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CÓMICS<br />
El cineasta<br />
Julien Frey/<br />
Nadar<br />
Astiberri<br />
7<br />
LIBROS<br />
Richard Lloyd<br />
Honestidad brutal<br />
“No sé por qué, pero el<br />
alcohol y las drogas<br />
nunca le han pasado<br />
factura a mi memoria”<br />
El cineasta es uno de esos cómics<br />
que atrapa no únicamente por la<br />
frescura narrativa conseguida<br />
por el francés Julien Frey y el<br />
nada excesivo dibujo del español<br />
Nadar, sino por descubrirnos una<br />
historia realmente curiosa: la del<br />
cineasta galo Édouard Luntz y sus<br />
problemas con Hollywood. Planteada<br />
casi como un caso detectivesco,<br />
uno no puede desengancharse<br />
hasta que Frey consigue<br />
dar con una película casi secuestrada<br />
de Luntz. —joan s. luna<br />
El Buscón en<br />
Las Indias<br />
Alain Ayroles,<br />
Juanjo<br />
Guarnido<br />
Norma<br />
Aventurarse a dar continuación<br />
a una de las cimas de la novela<br />
picaresca es un hazaña al alcance<br />
de muy pocos. Allá por el siglo<br />
XVII, Francisco de Quevedo concluyó<br />
La vida del Buscón prometiendo<br />
una secuela en la que<br />
don Pablos viajaría a Las Indias.<br />
Cuatrocientos años después<br />
Alain Ayroles y Juanjo Guarnido<br />
emprenden ese viaje incierto,<br />
desbordando ingenio sobre las<br />
viñetas. —albert fernández<br />
8<br />
Rompepistas<br />
Rosa Codina<br />
La Cúpula<br />
7<br />
Que Rosa Codina, una artista<br />
nacida a finales de los ochenta<br />
fuese capaz de conectar con una<br />
novela generacional como Rompepistas<br />
de Kiko Amat –cuya acción<br />
se desarrolla precisamente<br />
en 1987– como lo ha hecho es toda<br />
una sorpresa. El espíritu original<br />
se mantiene y es un placer ver a<br />
Rompepistas, Clareana, Carnaval<br />
y todo el resto de la cuadrilla del<br />
libro convertidos en personajes<br />
de cómic. —joan s. luna<br />
Richard Lloyd se abre<br />
totalmente en Material<br />
inflamable (Contra, 19), una<br />
autobiografía en la que no se<br />
esconden ni los momentos más<br />
complicados, ni tampoco los<br />
más surrealistas, de su vida.<br />
Enhebró junto a Tom Verlaine<br />
algunos de los más hermosos<br />
diálogos de guitarras de<br />
la historia del rock, como los<br />
del Marquee Moon (77) de Television,<br />
especialmente en su glorioso tema titular.<br />
Formó parte de Rocket From The<br />
Tombs y del espléndido elenco de instrumentistas<br />
que acompañó a Matthew<br />
Sweet en el primer tramo de los noventa.<br />
También se alió con John Doe<br />
o emprendió carrera en solitario con<br />
discos tan estimables como Alchemy<br />
(79), Field Of Fire (85) o The Radiant<br />
Monkey (07). El año pasado le pudimos<br />
ver por aquí junto a Marc Johnson y<br />
Víctor Ramírez. Pero Richard Lloyd<br />
(Pittsburgh, Pensilvania, 1951) también<br />
estuvo a punto de morir por sobredosis<br />
un par de veces, recibió un bofetón de<br />
Jimi Hendrix una noche de farra, fue<br />
invitado por John Lee Hooker a compartir<br />
escenario con él cuando apenas<br />
era un músico anónimo, pasó un par de<br />
temporadas en centros psiquiátricos<br />
por síndromes maníacos (sus padres<br />
no permitieron que se le aplicaran los<br />
electroshocks que sí le propinaron a<br />
su amigo Lou Reed), bebió como un<br />
cosaco, copuló lo que no está escrito e<br />
incluso se ganó unos chavos haciendo<br />
de chapero en el famoso cruce de las<br />
calles 53 y 3, y descubrió a los Ramones<br />
antes de que estos pisaran su querido<br />
CBGB.<br />
Una vida rebosante de excesos,<br />
pero también de una determinación<br />
casi lunática en sus propias posibilidades<br />
como músico: el destino le dictaba<br />
que acabaría siendo un legendario guitarrista.<br />
Todo eso lo cuenta con pelos<br />
y señales en Material inflamable, sus<br />
memorias recientemente publicadas<br />
en castellano, que bien valen una charla<br />
de veinte minutos. Nos atiende por<br />
Skype desde su casa en Tennessee, y<br />
tras contarnos que no necesitó teclear<br />
en un PC (“utilicé un transcriptor que<br />
convierte mi voz en texto”), nos explica<br />
por qué aprendió la técnica de Jimi<br />
Hendrix y de Jeff Beck sin necesidad de<br />
conocerles, de segunda mano. “Cuando<br />
eres muy joven, una diferencia de edad,<br />
aunque sea solo de un par de años,<br />
es enorme, así que tenía claro que no<br />
iba a convertirme en el mejor amigo<br />
de ninguno de ellos, solo quería saber<br />
qué era lo que hacían, aprender sobre<br />
cómo manejaban la guitarra”. Asombra<br />
su capacidad para recordar aspectos de<br />
su vida cuando era un crío, después de<br />
tantos años de excesos: “La verdad es<br />
que no sé por qué, pero el alcohol y las<br />
drogas nunca le han pasado factura a<br />
mi memoria”.<br />
El libro reserva una inevitable<br />
cuota de acritud para Tom Verlaine,<br />
alguien que, según Lloyd, siempre trató<br />
de imponer una visión muy dictatorial<br />
dentro de Television. “Ojalá hubiéramos<br />
sido como una banda de verdad”,<br />
dice, “pero él no lo permitía, porque<br />
siempre pensaba en sí mismo, y es una<br />
pena”. Opinión que contrasta con la fe<br />
que tuvo en él desde el primer momento<br />
en que le vio sobre un escenario y<br />
supo que era el complemento perfecto<br />
para formar una banda. El músico neoyorquino<br />
expone en sus memorias sin<br />
ningún pudor su crecimiento en público<br />
–que diría Lou Reed–, como cuando<br />
recuerda que una crítica de Mick Jagger<br />
a su atormentada forma de tocar<br />
la guitarra le enseñó a mejorar. “Cuando<br />
alguien a quien admiras dice algo<br />
así acerca de ti, te sienta como un tiro.<br />
Pero era verdad, me ayudó el saberlo<br />
y aprendí”. Y sobre su influencia sobre<br />
otros guitarristas mucho más jóvenes<br />
(Johnny Marr, Jeff Tweedy, Nels Cline,<br />
Peter Buck, The Edge, Thurston Moore<br />
o Ivan Julian), aunque esgrime que no<br />
es su trabajo evaluar la obra ajena, sí<br />
que asume que “debe haber toneladas<br />
de guitarristas que conozcan los discos<br />
de Television y los míos en solitario,<br />
y supongo que les habrán influido de<br />
alguna manera”. —carlos pérez de ziriza<br />
r<br />
Más en www.mondosonoro.com<br />
Material<br />
inflamable<br />
Richard Lloyd<br />
Contra, 19<br />
10/10<br />
FOTO: ARCHIVO<br />
mondosonoro.com — @mondo_sonoro — facebook/mondosonoro<br />
febrero <strong>2020</strong> #41