08.08.2019 Views

El Reino de Istar

El mundo de Krynn es fuente de inagotables sorpresas, basten dos ejemplos: en uno de los siete cuentos incluidos en el presente volumen, un Kender se convierte en caballero de Solamnia (bueno, casi lo consigue). En otra narración, un ogro llega a ser salvador de la caza de los enanos, ¡vivir para ver! El libro se cierra con una novela corta de Margaret Weis y Tracy Hickman, «Hilos de seda», en la que se cuenta la suerte que corrieron los verdaderos clérigos y cómo Nuitari, guardiana de la magia negra, intenta frustar las ambiciones del hechicero Túnica Negra, conocido como Fistandantilus. Contiene los relatos: Seis cantos por el Templo de Istar, de Michael Williams. Los matices de la fe, de Richard A. Knaak. Estofado de Kender, de Nick O’Donohe. El deseo del goblin, de Nick O’Donohoe. Las tres vidas de Horgan Embaucabueyes, de Douglas Niles. Llenando espacios vacíos, de Nancy Varian Berberick. Día libre, de Dan Parkinson. Hilos de seda, de Margaret Weis y Tracy Hickman.

El mundo de Krynn es fuente de inagotables sorpresas, basten dos
ejemplos: en uno de los siete cuentos incluidos en el presente volumen, un
Kender se convierte en caballero de Solamnia (bueno, casi lo consigue). En
otra narración, un ogro llega a ser salvador de la caza de los enanos, ¡vivir
para ver! El libro se cierra con una novela corta de Margaret Weis y Tracy
Hickman, «Hilos de seda», en la que se cuenta la suerte que corrieron los
verdaderos clérigos y cómo Nuitari, guardiana de la magia negra, intenta
frustar las ambiciones del hechicero Túnica Negra, conocido como
Fistandantilus.
Contiene los relatos:
Seis cantos por el Templo de Istar, de Michael Williams.
Los matices de la fe, de Richard A. Knaak.
Estofado de Kender, de Nick O’Donohe.
El deseo del goblin, de Nick O’Donohoe.
Las tres vidas de Horgan Embaucabueyes, de Douglas Niles.
Llenando espacios vacíos, de Nancy Varian Berberick.
Día libre, de Dan Parkinson.
Hilos de seda, de Margaret Weis y Tracy Hickman.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

quería morir o matar a uno <strong>de</strong> sus compañeros <strong>de</strong> manera acci<strong>de</strong>ntal durante un<br />

torneo. Los prisioneros, por supuesto, no tenían opción. Su única esperanza era<br />

sobrevivir el tiempo suficiente para ganarse la libertad o recibir la oferta <strong>de</strong><br />

ocupar un puesto en los combates <strong>de</strong> torneo.<br />

—Esta actitud no te beneficia en nada, solámnico —dijo Nelk, echando una<br />

ojeada a la espada.<br />

—No lucharé. Ejecútame si quieres, pero no actuaré en contra <strong>de</strong>l Código y<br />

la Medida combatiendo para divertir a otros.<br />

<strong>El</strong> elfo se echó a reír.<br />

—¿Te enseñaron a ser tan arrogante en la Or<strong>de</strong>n, o es algo innato en ti? —<br />

Arry l rehusó respon<strong>de</strong>r. <strong>El</strong> elfo se acercó más a él y bajó la voz—. ¡Lucharás en<br />

los Juegos, caballero! ¡Óy eme bien! Confiaba en que no me obligaras a llegar a<br />

esto, pero quiero que sepas que…<br />

—¡Nelk! —Llamó Sy lverlin—. ¡Espectadores!<br />

Señaló hacia la <strong>de</strong>recha con la punta <strong>de</strong> la espada. <strong>El</strong> hermano Gurim se<br />

encontraba otra vez en las gradas. La capucha ocultaba sus <strong>de</strong>sagradables rasgos,<br />

pero Arry l lo j reconoció por los guantes. <strong>El</strong> clérigo llamó con un a<strong>de</strong>mán a Nelk.<br />

<strong>El</strong> elfo manco lanzó una mirada larga e intensa al caballero.<br />

—¡Pue<strong>de</strong> que hayas echado a per<strong>de</strong>r tu última oportunidad, estúpido<br />

humano! —susurró.<br />

Nelk y Sy lverlin fueron a hablar con el hermano Gurim. Apenas se habían<br />

alejado cuando Balsar Hermano <strong>de</strong>l Sol y el muchacho, cargados con<br />

armamento suficiente para equipar a una legión, se reunieron con el caballero. |<br />

<strong>El</strong> chico esbozó una tímida sonrisa, y Tremaine lo saludó con una leve inclinación<br />

<strong>de</strong> cabeza.<br />

—¿Qué quería <strong>de</strong> ti el Maldito? —preguntó Balsar.<br />

—¿<strong>El</strong> Maldito? —repitió Arry l con el entrecejo fruncido.<br />

—No sabes lo que « Nelk» significa en elfo, ¿verdad? No importa. ¿Te<br />

amenazó con una paliza?<br />

—No, en absoluto, pero creo que va a pasar algo muy pronto.<br />

—Y tú no harás nada por impedirlo. —<strong>El</strong> semielfo sacudió la cabeza—.<br />

Aceptarás su castigo… o el hacha, si <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n que no merece la pena gastar<br />

tiempo contigo. Atien<strong>de</strong> mis palabras, Tremaine. <strong>El</strong> hermano Gurim te ha <strong>de</strong>jado<br />

vivir este tiempo por alguna razón. Tiene fama <strong>de</strong> jugar con sus víctimas.<br />

—¿De verdad es tan malvado? —preguntó el chico con timi<strong>de</strong>z. Era la<br />

primera vez que Arryl lo oía hablar—, ¡Pero si es un clérigo!<br />

—Sí, ¿y qué? —instó con rabia Balsar Hermano <strong>de</strong>l Sol.<br />

—No lo asustes sin necesidad —advirtió el caballero.<br />

—¡Tú, mestizo! —Uno <strong>de</strong> los gladiadores <strong>de</strong> confianza <strong>de</strong> Sylverlin golpeó a<br />

Balsar en la cabeza—. ¡A los guardias no les gustan las conversaciones en voz<br />

baja! Vamos, muévete. ¡Arack contará todas esas armas antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarte salir

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!