independentismo en España,<br />
Bélgica e Italia, que en buena medida revela la profundidad<br />
de esta crisis económica, política y social.<br />
En otros países, como Francia, Bélgica y hasta Alemania, el<br />
proceso de desmantelar todas las conquistas salariales y laborales,<br />
por ejemplo, es más lento pero sigue adelante, y se<br />
manifiesta en el crecimiento del desempleo, del subempleo, y<br />
en el empobrecimiento de amplios sectores de la población.<br />
Lo que me lleva a un texto de Norman Pollack, escritor y profesor<br />
de historia en la Universidad estatal de Michigan (2), quien<br />
afirma que en el caso de Estados Unidos ya se puede hablar de<br />
fascismo porque existe una interpenetración entre el gobierno<br />
y los grandes capitales, la cual ha creado un jerarquizado sistema<br />
de clases sociales, con enormes diferencias de riqueza y<br />
poder; porque este sistema militarizó los valores sociales y la<br />
estrategia geopolítica; porque pretexta la falsa ideología de una<br />
sociedad sin clases para inculcar la lealtad al orden social entre<br />
el pueblo trabajador..<br />
Los ricos se ofuscan mucho y no quieren escuchar ninguna<br />
razón cuando se trata de que el gobierno se inmiscuya en los<br />
negocios, aunque esa intervención para crear el pleno empleo<br />
favorezca a la clase capitalista, como bien decía en 1942 el<br />
economista polaco Michal Kalecki (3).<br />
Al señalar las contradicciones y las verdaderas razones de clase<br />
por las cuales los capitalistas, industriales y financieros, se<br />
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niegan a que los gobiernos intervengan en situaciones de<br />
crisis, en esa conferencia sobre “Aspectos políticos del pleno<br />
empleo”, Kalecki se refiere al fascismo: Una de las importantes<br />
funciones del fascismo, como tipifica el sistema<br />
nazi, fue la de eliminar las objeciones capitalistas al pleno<br />
empleo. En tanto que tal, bajo el fascismo el rechazo a las<br />
políticas del gasto de gobierno son superadas por el hecho<br />
de que la maquinaria del Estado está bajo el control directo<br />
de una asociación de las grandes empresas con los negocios<br />
de los fascistas. Así se elimina la necesidad del mito de la<br />
“finanza responsable”, que sirvió para prevenir que los gobiernos<br />
combatan las crisis de confianza mediante el gasto. En la<br />
democracia uno no puede saber de qué tipo será el próximo<br />
gobierno. Bajo el fascismo no hay próximo gobierno (4).<br />
En Estados Unidos, según Pollack, no importa quien salga<br />
electo de los comicios del 6 de noviembre, Romney u Obama,<br />
porque en el fondo nada cambiará, porque la oligarquía<br />
seguirá en el gobierno.<br />
El título del último libro del economista Michael Hudson define<br />
muy bien la evolución del capitalismo y la situación actual:<br />
“The Road from Industrial<br />
Capitalism to Finance Capitalism and Debt Peonage “. O sea<br />
“el camino desde el capitalismo industrial al capitalismo financiero<br />
y a la esclavitud por la deuda” (5).<br />
No solo hay mucho para pensar, sino cantidades industriales<br />
de motivos para actuar, como diría Mafalda.<br />
Ecoportal.net<br />
La Vèrdiere, Francia.<br />
- Alberto Rabilotta es periodista argentino - canadiense.<br />
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