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audaces que surgieron en el eje Rio/Sao Paulo. Así, en las ambigüedades
del arte contemporáneo y en la amplitud de trabajos, se puede decir
que hoy tenemos en el estado un ecosistema de arte, que, superando
con grandes esfuerzos sus dificultades, busca establecer diálogos con la
sociedad a través de innúmeras experiencias y estrategias.
Como mencioné al principio, el arte contemporáneo es internacional
en sus circuitos y redes de contacto, pero local en la construcción de
relaciones con las sociedades particulares. En este proceso, centro
y periferia se transforman, tanto en el interior del país como en el
resto del mundo. La internacionalización es un movimiento continuo
del capitalismo en su nueva era, y no estamos fuera de él, pues en
la geopolítica de las artes las relaciones de poder entre regiones
hegemónicas y las demás son constantemente renovadas, intermediadas
por aspectos económicos. En esta red, la creatividad va tejiendo sus
tramas y articulándose a las coyunturas de ecosistemas de arte que
también se modifican continuamente. Aunque la modernidad todavía
permanece como principal referencia para muchos, ya no se trata de
discutir se estamos ante el arte contemporáneo. En el hilo sutil de la
pluralidad y de la expansión, vamos escribiendo nuestra historia, radical o
no, y la diversidad de la producción local ya es en sí misma un síntoma de
la contemporaneidad.
Dificultades, esfuerzos y resultados
El MACRS fue el primero entre otros museos de arte contemporáneo
fuera del centro hegemónico que surgieron en el ámbito nacional en la
década de 1990, tal como el MAC Niterói (1996), y el MAC Ceará (1999).
Se insertó, como mencionado anteriormente, en un periodo de esfuerzos
para la implantación del arte contemporáneo en el Rio Grande do Sul. En
aquel momento, había mucha resistencia en el estado con relación a esas
prácticas, de forma que el museo fue creado más como un proyecto y
un deseo que como una realidad. Probablemente en consecuencia de
ello, no se le proporcionó un lugar específico, ubicándolo en la Casa de
Cultura Mario Quintana, donde dispone de dos galerías y un espacio
administrativo. Posteriormente, se realizaron varios intentos para obtener
instalaciones más adecuadas para el desarrollo de sus funciones, pero
sin éxito hasta el día de hoy. Se han realizado movilizaciones por parte
de la comunidad intelectual y artística de la ciudad sin que se resuelva la
situación, lo que de cierta forma muestra un desinterés político y social por
las artes visuales y, principalmente, por el arte contemporáneo, todavía
poco comprendido y aceptado por la sociedad del Rio Grande do Sul.
Esta circunstancia de origen es responsable por la mayoría de los
problemas que el Museo enfrenta, como no contar con una reserva técnica
dentro de normas y especificaciones para la preservación de su numeroso
y complejo acervo, o no poder disponer de un espacio adecuado para el
desarrollo de actividades de investigación y documentación, conservación
y restauración, tan necesarias en un museo de arte. Se puede afirmar
que el MACRS fue construido por el empeño de artistas, críticos y
algunos administradores, en una caminada colectiva que se mostró muy
inclusiva y democrática a lo largo de su historia, pero que acarrea consigo
deficiencias básicas a subsanar.
Las instituciones públicas de arte siempre son fuertemente
influenciadas por sus gestores, y no fue diferente con el MACRS. Así, la
primera y quizás más importante matriz de su pensamiento institucional
fue de Gaudêncio Fidelis, responsable por los movimientos políticos y
artísticos que dieron origen al Museo y su primer director (1992 – 1993).
