Engrandecer a la mujer con su femineidad, al - Universidad ...

46
Rosa Galindo. VI Los enamorados tarot.
Debido a la gran cascada de hormonas
que acompañan al ciclo menstrual las
mujeres presentan una serie de conductas
que subyacen a estos cambios, entre los
que se encuentran:
A. Diferencias en la percepción del dolor
Las mujeres tienen mayor riesgo de
padecer dolor crónico y tienden a reportar
mayores niveles de dolor agudo (Fillingim,
2009) debido a que están expuestas a
variaciones en las concentraciones
hormonales a lo largo de su vida (niñez,
pubertad y menopausia), así como durante
el ciclo menstrual; mientras que esas
fluctuaciones no son experimentadas por
el hombre hasta la declinación de niveles
de testosterona por la edad (vejez).
Las diferencias sexuales en cuanto al
dolor parecen estar relacionadas con
los efectos tanto en la organización
como en la activación de las hormonas
esteroideas. Los esteroides sexuales no sólo
afectan el desarrollo de la organización
del sistema nervioso central, sino también
su dinámica, a través de la modulación
de neurotransmisores. En este caso, las
hormonas sexuales actúan como esteroides
neuroactivos, término usado por su efecto
en la modulación de la excitabilidad
neuronal vía interacción con receptores
de neurotransmisores y canales iónicos.
Los esteroides neuroactivos (estrógenos
y andrógenos) pueden ser sintetizados
en el SNC (sistema nervioso central) de
novo, a partir de colesterol endógeno,
especialmente en el hipocampo, por
lo que se les ha dado el término de
neuroesteroides. Bajo esta definición, el
estradiol debería ser clasificado como
neuroesteroide, ya que puede ser sintetizado
a partir de la testosterona circulante en
varias regiones del cerebro (Craft, 2007).
Los cambios en los niveles plasmáticos de
estrógenos se acompañan de modificaciones
en ciertos neurotransmisores, tales como:
serotonina, acetilcolina, dopamina y betaendorfinas.
Un descenso de serotonina periférica
que acompaña al cese de estrógenos puede
ser asociado con disminución del efecto auto
inhibitorio de los niveles de receptores de
serotonina. Este efecto parece estar asociado
a un aumento en la incidencia de cefalea
además de un aumento en la conducta
depresiva (Chacón, 2009).
El dolor debido a enfermedad musculoesquelética,
como en la artritis reumatoide,
osteoartritis, lupus y fibromialgia, es
de 2 a 10 veces más frecuente en mujeres
que en hombres. Bajos niveles de estradiol
en la fase folicular temprana han sido encontrados
en las mujeres que desarrollan
osteoartritis (OA). Los estrógenos pueden
exacerbar el lupus y el embarazo tiende a
desarrollar o empeorar esta enfermedad
(Chacón, 2009).
En un estudio realizado para localizar las
áreas del cerebro que están implicadas
en la percepción de la sensibilidad del
dolor durante las fases del ciclo menstrual
(folicular y luteal), se concluyó que las
áreas del cerebro que pueden disminuir