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Eraclio Zepeda,
vocación por la palabra
LECTURAS DEL BIBLIOTECARIO
Ernesto Garcianava*
Eraclio Zepeda Ramos tuvo a un tiempo dotes de trovador
y de juglar. En ambas aguas, de intrincada travesía,
supo navegar con una agudeza y un talento
poco habituales en la literatura mexicana. Para definir
al trovador nos remitimos a los poetas líricos que en
la Edad Media escribían obras a las que caracterizaba
un trasfondo de musicalidad y de poesía que transmitían
a los juglares para que las interpretaran en plazas
públicas, principalmente. Esa aptitud excepcional
para contar historias, tanto en los terrenos coloquiales
de la narración oral como en los de la palabra escrita,
fue signo distintivo en la vida de este escritor
chiapaneco (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1937-2015).
Como en el cuento “Patrocinio Tipá”, cuyo protagonista
enterraba los ombligos de sus hijos para que
echaran raíces en la tierra que los vio nacer, Eraclio
Zepeda mantuvo siempre vínculos inquebrantables
con su Chiapas natal. Aunque desde muy joven, fiel a
su espíritu aventurero y su voluntad temprana por
abrevar de la propia experiencia de vida como fuente
de inspiración de su futura obra literaria, emprendió
diversos viajes que le permitieron conocer muy de
cerca países como Cuba, China y la Unión Soviética;
fue su voluntad regresar a la tierra de sus ancestros
adonde vivió muchos de los acontecimientos más
importantes de su vida.
En congruencia con su personalidad multifacética
y su carácter ávido de nuevas vivencias, fueron diversos
los oficios a los que consagró sus afanes en su
Eraclio Zepeda.
juventud. Siempre generoso en su empeño de compartir
sus conocimientos, se negó a transitar por el
mundo como un libro cerrado y emprendió la noble
vocación del magisterio, primero en Chiapas, más tarde
en la Universidad Veracruzana, su alma mater, y
finalmente en instituciones académicas de La Habana
y Pekín, antes de ser corresponsal de La Voz de México
en Moscú. Como es previsible en un temperamento
extrovertido y elocuente como el suyo, también se
vio cautivado, años más tarde, por los medios de co-
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