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-SALA de TOGAS<br />
La víctima en los ilícitos penales cometidos por menores<br />
que la prevención del delito debería comenzar por<br />
otros derroteros de carácter social y no esgrimir la<br />
aplicación de la ley como verdadera reinserción.<br />
Junto a los perjuicios cuantificables derivados del<br />
hecho punible se dan otra serie de perjuicios de difícil<br />
resarcimiento, estos son los perjuicios morales,<br />
entre los que podemos significar los traumas psíquicos<br />
derivados del hecho, la sensación de miedo, inseguridad,<br />
tanto individual de la propia víctima como<br />
de la soc i E~dad, como co nsecuencia de la victimización,<br />
que puede afectar a sectores determinados de<br />
ésta.<br />
Entre los daños morales, tienen especial relevancia<br />
por su qravedad, los producidos en las víctimas de<br />
delitos contra la libertad sexual, especialmente cuando<br />
se trata de menores. En estos menores víctimas<br />
de tales dE~Iitos, que pueden ser cometidos tanto por<br />
mayores de edad como por menores, -en los que como<br />
anteriormente se ha indicado, la incidencia en este<br />
último wupo de autores desgraciadamente va en<br />
aumento-, los traumas psíquicos producidos por la<br />
com isión de estos delitos en los menores víctimas de<br />
los mismos, son enormes, siendo necesario el tratamiento<br />
psicológico durante un período de tiempo bastante<br />
prolongado; no consiguiendo en todos los casos,<br />
por dE!sgracia, la total superación de dichos traumas.<br />
VICTIMIZACION<br />
Además de lo anteriormente expuesto, se<br />
agrava aun más la situación de la victimización secundaria,<br />
es decir, recordar el delito ,denunciar y declarar<br />
ante las distintas instancias oficiales, así como<br />
el tener que enfrentarse nuevamente con el autor de<br />
los hechos en el acto del juicio, en resu men revivir<br />
todos los hechos que fueron consecuencia del delito.<br />
Para evitar el enfrentamiento directo con el autor<br />
de la infracción se puede solicitar y acordar la adopción<br />
de las distintas medidas previstas pa ra la protección<br />
de testigos, éstas se suelen acordar con frecuencia<br />
cuando la víctima es menor, realizándose en<br />
este caso todas las declaraciones e in terrogatorios,<br />
así como las demás pruebas que deban verificarse,<br />
con sumo cuidado para disminuir en lo posible esta<br />
victimización secundaria, especialmente en aquellos<br />
delitos contra la libertad sexual, en los que no es raro<br />
que exista una relación de familia , vecindad o<br />
amistad entre el autor del delito y la víctima, es lo que<br />
se conoce como victimización no fungible ( siendo la<br />
fungible cuando no hay relación alguna entre autor y<br />
víctima).<br />
Ante el elenco de delitos de los que todos podemos<br />
ser víctimas, lo que crea inseguridad ciudadana<br />
y, derivada de el la, es la insolidaridad, unido a la<br />
desconfianza hacia el sistema judicial, como consecuencia<br />
del pequeño porcentaje en el que se consigue<br />
una sentencia condenatoria, en relación con el<br />
tasa oficial de crimin alidad (criminalidad registrada),<br />
no la real, que comprendería también la cifra negra ,<br />
da lugar a un a espira l en la que cuanto menos se denuncia<br />
más desconfianza existe en la solución judicial.<br />
Es lo que se conoce como profecía autoincumpli <br />
da, por lo que los ciudadanos cada vez adoptan más<br />
medidas de ca rácter preventivo para evitar el riesgo<br />
de ser víctima de un delito, con los costes de ello derivados<br />
y al margen de los programas de prevención<br />
adoptados por las instancias oficiales.<br />
De cuan to se ha expuesto a lo largo de este<br />
análisis de la víctima se desprende que esta debía ser<br />
objeto de una mayor protección por parte de las inst<br />
ituciones a fin de disminui r en lo posible los perjuicios<br />
derivados del hecho delictivo, tanto materiales<br />
como morales, lo que a la larga redundaría también<br />
en beneficio de la comunidad que se sentiría menos<br />
desprotegida f rente al delito en general y mucho más<br />
frente al delito cometido por un menor.<br />
Además sería muy conveniente lograr una reducción<br />
de la criminalidad , disminuyéndose con ello la<br />
inseguridad ciudadana y la insolidaridad derivada de<br />
la misma, así como el resto de los perjuicios económicos<br />
derivados del delito (policiales, judiciales, contratación<br />
de seguros y protección de carácter personal),<br />
lo cual hallará su solución a través de una correcta<br />
política criminal, junto con programas reeducativos<br />
y de inserción del autor que sean eficaces; con<br />
una completa escolarización de los menores (pues la<br />
cu ltura es un medio importante para conseguir la integración<br />
del delincuente en la sociedad); con acceso<br />
al mundo laboral. Incorporando además, la adopción<br />
de programas preventivos del delito, tanto a nivel de<br />
grupo social como a nivel individual; y todo ello en<br />
una acción conjunta de los distintos estamentos de la<br />
sociedad interesados en dichos fines.