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Cagaleras y los propios dioses<br />
“El de esta foto soy yo en el Festival de la Miel 2001 de la Plaza Hidago, en Coyoacán.<br />
Estoy cantando con mi novia Audrey Schmilcker Cul de sac; se la compuse<br />
en francés. Entre el público estaba mi madre. Y una luminaria parisina, Citlali<br />
Anaïs Le Clerre Ponce, preciosa hija de mi hermana Lety”.<br />
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Je suis la fille plus diabolique, (Soy la niña más diabólica<br />
Je fais pleurer les hommes., que hace llorar a los hombres.<br />
Mais su tu vais mon âme, Pero si quieres mi alma,<br />
Je te donne un cul de sac…, te doy un callejón sin salida…<br />
Mon amour qui viens du Sud, Amor mío, que vienes del sur,<br />
Attend mon chat, qui’l dorme…, oye a mi gato que duerme…)<br />
“Pero ustedes preguntaron por qué no doy a conocer mis canciones y por qué<br />
no grabo un disco. Bueno, va que va... Son dos razones. No sé si ultrapoderosas<br />
pero me funcionaron lo suficiente para justificar rachas depresivas a la muerte de<br />
mi mamá. Esa fue la primera, su muerte. Y la segunda, bueno, Audrey, o sea… Ella<br />
terminaba en la UAM-X su licenciatura de socióloga cuando la conocí en Proceso;<br />
Jorge Munguía Espitia se la había recomendado a Arman para apoyarnos con las<br />
encuestas del libro México: su apuesta por la cultura, en octubre del 2001. Hizo<br />
un trabajo limpio, delicado, mega eficaz con Gaby Casas Morell; pero a mí me<br />
enamoró por su voz. Juntos escribimos Baja nena, que grabé al morir mamá en<br />
2007, con Samantha Byers y el hijo de Daniel Tuchman en Cabo San Lucas, para<br />
mi cuate Poncho Varitas, dueño del bar Las Varitas”.<br />
Baja, nena, a la península azul<br />
para robar la perla que John Steinbeck perdió.<br />
Todos Santos o todas diablas, allá por Finisterre<br />
la vida late mejor, en… ¡Baja California Sur!<br />
“Fuimos un par de veces a Europa, viajamos como no te imaginas, aguantamos<br />
vara las cagoladas del puto mundo. Nos amamos, no sé si todavía, ¡pero cuánto<br />
la quise! Audrey Schmilker no era particularmente fan de los Rupestres, pero le<br />
gustó un cassette de Jaime Moreno Villarreal con Está valiendo madre el corazón, y<br />
me acompañaba en las tocadas como la de septiembre del 2007 por los Derechos