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Una guerra prolongada y degradada. Dimensiones y modalidades ...

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INFORME GENERAL Centro Nacional de Memoria Histórica<br />

Las FARC hicieron la apuesta políticamente más arriesgada en la segunda<br />

mitad de la década de 1990, cuando decidieron retener a militares y secuestrar<br />

a políticos para forzar al Gobierno a un canje por los guerrilleros<br />

presos en las cárceles. Con esta estrategia, las FARC intentaron crear un<br />

hecho político que, de facto,implicara el reconocimiento de su estatus de<br />

beligerancia. La masificación del secuestro también sirvió para presionar<br />

la renuncia de las autoridades civiles y de los candidatos a cargos de elección<br />

popular (alcaldes, gobernadores, representantes en cuerpos legislativos).<br />

Cifras & Conceptos documentó el secuestro de 318 alcaldes, 332<br />

concejales, 52 diputados y 54 congresistas por hechos asociados con el<br />

conflicto armado entre 1970 y 2010. La mayoría de estos secuestros ocurrieron<br />

entre 1996 y 2002: 219 alcaldes (68,9%), 246 concejales (74,1%),<br />

38 diputados (73,1%) y 27 congresistas (50%). Entre los secuestrados<br />

con militancia política, Cifras & Conceptos ha registrado 912 víctimas.<br />

De estas, 464 militaban en el Partido Liberal (50,8%), 135 en el Partido<br />

Conservador (29,8%), 135 en otros movimientos políticos (14,8%) y 41<br />

en partidos o movimientos políticos de izquierda (4,5%).<br />

En el proceso de paz entre el Gobierno de Andrés Pastrana y las FARC<br />

(1998-2002), las guerrillas vieron en el secuestro una estrategia eficaz<br />

para fortalecer su posición en la mesa de negociación. Las FARC optaron<br />

por convertir el secuestro en moneda de cambio para la negociación<br />

política, y el ELN en recurso para ganar reconocimiento. En esta línea<br />

se inscribe el inventario de secuestros que sigue: 41 pasajeros del avión<br />

de Avianca que cubría la ruta Bucaramanga-Bogotá, el 12 de abril de<br />

1999; más de 200 feligreses en la iglesia La María en Cali, el 30 de mayo<br />

de 1999; Óscar Tulio Lizcano, representante a la Cámara por Caldas y<br />

militante del Partido Conservador, secuestrado el 5 de agosto del 2000;<br />

Fernando Araújo, ministro de desarrollo en el Gobierno Pastrana, secuestrado<br />

el 4 de diciembre del 2000; Luis Eladio Pérez, senador por el<br />

Partido Liberal secuestrado el 10 de junio del 2001; Alan Jara, gobernador<br />

del Meta, de filiación liberal, secuestrado el 15 de julio del 2001;<br />

Orlando Beltrán, representante a la Cámara por el Huila y militante del<br />

Partido Liberal, secuestrado el 28 de agosto del 2001; Consuelo González<br />

de Perdomo, representante a la Cámara por el Huila por el Partido<br />

Liberal, secuestrada el 10 de septiembre del 2001; Jorge Eduardo<br />

Gechem, senador por el Partido Liberal, secuestrado el 20 febrero del<br />

2002 (este hecho precipitó la ruptura del proceso de paz entre el Gobierno<br />

Pastrana y las FARC); Íngrid Betancourt, candidata a la Presidencia<br />

de la República por el Partido Verde Oxígeno, secuestrada el 23 de<br />

febrero del 2002 en momentos en que se dirigía a la zona de despeje del<br />

Caguán tras la ruptura del proceso de paz con las FARC); 12 diputados<br />

de la Asamblea del Valle del Cauca secuestrados el 11 de abril del 2002.<br />

El costo político de estas acciones resultó demasiado alto para la guerrilla<br />

no solo porque no concretó el “canje humanitario”, tal y como lo<br />

proponía, sino porque su legitimidad se erosionó hasta tal punto que la<br />

sociedad colombiana se movilizó en su contra. Más de 2 millones de personas<br />

marcharon el 4 de febrero del 2008, en Colombia y en el mundo,<br />

en contra del secuestro.<br />

El secuestro se volvió masivo e indiscriminado en el periodo más crítico<br />

de escalamiento de la <strong>guerra</strong> (1996-2002). En dicha coyuntura, además<br />

de los secuestros masivos en las grandes ciudades y en aviones comerciales,<br />

se produjeron secuestros también masivos e indiscriminados de<br />

ciudadanos en las carreteras del país por medio de una derivación arbitraria<br />

del delito denominada “pesca milagrosa”. Esta modalidad se<br />

perpetró mediante la instalación de retenes ilegales. Allí los guerrilleros<br />

detenían a las personas, y una vez corroboraban su situación económica<br />

o identificaban sus nombres en listas preelaboradas las secuestraban.<br />

Cifras & Conceptos documentó para el GMH un total de 5.354 secuestrados<br />

por esta modalidad, lo que equivale a un 19,8% del total de los<br />

secuestros asociados con el conflicto armado en el periodo 1970-2010.<br />

Esta modalidad de secuestro no solo generó pánico, sino rechazo en la<br />

población, lo que hizo que la sociedad colombiana, hasta entonces proclive<br />

a la negociación política, se polarizara y se radicalizara a favor de la<br />

solución militar del conflicto armado.<br />

La exposición mediática del secuestro mediante las pruebas de supervivencia<br />

con las que la guerrilla buscaba presionar públicamente el canje<br />

de prisioneros reveló la dureza del cautiverio y la arbitrariedad de los<br />

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