Actuando paralelamente como director del Instituto Estadual de Artes
Visuales, IEAVi, logró movilizar recursos y personas para dar el primer
gran impulso en la vida de esta institución. Comprometido con el arte
contemporáneo a nivel nacional, buscó aportar innovación y osadía
para este proyecto que abrazaba. Durante su gestión, el Museo realizó
grandes exposiciones en otros espacios culturales de la ciudad, ya que
no contaba con sede propia. El Edel Trade Center, recién inaugurado, por
ejemplo, fue sede de las exposiciones Uma ante-sala para Joseph Beuys,
con curaduría de la artista Vera Chaves, junto con una retrospectiva
del mismo artista organizada por el Instituto Goethe y el Instituto de
Relaciones Internacionales de Alemania, en 1992. Al año siguiente, en el
mismo local, fue realizado O corpo é a obra, primera exposición colectiva
específicamente de obras tridimensionales realizada en el estado hasta ese
momento. Aún en 1993, el mismo espacio acogió la exposición Escultura
Brasileira Contemporânea, con obras del MAM-SP y de la colección Knijnik,
de Porto Alegre. En ellas se evidencia el aprecio especial de Fidelis por
lo tridimensional, que él mismo practicaba como artista. El siguiente
director fue José Francisco Alves (finales de 1993 - mediados de 1994),
que, también identificado con lo tridimensional como artista, realizó
Anti-corpo, exposición colectiva de esculturas, Frontalidade e superficie y
Desmaterialidade metódica, todas con obras del acervo del MACRS. Fábio
Coutinho, que había sido galerista, dirigió el Museo durante el resto de
1994, realizando dos muestras individuales, de Paulo Humberto de
Almeida y Jailton Moreira. Luego se hizo cargo José Luiz do Amaral Neto
(1995-1998), crítico de arte, que apoyó el proyecto Participação, donde los
artistas enviaron propuestas seleccionadas por una comisión, por medio
de aviso público. En esta administración también se realizó una exposición
de Regina Silveira, Grafias, con obras de gran formato. El siguiente director
fue Paulo Gomes (de enero a agosto de 1999), historiador y crítico de arte,
que enfocó su trabajo en las muestras Artistas convidados, presentando
un panorama de las décadas de 1970 y 1980 en el Rio Grande do Sul y
la Mostra Itinerante do Acervo do MAC, que recorrió varias ciudades del
interior del estado. Luego, el museo fue dirigido por primera vez por una
mujer, Bianca Knaak (1999 a febrero de 2002), y en su gestión se celebraron
varias exposiciones individuales de artistas como Rubem Grillo, Gil Vicente,
Nick Rands, además de Georg Baselitz, esta última realizada con apoyo del
Instituto Goethe y del Instituto de Relaciones Exteriores de Alemania. De
febrero hasta finales de 2002, el Museo fue administrado por Décio Presser,
galerista, responsable por las exposiciones individuales de Carlos Scliar y
Otto Dix, esta última también realizada con apoyo del Instituto Goethe
y del Instituto de Relaciones Exteriores de Alemania. Durante su gestión
se realizó la exposición de obras del acervo, restauradas por el proyecto
que incluía el libro Dilemas da Matéria de Gaudêncio Fidelis, que aborda
el proceso de restauración de obras contemporáneas. La administración
siguiente fue de otra mujer, Marli Amado Araújo (2003-2006), cuyo
empeño fue conseguir la transferencia del Museo para los almacenes del
Muelle del Puerto. En este sentido se produjo la ocupación de ese espacio
con varias muestras, en las que se destacan: Mostra de lançamento do
MAC no Cais do Porto, en 2004, Módulo I y Módulo II del Mapeamento das
artes visuais no RS, Consolidação e Persistência, esta última con obras de
grafiteros y profesores del sistema escolar municipal. A pesar de este gran
esfuerzo, no se efectivó la transferencia definitiva del Museo para ese local,
frustrando las expectativas. Cézar Prestes asumió el cargo de director entre
2007 – 2010, galerista, realiza las muestras Mulheres no acervo y Associações
livres – ler e acreditar, ambas con obras de la colección del Museo. Fueron
realizadas, también, las exposiciones de Xico Stockinger, Arte com tato,
donde los deficientes visuales eran estimulados a tocar los trabajos, y
fotografías de Jindrich Streit, en colaboración con el Instituto Moreira
Salles, además de la instalación Gravetos Armados, de Antonio Augusto
Bueno. El próximo director, André Venzon (2011 – 2014), artista, presentó
durante su administración muestras individuales de Guy Bourdin y de
Frantz, la instalación de Ana Norogrando Sobre as águas y una colectiva
de artistas uruguayos. Se realizaron también las exposiciones A medida do
gesto, resultado de la investigación sobre el acervo del Museo, y O triunfo
do contemporáneo, presentada en el Santander Cultural, conmemorativa
de los veinte años del MACRS. La siguiente directora fue Ana Aita (2015 –
2018), artista, efectuando una interrupción en el proyecto más selectivo
de entrada de obras en el acervo; fueron acciones inclusivas, democráticas
y descentralizadoras, con un gran número de exposiciones colectivas en la
sede de Porto Alegre y en ciudades del interior del estado.
En vísperas de cumplir treinta años, bajo la dirección de André
Venzon (2019 – 2022), el MACRS alcanza su madurez como institución
de arte, dando especial atención a su amplio y diversificado acervo,
a través de dos frentes de trabajo. La creación del Archivo Bibliográfico
y Archivístico Joel Fagundes, destinado para poner a disposición su
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