SEMBLANZA6 • VARIEDADES • Lunes 26 de enero de 2009Era fuerte su corazón igual que los nevados queél contempló en las peregrinaciones de su padre,Víctor Manuel Arguedas Arellano, comoabogado por las serranías; su alma se fue debilitandohasta tener la fragilidad del hielo, que antes fue agua,por el beso frío del viento de las jalcas. El hilo que loataba a la vida se hizo trizas y, así, el país perdió auna de sus mentes lúcidas y honestas que defendieronal indio con un amor incondicional, el fraterno.Consecuente con sus ideales, este andahuaylinode nombre José María Arguedas Altamirano (nacidoel 18 de enero de 1911) pierde a temprana edad a laautora de sus días, doña Victoria Altamirano Navarro.Pasará de la ausencia de cariños y mimos a la situacióndesventajosa de ser el hijastro de una madrastraque lo obligará a vivir con los indios y cuyo hijo no veíacon simpatía al hijo de su padre político. Será arrojadoa un universo que no era el suyo. Lo que tal vez sepresentaba como una desdicha para el pequeño JoséMaría, no lo sería porque esta experiencia tendríauna sorpresa aleccionadora y gratificante: el amor yel cariño que le negaron las personas cercanas selos brindarían sin cortapisas esos seres con quienescompartiría la sal, la cal y el azúcar de la vida.En su diario trato con la gente de este mundo,José María iría descubriendo que por afinidad pertenecíaa esta clase social que en épocas pretéritas fueel señor de estas heredades y que ya no era protagonistade su destino, sino siervo del español. Conocede sus problemas y sufrimientos que padece a manosdel misti, así es como llama el indio al terrateniente.También se muestra a sus sentidos la riqueza queatesora el espíritu del indio: la magia de sus mitosy leyendas, su hábitat, sus creencias, su música, ladulce lengua del quechua en sus diversas variantes,su folclor, sus tradiciones. De todo ese bagaje, él tienela dicha de ser receptor y, después, emisor. La literaturaserá el vehículo que le facilitará el poder enteraral país sobre la existencia de un Perú profundo, ricoen lo físico y en lo espiritual. Muchas son las sangresque como ríos profundos riegan la geografía de estepaís que lleva por nombre Perú. Él lo sabía porquerecorrió, tomado de la mano de su padre, muchaszonas de la Sierra y algunas de la Costa. Bebió delmanantial de la sabiduría del indio.Amó ese mundo con sinceridad y se consideróun tipo afortunado porque pudo disfrutar y ser partede él. La sensibilidad lo llevó a encariñarse con lascostumbres del indio y a asumirlas con respeto. Comoperuano, Arguedas es el hombre que admira la grandezade sus antepasados. Él se preocupó de maneradesinteresada por su hermano indio, porque se consideróde corazón uno de ellos.LA VISIÓN DEL ESCRITOREl Perú enprofundoEscribe: Rubén Yaranga M. / Ilustración: Tito PiquéEl aporte de José María Arguedas a la identidadperuana, a la popular, en especial, es inmenso y aúnhoy se siente su influencia. Algunos lo consideranuno de los grandes de la literatura peruana.Hay que entender que somos una suma de razas,de lenguas y de culturas; esa pluralidad nos hacericos y también resulta un problema de difícil manejoporque todos quieren ser protagonistas del desarrollodel país, cuando lo fundamental es el grano de arenaque aporten todas las sangres, sin distinción algunay sin sentirse menos que nadie. Este zorro que vinode arriba para ser uno de abajo entendió que la únicamanera de defender su ideal era sembrando las semillasdel indigenismo en la capital de la República.Sus estudios secundarios los recibe en Ica,Huancayo y Lima. Ya en la capital, en 1931, ingresaa San Marcos; allí estudiará en la Facultad de Letras.Cuando era empleado del correo es encarcelado enEl Sexto, experiencia que le servirá para escribir unaobra que llevará el nombre del penal. Se desempeñacomo profesor de castellano en los colegios Guadalupe,Mariano Melgar y Alfonso Ugarte. Es destituidodel magisterio por su militancia comunista. Formaparte del engranaje del Estado como funcionario deinstituciones culturales, y desengañado por la falta deiniciativa y por políticas que no iban en consonanciacon las suyas, renuncia. En 1935, aparece su primeraobra, Agua; luego, Yawar Fiesta. En Los ríos profundos,una de sus mejores obras, describe el mundomágico, lo real maravilloso de lo serrano. Nos permiteconocer el universo indígena del que participó consincero y pleno entusiasmo. En 1964, Todas las sangresse luce en las librerías del país. Obra de bellaescritura y que será motivo de debate entre Arguedasy los científicos sociales. Yawar fiesta y La agonía deRasu Ñiti son recreaciones del mundo andino a travésde tradiciones ancestrales y del mestizaje cultural.La mesa redonda de Todas las sangres –organizadapor el Instituto de Estudios Peruanos– no hizomás que apresurar el proceso autodestructivo que seincubaba en el alma del escritor y las palabras escritasapenas terminado el debate hablan de su derrumbamiento:"... Todas las sangres es negativo para elpaís, no tengo nada que hacer ya en este mundo. Misfuerzas han declinado, creo que irremediablemente".La intolerancia y el dogmatismo se habían impuesto alas buenas razones de la literatura que animaba a lapluma del escritor andahuaylino. No habían comprendidoel valor de su obra literaria y que ésta servía paraconocer el Perú profundo y a su agente más notorio:el indio. Hoy, José María Arguedas está presente ensus libros, no obstante su ausencia física. Todo estabadicho y la extinción de su vida se avecinaba.El hombre que abrazó la causa del indio con lealtadse descerrajó el 28 de noviembre de 1969 un tiroen la cabeza y cuatro días después expiró.
