Revista Semana Santa de Mérida 2019

INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL
MÉRIDA I Semana Santa 2019
ARTÍCULOS
LA CRUZ DE SAN BENITO
Francisco Javier Gallego Álvarez. Hermano de Honor de la Franciscana Hermandad de la Vera Cruz.
La Congregación para el Culto Divino
y la Disciplina de los Sacramentos,
afirma, dentro del Directorio sobre la
Piedad Popular y la Liturgia, que “a
los fieles les gusta llevar colgadas del
cuello, casi siempre, medallas con
la imagen de Jesucristo o la Virgen
María”. Son testimonios de fe, dignos
de veneración a Dios Hijo y a la Santa
Madre del Señor.
Además de estas medallas, esta
misma Piedad Popular ha creado
otras para honrar, alabar y rogar la
protección de los Santos de la Iglesia.
Sin duda alguna, una de esas
medallas, tal vez la más difundida
en todo el mundo católico, sea
precisamente la de San Benito,
incrustada en una cruz.
A ella se le atribuyen poder y remedio
contra determinadas enfermedades
tanto humanas como de animales; y
contra los males del alma, como las
tentaciones de los demonios y de los
espíritus malignos.
Es frecuente, igualmente, colocarla
en los cimientos de edificios, como
garantía de seguridad y bienestar
de sus habitantes. Es recomendable
el uso de la Cruz y de la Medalla de
San Benito colgada del cuello o en la
cabecera de la cama.
Dicha medalla presenta, por una
cara, la Cruz de Cristo, por la otra, la
imagen del Santo Abab, San Benito.
Sobre la Cruz y a su alrededor están
inscritas la iniciales de una oración, un
breve exorcismo.
La Cruz y medalla de San Benito
recuerda a los fieles cristianos la
presencia y continua protección
de Dios contra las acechanzas del
Maligno, que recibió el reconocimiento
oficial de la Iglesia en 1742, por medio
de un decreto el Papa Benedicto XIV.
A buen seguro será una especial
protección contra todo mal y un vivo
recuerdo de que con la Cruz de Cristo
lo podemos todo.
Curiosamente, el origen de esta
medalla de San Benito, tan difundida
y por todo el mundo católico, es
desconocido, Pues no se sabe dónde
ni cuándo fue acuñada la primera.
- San Benito Abad (Nursia (Italia)
480, Monte Cassino (Italia) 547).
Conocemos quién fue San Benito,
un hombre venerable y gran cordura,
nacido en el año 480, en Nursia y a
quien el Papa San Gregorio Magno,
traza el perfil para que funde la Orden
Benedictina. Atraídos por el brillo de
sus virtudes y la fama de sus milagros,
muchos fueron los que acudieron,
sedientos de lo sobrenatural, y se
acercaron a la dirección de San
Benito. Así se fueron creando
diferentes comunidades. En total,
el Santo erigió doce monasterios,
nombrando un Abad para cada casa:
quedaba, de esta manera, fundada la
Orden Benedictina.
En Monte Casino, una ciudadela
fortificada a medio camino entre
Roma y Nápoles, construyó un gran
monasterio en lo alto de un monte.
Desde allí, San Benito ejerció una
influencia enorme sobre la sociedad.
Obispos, Abades, Príncipes y
hombres de todas clases visitaban al
Santo, ya fuera para pedirle consejo,
fuera por amistad o estima que
sentían por él. Poderosos de la época
acudían con frecuencia a refugiarse
en Monte Cassino para imbuirse del
espíritu benedictino.
Al tiempo que se levantaba el
edificio del nuevo Monasterio. San
Benito erigía interiormente la Orden
Benedictina sobre una firme base,
más que la propia roca, escribiendo
su inspirada y famosísima Regla de
los Monjes, que produjo muchos
beneficios para la cristiandad.
La expansión de la Orden Benedictina
ejerció un papel fundamental en la
cultura, en las costumbres y en las
instituciones de las naciones que
constituían Europa. La Orden tuvo
un extraordinario impulso en su
desarrollo a partir del Siglo X, con
la fundación de la Abadía de Cluny.
En su apogeo 17.000 monasterios
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