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Seven.<br />
man en la versión de Supermán de<br />
Richard Donner (1978), acude a<br />
un sector de su enorme biblioteca<br />
bajo tierra, al lado de un túnel del<br />
metro, para documentar una noticia:<br />
un meteorito ha caído en Adís<br />
Abeba y nadie sabe qué material es.<br />
Luthor arranca una hoja del libro y<br />
se la arroja a Ottis (mi primer esbirro<br />
favorito del cine). Naturalmente<br />
se trata de kryptonita, que había<br />
llegado a la Tierra después de la<br />
explosión de Kryptón. Luthor y<br />
sus secuaces la roban y pretenden<br />
matar a Man. Ésta es una de tantas<br />
escenas de villanos en bibliotecas y<br />
quisiera pensar que ya casi es un<br />
género. Otras dos están, por ejemplo,<br />
en Dragón rojo (Brett Ratner,<br />
2002): Edward Norton es apuñalado<br />
por Hannibal Lecter-Anthony<br />
Hopkins en la biblioteca de este<br />
último y Ralph Fiennes se come la<br />
pintura El dragón rojo de William<br />
Blake en la biblioteca del museo<br />
Brooklyn.<br />
Célebres bibliotecas cinema tográficas<br />
las hallamos en las cárceles,<br />
tema también para varios volú menes.<br />
Alex DeLarge-Malcolm Mc<br />
Dowell, antes de ser sometido al<br />
tratamiento Ludovico en Naranja<br />
mecánica (Stanley Kubrick, 1971)<br />
es un asiduo visitante de la biblioteca<br />
de la prisión. De hecho le<br />
hacen creer que la Biblia le ha<br />
ayudado a reformarse. En El lector<br />
(Stephen Daldry, 2008), Kate<br />
Winslett, después de aprender a<br />
leer y escribir en la cárcel por las<br />
cintas que le manda Ralph Fiennes,<br />
se decide por fin a buscar los libros<br />
del penal. Hay una breve escena de<br />
la biblioteca de la prisión en Golpe<br />
bajo (Peter Segal, 2005). Megget<br />
(interpretado por el cantante Nelly)<br />
El día después de mañana.<br />
es intimidado por los guardias: él<br />
intenta acomodar los libros y los<br />
celadores se los tiran al piso. La<br />
lista es interminable, aunque la<br />
tendencia ideológica, sobre todo en<br />
el cine gringo, es exhibir cómo los<br />
reclusos se regeneran en las cárceles<br />
y para ello un espacio con libros funciona<br />
a la perfección.<br />
Ningún lugar fue más acertado<br />
para que Los cazafantasmas (Ivan<br />
Reitman, 1984) vieran por primera<br />
vez a un ser de otra dimensión que<br />
la biblioteca pública de Nueva<br />
York. Dan Aykrod, azuzado por<br />
Bill Murray, pretende establecer<br />
contacto con una fantasma que<br />
está… ¡leyendo! Su estrategia de<br />
terrícola amistoso falla y la mujer<br />
espectro casi se lo come. La biblioteca<br />
queda hecha un desastre, llena<br />
de residuos ectoplásmicos. En Blade<br />
(Stephen Norrington, 1998) Frost y<br />
Dragonetti tienen un en fren <br />
tamien to en la biblioteca de los<br />
vam pi ros cuando el primero está<br />
tratando de traducir Erebus, la<br />
38 EL BIBLIOTECARIO