Revista Semana Santa de Mérida 2019

INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL
MÉRIDA I I Semana Santa 2019
COFRADÍAS
Traición
Cofradía del Prendimiento de Jesús y Ntra. Sra de la Paz.
La Junta de Gobierno
“Amigo, ¿a qué vienes?” (Mt 26, 50).
Judas no sólo actuaba en la noche, era la Noche. A
su paso oscurecía y dejaba un reguero de tinieblas.
Llevaban linternas y antorchas, pero era inútil, Judas
absorbía toda la luz, como si de un agujero negro
se tratara. “Esta es vuestra hora y el poder de las
tinieblas”.
Judas ennegreció más la noche con el beso de la
traición. Fea es toda traición, pero si se hace con el
signo de la amistad resulta más fea, más repugnante.
Al besar a Cristo para consumar su obra, traicionó a
Cristo, traicionó la amistad y traicionó el beso. Jesús
se lo echó en cara: “¿Con un beso?”
Pero le sigue llamando amigo. Es una de las palabras
más hermosas que tenemos. Jesús la pronunció varias
veces, porque tenía amigos. Aquella misma tarde la
había repetido a los discípulos en un momento de
máxima intensidad: “Vosotros sois mis amigos… os
he llamado amigos”. Y la palabra de Jesús se cumplía,
porque los discípulos, sintiéndose tan amados,
respondían con amor en la medida de sus fuerzas.
Sin embargo, allí no estaba Judas y Cristo le quiere
repetir esta palabra: Amigo. Se la dice a un traidor.
Pero no era una ironía. Por parte de Cristo era verdad,
le sigue amando como a un amigo, y si Judas se
hubiera abierto a esta palabra, hubiera entrado en él la
salvación. Fue lo que le pasó a Pedro cuando se abrió
a la mirada del Maestro. Pero Judas volvió a fallar.
Desde entonces la palabra amigo carecía de sentido,
porque la amistad, para que sea auténtica, tiene que
ser recíproca.
He aquí un siniestro poder de Judas y traidores, el
de matar la amistad, incluso la amistad de Dios. El
hombre tiene poder de anular a Dios, basta que le
cierre la puerta.
Jesús sigue repitiendo a Judas, a todos los que
le traicionan o traicionamos: amigo, amigo. Está
llamando a la puerta con el batiente de su amistad.
¿Cuándo me decidiré a abrirle? ¿Tendremos que
repetir lo de: “Que tengo yo que mi amistad procuras?”
¿Lo dejamos todavía para mañana?
Nuestra Señora de la Paz. ©José Manuel Romero.
Prendimiento de Jesús. ©Francisco Rosco.
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