21.04.2013 Views

concurs foto i relat NUEVO.indd - ETC

concurs foto i relat NUEVO.indd - ETC

concurs foto i relat NUEVO.indd - ETC

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Servei d’acollida d’estudiants estrangers<br />

tan bonito, con tanta cadencia. Ahí está, ya lo miro. Tiene quince años otra vez<br />

(en ese momento no puedo acordarme si lo volví a ver después de esa edad),<br />

y es de verdad bueno para patinar. Yo otra vez me escondo del otro lado del<br />

kiosco que está en el centro del parque, esperando a que él haga por aquí su<br />

trayecto para salirle al paso, que sepa entonces que también me gustan los patines.<br />

Otra vez me caí como una estúpida, y estoy esperando su carcajada. Los<br />

raspones más feos están en mis rodillas, y no se rió, ni siquiera se dio cuenta<br />

que caí, no me vio, como aquel que nunca ve la ferretería que está en su calle,<br />

frente a la que pasa todos los días, porque nunca ha necesitado un martillo: el<br />

día que necesita el martillo anda buscando ferreterías por toda la ciudad. Quizá<br />

él se enfrente con mi triste figura de patinadora el día que necesite... no sé, el<br />

día que necesite un buen raspón, una experta en caídas, o un cuento que está<br />

perdido en las calles, en el cielo y en el suelo. Me quito los estúpidos patines,<br />

el parque ya no tiene árboles, ningún niño juega, ningún adolescente flirtea,<br />

ninguna pareja se besa. Sólo hay viejos leyendo el periódico, en un trance de<br />

invierno europeo que yo nunca he conocido más que en televisión. Sí, mejor<br />

me marcho a casa a ver la televisión, él se me ha metido en el pensamiento, en<br />

el corazón, por razones insospechadas, porque su característica son unos ojos<br />

de pequeño tremendo hechicero, y no lo puedo soportar, no esa indiferencia, y<br />

sí, me marcho a mi casa a ver treinta canales de televisión, videos musicales,<br />

reality shows, qué se yo. Qué más da por qué desperté una tarde oscura en<br />

un desierto, qué más da por qué tenía alas de mosca, de ángel o de colibrí,<br />

qué más da por qué me gustan los cementerios, qué más da todo cuando él no<br />

se puede reír de mi caída y mis raspones porque ni siquiera se ha percatado<br />

de mi existencia en... ¿en dónde?, ¿en un desierto o en un parque?, ¿siendo<br />

una adolescente o un ser alado sin edad y sin razones? Cuando busqué la<br />

gente que hablara de mi apariencia, de la edad que tengo, que me inventara<br />

las razones, todos eran viejos leyendo el periódico en un gris invierno europeo,<br />

y a mí no se me ocurrió más que ir a casa a ver treinta canales de televisión,<br />

para no pensar en lo que me sucede cuando estoy en su presencia. Tiré los<br />

patines en un basurero, y tomé un autobús. Era una tarde oscura como la del<br />

desierto. Me senté de nuevo junto a ese aparador de la realidad que es la ventana<br />

del autobús, ya no sé si a cada cuadra seguíamos volviendo al pasado o<br />

íbamos hacia el futuro, el caso es que centros comerciales, edificios y casas<br />

desaparecían, así durante varios minutos. Última parada, dijo el conductor del<br />

vehículo, cuando yo era la última pasajera. Bajé del autobús, muy cansada,<br />

estaba solo en medio de un desierto en una tarde oscura. Con temor de que<br />

unas alas me causaran alguna molestia me eché boca arriba sobre la arena,<br />

que era suave, muy suave, emulando las tardes de juventud en que ejercía sin<br />

piedad mi derecho a hacer absolutamente nada, dejando que a cada quien le<br />

brotaran libremente sus maldades y torpezas, mirando el techo, volando con el<br />

24

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!