Flora ornamental española aspectos históricos y principales especies
Flora ornamental española: aspectos históricos y principales especies
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<strong>Flora</strong> <strong>ornamental</strong> <strong>española</strong>: <strong>aspectos</strong> <strong>históricos</strong> y <strong>principales</strong> <strong>especies</strong><br />
árboles, así de construcción como de maderas curiosas y frutales, relación de diferentes árboles<br />
de la isla de Cuba, con 267 <strong>especies</strong> y 20 palmas. Antonio Ponz, en 1785, en Madrid, autor del<br />
Prólogo del tomo XIII del viaje de España, obra que el autor mandó imprimir separadamente,<br />
según Colmeiro (l.c.): “Se contienen en él varias reglas fáciles y prácticas para la siembra, plantío y<br />
multiplicación de árboles que pueden criarse en abundancia en las provincias del reino”. Del mismo<br />
autor, Adiciones á la tercera impresión del primer tomo del viaje de España, editado en Madrid<br />
en 1787, que según Colmeiro (l.c.) contiene noticias sobre las plantaciones hechas en Aranjuez,<br />
y al fin un Catálogo de los árboles y arbustos del Jardín del Príncipe, en el Real Sitio de<br />
Aranjuez. Antonio José Cavanilles, es autor de la Memoria leída á la Academia de ciencias de<br />
Paris en 1º de febrero de 1786, sobre el cultivo de malva y uso económico que se puede hacer<br />
de sus fibras”.<br />
Vicente Cervantes, en 1794, en el Suplemento á la Gaceta de Literatura de México,<br />
publica un “Discurso pronunciado en el Real Jardín botánico (de México) el 2 de junio de<br />
1794, que según Colmeiro (l.c.) “Versa sobre las plantas que produce el Ule ó goma elástica<br />
llamada Cahuchú y en particular sobre la Castilla, ó Castilloa elástica descrita por el mismo<br />
Cervántes”. Antonio José Cavanilles, en 1791 Icones et descriptiones plantarum, quae sponté<br />
in Hispania crescunt, aut in hortis hospitantur, editado en Madrid, que contiene numerosas<br />
<strong>especies</strong> exóticas, José Presas, autor en 1825 de la obra Instrucción para el cultivo de la planta<br />
Nopal, editado en Málaga.<br />
3. El extremo Oriente<br />
También existen citas de autores españoles en tierras japonesas. Colmeiro (l.c.), indica<br />
que Bernardino Dávila Girón, publicó en el año 1655 la obra relación del Reyno de Nipon, á<br />
que llaman comunmente Japón”, donde menciona algunas plantas.<br />
Sin embargo, la exploración a partir del siglo XVII del extremo oriente queda en manos<br />
de otros países europeos. Las exploraciones asiáticas deben referirse principalmente a las<br />
efectuadas en el Extremo oriente, ya que el conocimiento de ciertas áreas como la Península<br />
Indostánica es bastante anterior al avance de las expediciones en China; la menor cerrazón de<br />
los reinos hindúes y la habitual traslación comercial desde estas áreas hacia Europa han sido<br />
factores de un mayor conocimiento y de una más intensa relación comercial tradicionalmente,<br />
China, sin embargo, ha sido una nación proverbialmente hermética a los extranjeros. La entrada<br />
de los manchúes en Pekín, en el año 1644, pone término a la dinastía Ming; los manchúes, y en<br />
especial el emperador Kang Si (1662-1722) cierran el país a los extranjeros a excepción de los<br />
representantes de algunas órdenes religiosas, (preferentemente la jesuita) que son bienvenidas<br />
por sus conocimientos técnicos. De esta forma logró su acceso al imperio el P. Nicholas<br />
d´Incarville, notable botánico, corresponsal de Bernard de Jussieu, y al que se deben las<br />
introducciones de los géneros Albizzia, Ailanthus, Koelreuteria y Sophora, tratados en esta obra,<br />
entre otros, durante los quince años de su estancia en China (entre 1742 y 1756). Más tarde, el<br />
emperador Kien Lung prohibió las misiones cristianas, con lo que la entrada en el país vuelve a<br />
hacerse problemática, la tendencia exploratoria se dirige entonces hacia Japón, país no menos<br />
cerrado tradicionalmente, pero en el que existía la concesión comercial holandesa del puerto de<br />
Nagasaki desde 1639. Pese a todas las dificultades, Kaempfer, botánico alemán al servicio de la<br />
Compañía Holandesa de las Indias Orientales, pudo efectuar dos viajes a Yedo, en 1690 y 1691,<br />
en los que conoció de cerca numerosas <strong>especies</strong> vegetales japonesas, muchas de las cuales<br />
tenían correspondencia en el cercano continente, como por ejemplo Ginkgo biloba, al que este<br />
autor describió en el primer viaje, que fue introducida en Europa a través del Jardín Botánico de<br />
Utrech, y más tarde pasó a Inglaterra (1754) y Viena (1768).<br />
Otros botánicos importantes que trabajaron en este área geográfica, fueron por ejemplo, Carl<br />
Peter Thunberg (1743-1828) discípulo de Linneo, que ocupó un puesto en la Compañía<br />
Holandesa, Philip Franz von Siebold (1791-1866), sucesor de Thunberg e introductor del<br />
género Paulownia, autor de la importante obra <strong>Flora</strong> Japonica, Joseph Banks, director de<br />
Monografías Bouteloua, nº 8 21 ISBN: 978-84-937528-1-1