Engrandecer a la mujer con su femineidad, al - Universidad ...

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y no pueden acostarse los hombres en la
misma cama o sentarse en la misma silla
donde se haya sentado una mujer que
esté menstruando.
Este temor ancestral es el resultado de la
interpretación que los hombres hacían sobre
una mujer que sangraba, pues no podían
creer que anduviera tan serena cinco días
para arriba y para abajo y no se moría,
además que a los 28 ó 30 días volvía a repetir
y nada pasaba. Entonces, se les ocurre decir
que eran diosas y tenían poderes divinos o
que eran brujas y tenían poderes malvados.
¿Qué imaginan que prevaleció? Indaguen,
vayan a las comunidades y escuchen lo
que las mismas mujeres dicen y piensan.
Ahora haré algunas consideraciones sobre
el embarazo y el parto. Durante muchísimo
tiempo las mujeres atendieron a otras mujeres
de sus asuntos ginecológicos y del parto,
mientras el marido esperaba afuera. Después,
los hombres ya atendieron a las mujeres,
lo cual vino de la aristocracia, pues sólo se
podían atender por un doctor; no obstante, la
figura de la comadrona aún sigue existiendo
y trabajando.
En un tiempo creímos que los médicos eran
los dueños del nacimiento de los bebés,
ya que había exclamaciones como: ¡ay
doctor muchas gracias por traer a mi hijo al
mundo!, y la labor de la madre (¿el esfuerzo
y el pujo?) y el apoyo de las parteras se fue
minimizando. Por esta dualidad poco a poco
las mujeres fueron siendo excluidas de la
práctica de la ginecología y de la obstetricia;
agraciadamente, se está recuperando.
Hablemos sobre violencia sexual hacia las
mujeres. Me gusta iniciar con la siguiente
frase de George Sand: “La humanidad es
ultrajada en mí y conmigo, no debemos
disimular o tratar de olvidar esta indignación,
la cual es una de las formas del más
apasionado amor”.
La violencia sexual se define como el acto
conducido a obtener cualquier actividad
sexual, comentario o aproximaciones no
deseadas; o bien, es la acción para traficar
y dirigir la sexualidad de las personas usando
la coerción, independientemente de su
relación con la víctima o el lugar, incluidos,
pero no limitados, los ámbitos doméstico y
laboral.
La violencia sexual engloba: la violación por
la pareja íntima, por extraños, sistemática
en los conflictos armados, insinuaciones,
acoso sexual, a cambio de favores, a
personas discapacitadas, a infantes,
cohabitación forzada, negar el derecho
al uso de anticoncepción o de medidas
de protección contra las enfermedades
de transmisión sexual, mutilación genital,
inspección obligada de la virginidad, aborto
obligado, prostitución forzada y el tráfico de
personas con el propósito de explotarlas
sexualmente.
Uno de los atracos más terribles es el abuso
sexual infantil, especialmente a niñas, pues
alcanza un 70%, cifra alarmante por los
efectos dañinos y destructivos en la vida de
las personas. Ojalá trabajáramos y fuéramos
más conscientes de lo que significa el abuso
sexual infantil.
La violación de adultos también es muy
frecuente y puede ser por desconocidos,
por confianza, en las citas, por el novio, en
las fiestas, por familiares y, el más frecuente,
por la pareja íntima.
Se preguntarán ¿por qué trato un problema
que parece no tiene nada que ver con México
ni con lo mexiquense? Es una práctica en
Europa, pero se ha extendido a algunas partes
de América y, por supuesto, en Medio Oriente
y en África. La UNICEF señala que 70 millones
de niñas y mujeres entre 15 y 49 años de edad,
en 27 países de África y del Medio Oriente, han
sufrido mutilación genital.
Las complicaciones que presentan las
mujeres que sufren mutilación genital son
principalmente relacionadas con el parto,
pues aumenta seriamente la muerte de
sus bebés. Se realiza generalmente entre
los 4 y los 14 años, aunque también en