08.08.2019 Views

El Reino de Istar

El mundo de Krynn es fuente de inagotables sorpresas, basten dos ejemplos: en uno de los siete cuentos incluidos en el presente volumen, un Kender se convierte en caballero de Solamnia (bueno, casi lo consigue). En otra narración, un ogro llega a ser salvador de la caza de los enanos, ¡vivir para ver! El libro se cierra con una novela corta de Margaret Weis y Tracy Hickman, «Hilos de seda», en la que se cuenta la suerte que corrieron los verdaderos clérigos y cómo Nuitari, guardiana de la magia negra, intenta frustar las ambiciones del hechicero Túnica Negra, conocido como Fistandantilus. Contiene los relatos: Seis cantos por el Templo de Istar, de Michael Williams. Los matices de la fe, de Richard A. Knaak. Estofado de Kender, de Nick O’Donohe. El deseo del goblin, de Nick O’Donohoe. Las tres vidas de Horgan Embaucabueyes, de Douglas Niles. Llenando espacios vacíos, de Nancy Varian Berberick. Día libre, de Dan Parkinson. Hilos de seda, de Margaret Weis y Tracy Hickman.

El mundo de Krynn es fuente de inagotables sorpresas, basten dos
ejemplos: en uno de los siete cuentos incluidos en el presente volumen, un
Kender se convierte en caballero de Solamnia (bueno, casi lo consigue). En
otra narración, un ogro llega a ser salvador de la caza de los enanos, ¡vivir
para ver! El libro se cierra con una novela corta de Margaret Weis y Tracy
Hickman, «Hilos de seda», en la que se cuenta la suerte que corrieron los
verdaderos clérigos y cómo Nuitari, guardiana de la magia negra, intenta
frustar las ambiciones del hechicero Túnica Negra, conocido como
Fistandantilus.
Contiene los relatos:
Seis cantos por el Templo de Istar, de Michael Williams.
Los matices de la fe, de Richard A. Knaak.
Estofado de Kender, de Nick O’Donohe.
El deseo del goblin, de Nick O’Donohoe.
Las tres vidas de Horgan Embaucabueyes, de Douglas Niles.
Llenando espacios vacíos, de Nancy Varian Berberick.
Día libre, de Dan Parkinson.
Hilos de seda, de Margaret Weis y Tracy Hickman.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>de</strong>striparlo aquí mismo o llevarlo con nosotros.<br />

—¡Chist! —siseó el hombre rubio, al ver que los labios <strong>de</strong>l elfo se movían. Se<br />

acercó más a él y escuchó atento. <strong>El</strong> goblin no oy ó nada.<br />

—Así que era la espada, ¿verdad? —dijo el hombre. Sin aguardar respuesta,<br />

añadió—: ¿Es mágica, chico? ¿Tiene po<strong>de</strong>res mágicos?<br />

Los otros dos humanos se pusieron algo tensos, <strong>de</strong>sconcertados por la<br />

pregunta. Observaron fijamente al elfo. Tras una pausa, el prisionero asintió con<br />

un cabeceo; estaba casi inconsciente.<br />

—Maldito —masculló el hombre rubio. Alzó la vista hacia los otros dos<br />

humanos, esbozando una sonrisa.<br />

Hubo un susurro en el aire, seguido casi <strong>de</strong> inmediato por un ruido sordo y<br />

vibrante. En el mismo instante, el nombre corpulento <strong>de</strong> cabello oscuro se dobló<br />

hacia atrás, llevándose las manos crispadas a la espalda, don<strong>de</strong> una flecha <strong>de</strong><br />

color pardo se le había hincado entre los omóplatos. La flecha estaba hundida<br />

casi hasta el penacho; el hombre hizo un extraño ruido siseante y cay ó <strong>de</strong> bruces<br />

al suelo.<br />

—¡Por la grandiosa <strong>Istar</strong>! —exclamó la mujer, con los ojos <strong>de</strong>sorbitados.<br />

Desenvainó la espada, y ella y el hombre i ubio corrieron a refugiarse <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />

árboles separados. Se agazaparon contra los troncos, ambos perfectamente<br />

visibles para el goblin. <strong>El</strong> guardabosque tendido en el suelo no se movió. <strong>El</strong> elfo<br />

colgaba inerte <strong>de</strong> la cuerda que lo sujetaba al tronco, con la cabeza hundida en el<br />

pecho. <strong>El</strong> tire empezó a soplar con más fuerza.<br />

<strong>El</strong> goblin alargó <strong>de</strong>spacio la mano hacia un lado. Sus <strong>de</strong>dos tocaron la curva<br />

ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> su arco.<br />

<strong>El</strong> hombre rubio perdió los nervios y se dio a la fuga. Se apartó <strong>de</strong>l árbol<br />

corriendo en línea recta hacia unos arbustos que había a unos treinta metros <strong>de</strong><br />

distancia. La mujer empezó a correr tras él, pero <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> oír el silbido <strong>de</strong> la<br />

flecha, y a que se zambulló en el suelo y rodó sobre sí misma hasta meterse<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> dos árboles que crecían muy juntos. Des<strong>de</strong> allí, escuchó el grito <strong>de</strong>l<br />

hombre rubio mientras se retorcía <strong>de</strong> dolor entre las hojas y helechos muertos.<br />

—¡Me rindo! —chilló la mujer <strong>de</strong> rostro vulgar, en el lenguaje comercial—.<br />

¡No disparéis! ¡Tengo familia que pagará por mi rescate!<br />

—¡Entonces sal a <strong>de</strong>scubierto! —contestó la voz <strong>de</strong>l ken<strong>de</strong>r. « ¿Cómo no?» ,<br />

pensó el goblin—. ¡Tira tu espada!<br />

—¡Pagarán un gran rescate por mí! —gritó la mujer otra vez. <strong>El</strong> goblin vio la<br />

pali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> su semblante, tan blanco como el <strong>de</strong> una persona ahogada. Daba la<br />

impresión <strong>de</strong> que se pondría a lloriquear en cualquier momento. <strong>El</strong> hombre rubio<br />

había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> chillar y daba gritos apagados mientras intentaba sacarse la<br />

flecha profundamente hincada en la zona lumbar <strong>de</strong> su espalda.<br />

—Sal <strong>de</strong>spacio —dijo el ken<strong>de</strong>r—. Muy, muy <strong>de</strong>spacio.<br />

La mujer arrojó a su lado su inútil espada y <strong>de</strong>spués se incorporó. Le

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!