Testimonios Arrecife
Textos sedimentarios sobre la orquesta: entrevistas, manifiestos, autobiografías y otras informaciones, no siempre útiles.
Textos sedimentarios sobre la orquesta: entrevistas, manifiestos, autobiografías y otras informaciones, no siempre útiles.
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LOS CINCO SACRAMENTOS DE LA ORQUESTA ARRECIFE
Palabra de El autor del viaje de Antonio, alabada sea la orquesta.
1. Orquesta Arrecife es altamente prolífica.
Hará cosa de unos cuantos años, cuando había registrado unos trescientos tracks o algo así,
presenté el proyecto a un oyente quien, en vista de las señas ofrecidas, no se mostró del todo
entusiasmado con la propuesta. Ufano, declaré que con trescientos cortes era muy probable
que al menos uno de ellos fuera de su completo agrado, pese a no ser exactamente su estilo. En
respuesta, el oyente me miró perplejo y me dio a entender que rebuscar entre trescientos títulos
para encontrar uno bueno no parecía de buenas a primeras una inversión muy rentable.
Hoy en día, habiendo sobrepasado la cifra de los dos mil cortes, reflexiono sobre una de las
críticas más extendidas sobre mi trabajo, si no la que más (está bien, pero no es mi estilo) y creo
que, efectivamente, los Rolling Stones seguramente tienen grabado un tema que no conozco y
que podría llegar a apasionarme, pero, dado que no me gustan los Stones, habiendo escuchado
diez o veinte sencillos suyos, es bastante probable que nunca llegue a descubrir el tema
definitivo que de seguro me apasionaría.
A propósito de una entrevista pasada con motivo de mi centésimo álbum, bromeé un poco sobre
el récord Guinness de productividad musical y en esta ocasión, para variar, me he propuesto
tomármelo medianamente en serio:
Puedo echar mis números con el fin de alcanzar al bueno de Charles Segal y arrebatarle de una
vez por todas el codiciado Guinness del pianista más grabado de la historia de la música. Si
mantengo la constante de cuatrocientos temas por año, precisaré unos veinticuatro años
(aproximadamente) para batir su marca. Esto equivaldría a triplicar la edad de la Orquesta
Arrecife y a coronarme con más de sesenta años.
Es, pues, posible, pero considero complicado prolongar este ritmo durante tanto tiempo. Es más,
por diversas razones, no creo que de aquí a veinticuatro años esté haciendo música, pese a que
la vista de ese futuro se encuentre bastante lejos de desagradarme.
De otro lado, también es probable que pueda aumentar la producción por encima de los
cuatrocientos títulos anuales, acortando distancias, pero es también probable que algún otro
artista haya empezado a grabarse a los doce años o incluso antes, dado que los medios de
producción están ahora más extendidos que en los tiempos de Segal o incluso los míos.
Este nuevo artista me aventajaría en años y, si se diera la circunstancia de que pudiera producir
más títulos por año, pues el Guinness pasaría de las manos de Segal a este otro artista, que
tendría la suerte de poder regir el podio y acaso preguntarse desde su altura elevada si
realmente la gesta ha merecido la pena.
Así pues, parafraseándome en aquella entrevista del centésimo álbum, volveré a recalcar que
cantidad no es calidad, y debería asimismo dejar anotado que cuanto más, mejor pues… según
el modelo industrial hegemónico, la producción debe limitarse para que las leyes de la oferta y
la demanda puedan ajustarse en un contexto de escasez de recursos. Es el capitalismo, amigo.
En el caso de la producción artística, por su naturaleza y aunque lo habitual es ver el arte como
un negocio más, lo propio es que la música se escuche, se comparta y se resista a convertirse en
algún tipo de transacción monetaria.
De un lado, los artistas necesitan llenar la nevera y pagar sus facturas, de otro, una pregunta,
entre tantas: ¿qué precio poner a un archivo de música que puede ser duplicado infinitamente
y distribuido prácticamente sin coste alguno y sin perder calidad?
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