Revista Semana Santa de Mérida 2019

MÉRIDA I Semana Santa 2019
ARTÍCULOS
INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL
LAS ARCHICOFRADÍAS
Francisco Javier Gallego Álvarez. Hermano de la Cofradía del Calvario.
Flagelación de Jesús.
Flagelación de Jesús.
48
Si algo tiene rico y variado el mundo
cofrade es, entre otras cosas, su
vocabulario. Cuenta con lo que hoy
en día podríamos llamar su propio
“argot”, sin embargo, por la riqueza de
vocablos yo me atrevería a hablar de
un “Diccionario propio” (Existen varios
de autores diferentes, algunos muy
localistas), pero a la vez común, en
muchos casos, al de la propia Iglesia
Católica.
Pero como tantas cosas en esta vida,
unas veces en aras de la “modernidad”,
otras de los complejos, por pura
ignorancia o simplemente por olvido,
condenamos al ostracismo este rico
legado.
Algunas de las Hermandades y
Cofradías surgidas en los últimos
decenios en nuestra ciudad lucharon,
y cuando digo lucharon, lo digo en
toda la extensión de la palabra, por la
recuperación de aquellos vocablos
olvidados y que muchos de ellos no
son sino el significado y definición
de los diferentes “oficios” de los
hermanos en el seno de las Cofradías
y Hermandades, pues no somos
clubes ni asociaciones de carácter
civil. Llamemos pues a cada uno y a
las cosas por su nombre según dónde
estemos.
Recuperado lo que es, sin duda,
un valor de nuestro rico patrimonio
inmaterial, volvamos a utilizar, sin
avergonzarnos el lenguaje de cuantos
nos precedieron.
Hoy, y remitiéndome al título de este
escrito, quisiera abordar un término
que en nuestra ciudad no es acuñado,
de forma oficial, actualmente por
ninguna Cofradía o Hermandad, de
Pasión o de Gloria. Bien es verdad,
y hay que decirlo, que a diferencia de
otras Diócesis, nuestros Prelados, al
menos los últimos, nunca fueron muy
proclives a que se añadieran a las
denominaciones de las Corporaciones
Cofrades, adjetivos o títulos que
pudieran “recargar”, en demasía, el
nombre de las mismas.
Quiero referirme, por tanto al término
“ARCHICOFRADIA”. El origen del
vocablo no está demasiado claro y
su definición varía según las fuentes.
Tanto el Diccionario de la RAE, como
“Diccionarios Cofrades” de diferentes
autores, nos ofrecen variadas
definiciones.
A saber:
- En algunos casos ser una
Cofradía muy antigua.
- Por ser una Cofradía con
privilegios especiales.
- Por ser el resultado de la
fusión de varias Cofradías y
Hermandades.
- Por tener Carta de Filiación
o Hermanamiento con otra
Archicofradía más antigua.
Parece ser que las dos últimas
definiciones son, desde el mundo
Cofrade, las que toman más fuerza
de valor a la hora de serles concedida
dicha denominación, Título o Distinción,
por el Ordinario del lugar.
De ser así, podríamos contar en Mérida
con más de una “Archicofradía”, pues
como ha quedado claro y patente,
en la historia de nuestras Cofradías,
así lo afirman estudios sobre el
tema, basados en antiguos escritos y
documentos de viejos archivos, algunas
de nuestras actuales Hermandades
y Cofradías son fruto de la fusión de
otras anteriores.
Animo a las mismas, para que
buceando, una vez más, en los anales
de sus particulares historias, hagan,
a través de sus denominaciones, por
retóricas que puedan parecer, Justicia
y Honor a su pasado.
Por el contrario, también hemos ido
viendo como, con el paso de los
años, Hermandades que una vez
definidos sus principales Titulares,
pasan a aumentar el número de pasos
procesionales, convirtiéndose en lo que
podrían llamarse “multicofradías”, dicho
con todo el cariño y respeto, pudiendo
una sola Corporación llegar a abarcar,
prácticamente, toda la representación
de la Pasión de Jesucristo. Algo muy
propio de los pueblos pequeños, pero
en Mérida tenemos que irnos haciendo
a la idea de que somos una gran ciudad,
yo diría más, una Ciudad Grande.