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permitan que las personas se apropien de las tradiciones
y los saberes que configuran su pasado y el de la
humanidad, para darles sentido en el presente y
proyectar así un futuro valioso.
En las bibliotecas del país encontramos los cono cimientos
que son necesarios para promover el desarrollo
político, económico, social y cultural de
México, a fin de lograr la mayor prosperidad posible
para esta generación y las posteriores. La diversidad
de las bibliotecas, que es una de las mayores riquezas de
nuestro México, es un reflejo fiel de la realización de los
derechos e ideales plasmados en nuestra Cons ti tución,
y de la condición pluricultural de la nación, que se
convierte en un motor para el impulso del desarrollo
regional de las zonas indígenas.
Las bibliotecas escolares, y muchas públicas que
fungen como tales, apoyan el desarrollo armónico de
las facultades de los educandos y la calidad de la
educación en todos sus niveles. Las bibliotecas hacen
realidad el derecho a la cultura, siendo un canal de
gran impor tan cia para su difusión y desarrollo. En las
diversas bibliotecas se refleja la libre manifestación de
ideas a través de sus acervos documentales, a la vez que
se ga ran tiza el derecho de todos los ciudadanos a
acceder a la in formación, sin distinción alguna de
creencia, con dición económica, origen o ideología.
Actualmente contamos con más de 7,400 bibliotecas
públicas (sin sumar las muchas otras), y si
queremos que nuestro país crezca entonces debemos
crecer también nosotros, con más y mejores bibliotecas
que cumplan con las expectativas que el nuevo
milenio nos exige.
Volviendo a la pregunta: ¿Un modelo vigente?,
desde donde yo lo veo, creo que no; ¿viable?, tampoco.
Pero me da gusto que hoy se haga este cues tio namiento,
ya que significa que ha llegado el momento
de avanzar, de sugerir cambios en la estructura, que
pueden ser buenos y positivos y quizá algunos otros
que sean la opor tu nidad para que las bibliotecas de
hoy operen de forma efec tiva y coordinada, en redes o
sistemas y conforme a las diversas formas de administración
bibliotecaria.
¿Qué requerimos para ello?: bibliotecas con colecciones
adecuadas y pertinentes a las regiones donde se
encuentran, bibliotecarios formados, capacitados y
actualizados y las herramientas necesarias para enfrentar
estos nuevos retos. Además, hacer saber a las
instancias correspondientes que si queremos un mejor
país, debe mos apostarle a la educación y a las bi bliotecas,
que son el punto de encuentro; esto significa
invertir, gestionar los presupuestos para realizar dicho
trabajo, y crear alianzas que permitan sumar es fuerzos,
incluidos todos los bibliotecarios, que desde
diferentes frentes contri bui mos con nuestro granito
de arena.
Por otro lado, se requiere modificar la Ley General
de Bibliotecas, en la que se consideran básicamente
dos apartados: la Red de Bibliotecas y el Sistema
Nacional de Bibliotecas, que como saben, sólo el primero
tuvo definición, aunque carece de reglamento, y
el segundo no se logró concretar.
Por todo ello es importante poner en la mesa de
debate este tema, ya que este Congreso congrega a una
gran parte de los actores que han participado y que
conocen el trabajo de la Red Nacional, el trabajo de
todos los bibliotecarios, y que pueden abonar en la
búsqueda de nuevos caminos. Pero no hay que olvidar
que los cambios nos competen a todos, por lo que cada
uno deberá asumir la responsabilidad y el compromiso
de coadyuvar a la formación de mejores ciudadanos
que construyan a la postre un mejor país.
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