Revista Semana Santa de Mérida 2019

MÉRIDA I Semana Santa 2019
ARTÍCULOS
INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL
BARCOS, HUESOS Y PECES
EN LA TEOLOGÍA JUDEO-CRISTIANA
Antonio Mateos Martín de Rodrigo
En la Simbología de la Antigüedad
judeo-cristiana la creación de Eva por
Yavé a partir de una costilla, es decir de
un hueso del tórax de Adán (Gé, 1, 21-
23), es entre los mitos de la Antigüedad
no menos bello e interesante, al menos
para quienes evitamos, en lo posible,
las interpretaciones lógicas, las de la
traducción seca y estéril de “palabra a
palabra” y de “época a época”, etc, etc.
Aunque sea una proposición
desconcertante esta bella y, por tanto
útil, leyenda bíblica de Eva surgiendo
de un hueso costillar de Adán, dormido
o anestesiado, no es menos, al tiempo,
desconcertante. Si bien, es tan o más
importante, que la tradición judeocristiana
muestre tanto y más interés,
también, por los “barcos” y por todo
lo que se le asemeja, sin importar,
pongo un ejemplo, las proporciones
desajustadas entre el Arca de
Noé, salvadora para muchos, y la
barquichuela de Moisés, salvadora sólo
para él mismo.
N.B. Pongo en advertencia que el
Cristianismo es el primer movimiento de
cualquier tipo, religioso especialmente,
que pone el hueso humano en la cima
de la máxima apreciación; en exclusiva,
lo considera, además de coformador de
Eva, núcleo tangible de la Resurrección
(los primeros mártires sufrieron de un
horror indecible a ser devorados por
las fieras al desaparecer también sus
huesos según creían y las autoridades
romanas utilizaron el pavor de ser
devorados por las fieras para provocar
apostasías).
N.B. Si el primer ser vivo, Eva, nació de
u n hueso, otro hueso, al parecer con
una quijada según la tradición pictórica,
mataría a Abel, el primer hombre
asesinado (Génesis, 4, 8).
Acaso, otra novedad del Cristianismo,
frente a la casi exclusiva preocupación
de la proporcionalidad arquitectónica en
los idólatras, fue su interés por el Ritmo
en sus escritos.
El Ritmo que el Cristianismo desarrolla
en sus obras reveladas se basa
en determinadas repeticiones e
iteraciones… (Ya en mi libro “Santa
Eulalia de Mérida, la grandeza de lo
pequeño” hacía referencia a que la
visión que el Cristianismo tenía de la
Historia era básicamente fractual [la
Real Academia de la Lengua se desdijo
y ahora dice “fractal” ]: por tanto, se
repiten siempre los mismos hechos
pero por el tiempo son diferentes,
también los personajes… aunque nada
tiene esto que ver con el Desarrollo
en Espiral según la filosofía marxistaleninista
o su concepto de “adaptación
a fines”.
Las más famosas de las repeticiones e
iteraciones cristianas, a lo fractal, son las
denominadas “figuraciones”; de estas,
Buenaventura de Santamaría decía que
en “la Sagrada Escritura acostumbran
los exégetas [...] distinguir un triple
sentido: literal, típico y acomodaticio”. 1
El sentido típico, también denominado
figurativo, consiste, añadía, “en que
algunos hechos del Antiguo Testamento
son como figura o anuncio de lo que
habrá de suceder en el Nuevo. Así
la serpiente de bronce levantada por
Moisés en una cruz (Nm 21,8.9) es
figura de Cristo crucificado (Jn 3,14)”.
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1. DE SANTAMARÍA, Buenaventura. Evangelios concordados. Difusión Bíblica. Madrid 1976.