ARGUEDASLunes 26 de enero de 2009 • VARIEDADES • 71. Carta mecanografiada con sellode la Universidad Agraria. Lasúltimas líneas, manuscritas, sonde Sybila Arredondo. (*)13 de noviembre de 1967LAS AGUAS DE LOS RÍOS SUBLEVARON SU CAUDAL Y LASENTRAÑAS DEL PERÚ PROFUNDO SE ESTREMECIERONCONMOVIDAS, COMO PRESAGIO POR TAN LAMENTABLEPÉRDIDA. SUS RESTOS MORTALES REPOSAN EN SUAMADA ANDAHUAYLAS, TAL COMO LO DESEÓ EN VIDA.Querido Mario:[...] No puedo dejar de decirte que estoytodavía feamente preocupado con la lentitudy retrocesos perversos con que mi cabeza serecupera, lo mismo que mi ánimo. La lecturade Cien años de soledad me pegó un sacudónformidable. Me faltan cincuenta páginaspara concluirlo. Felizmente este Gabriel irátambién a los premios. ¡Qué bárbaro! Todo eljugo de este mundo, liberado de todo tipo deconvencionalismos, caldea en ese libro y se temete en los huesos. No me ha dejado dormir,porque ando tan sensible, después de mi suicidiofrustrado, como uno de los innumerablespersonajes de la novela. Felizmente no lo vien Lima. Hay que conocerlo luego de leer suúltima novela. Te diré en confianza que haypasajes íntegros que recogen lo que yo habíasoñado hacer en el nuevo libro que acaso puedaescribir todavía y cuyo título, creo que ya tedije, será El zorro de arriba y el zorro de abajo.¿Dónde está ahora García Márquez? Si le escribesdile que seré feliz de conocerlo. No heleído todavía tu trabajo sobre su libro [1]. Leocon gran dificultad y hasta sufrimiento. Perosi logro despegar, este viejo feliz los seguirá austedes –tú, García Márquez; Fuentes no mellega tanto– hablando en su lenguaje grueso;algo así como un coche antiguo que sabe quemarcombustible de este tiempo, y sigue a losmuchachos, alumbrando siempre desde lejos.No entiendo bien qué clase de trabajo has dehacer sobre mí. Pero, como has de suponer,la posibilidad de ayudarte en un trabajo así nopuede ser más grata [2].Ojalá pueda llegar a Londres y conocer atus hijos y charlar con ustedes. En ese restaurantetípico. Te abrazaJosé MaríaMientras leo Cien años de soledad me resuenala voz con que me hablabas de García Márquez ydel libro. (Manuscrito) Mario: te adjunto una copiade carta que enviamos a Retamar a través demi hermano (Chile); no sé si te parece prudentevolverla a mandar tú. Un abrazo de Sybila[1] Se refiereprobablemente alensayo de Mario VargasLlosa García Márquez:historia de un deicidio,que se publicó reciénen 1971.[2] En 1969, MarioVargas Llosapublicó "Tres notassobre Arguedas"en: Nueva NovelaLatinoamericana 1,Buenos Aires, EditorialPaidós, pp 30-36.Compilación de JorgeLafforgue.(*) Publicado enel SuplementoIdentidades el 7 deoctubre de 2002.