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Él no lo mató, No estoy muerto, El Chamuco, A esa gran velocidad; son rolas que<br />
forman parte de la enciclopedia sonora del rock mexicano.<br />
Para hablar de sus influencias rítmicas, de la forma de escribir sus canciones,<br />
de sus alianzas con los Rupestres y de sus inicios, sonriendo constantemente, Luis<br />
Álvarez, El Haragán, cuenta:<br />
“El Movimiento Rupestre para mí es la base. En el caso de Haragán, es la base.<br />
Conozco a los Rupestres (no sé si afortunadamente o desafortunadamente)<br />
después del terremoto del 85, donde se hace muy famoso Rockdrigo por morir,<br />
desgraciadamente, en esa fecha. Yo ya los escuchaba poquito antes. Para Haragán<br />
aportan todo, porque yo tomo muchos elementos del rock Rupestre para incorporarlos<br />
al sonido de Haragán; es decir, la guitarra acústica. Es básico el sonido<br />
de la guitarra acústica en el Movimiento; porque según el Manifiesto Rupestre<br />
de Rockdrigo, es una guitarra, con la voz lo más cavernícola que se pudiera, y que<br />
sonara así: natural. Yo al principio, empiezo así”.<br />
“Y tocaba por aquí, por allá; donde se pudiera. Llegan a mí discos de Rockdrigo,<br />
de Jaime López; también un disco interesante de Cecilia. Habían discos muy<br />
chidos. Cuando los conocí, en el 85, me empiezo a sumar al movimiento de los<br />
damnificados y de grupos que los apoyaban; era una manera como de protesta;<br />
para recaudar fondos se empiezan a hacer festivales en todas partes, en toda la<br />
Ciudad de México. Y ahí andaba yo. Tuve la oportunidad de subirme a tocar alguna<br />
vez. Y de ahí, me empezaron a jalar. Por lo mismo, conozco a todos ellos, o casi<br />
a todos los Rupestres”.<br />
“Para entonces tenía canciones como Basuras, Él no lo mató, El Chamuco, que<br />
tocándolas yo solo, se podía decir que estaban dentro del Movimiento Rupestre<br />
y parecían de esa onda. Había escuchado a Roberto González, a Jaime López,<br />
Gerardo Enciso, Arturo Meza, Rafael Catana; como decía antes, tomo elementos<br />
musicales de ellos y también tomo los elementos electrónicos que traía El Tri y<br />
formo Haragán. Entonces, se escucha una mezcla, una transición, entre lo Rupestre<br />
y lo urbano. Es cuando surge el movimiento urbano: conjugo las guitarras<br />
eléctricas, acústicas y las letras que hablaban un poquito acerca del contexto de la<br />
ciudad, de las cosas urbanas, de lo que pasaba en todos nosotros. Todo esto, con<br />
influencias del rock Rupestre que yo había escuchado y aprendido con Jaime López,<br />
Rockdrigo González y Roberto González, que eran los principales”.<br />
“Entonces retomo esto y, en mi caso, aporta una base armónica, rítmica y una base<br />
lírica muy importante. Para mí, Haragán es el resultado de esa unión de estilos, de la<br />
unión de dos vertientes de rock: lo que le llamaban rock pesado, más macizo, y el rock<br />
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