ECCLESIA 3576

Lourdes Azorín Ortega
Médica psicoterapeuta
¡Q
ué fundamental es estar en la
dinámica amorosa del Espíritu
Santo de Dios! Cada vez me
doy más cuenta y hago más experiencia
de esa mística cotidiana que sostiene
y alienta el Espíritu.
Hemos celebrado Pentecostés hace
unas semanas y desde hace algunos
años me sale del alma felicitar
Pentecostés como felicito
la Navidad y la Pascua de
Resurrección. Ese día los militantes
de la Acción Católica
celebramos con todo el
Apostolado Seglar nuestra
fiesta, me parece fundamental,
de fundante, y radical, de
raíz, vivir esta nueva pascua
espiritual de Pentecostés
para todos los cristianos.
Verbos tan cristianos
como amar, anunciar, seguir,
permanecer, compartir,
sólo se pueden sostener si
estamos en la mística de
cada día de buscar a Dios
en todas las cosas, si nos
dejamos llevar por «la sobria
embriaguez del Espíritu».
El Día del Apostolado Seglar está
muy bien puesto en Pentecostés y por
tanto el de la Acción Católica que es la
forma habitual, normal, básica de articularse
el apostolado seglar en una
diócesis. Pero creo que muchos cristianos
seglares, algunos pastores y también
militantes de la Acción Católica no
están nada preocupados ni concernidos
por esa necesaria puesta en pie de
un apostolado seglar más maduro y
que esté un poquito más articulado.
Muchos seglares estamos «a por uvas»,
en esa dinámica rancia y neoliberal de
«cada uno en su casa y Dios en la de
todos». Muchos buenos cristianos nos
sentimos llamados e interpelados al
amor, tenemos conciencia del mandato
nuevo de amaros los unos a los otros y
doy gracias a Dios por ello, y en mi
propia jerarquía de verdades el amor
está primero. Pero muchos seglares no
tenemos conciencia y no hemos asumido
este otro mandato explícito del
Señor tan claro como ese «id y anunciad»,
ese «os envío». Somos apóstoles,
todos los cristianos, no sólo los curas.
Uno de los pecados más graves de
nuestro clericalismo es haber abandonado
unos y acaparado otros el apostolado
sin educar en la conciencia del
gozo, el don y la tarea de que todos y
cada uno de nosotros somos apóstoles
y de que la gran tarea de la Iglesia, la
evangelización es competencia y responsabilidad
de todos los cristianos.
Mi marido, que era como un viejo listo
y sentencioso, aunque tenía menos
años que yo, decía que él, como buen
militante de la Acción Católica, quería ser
apóstol antes que santo. No es que despreciara
la santidad, ni mucho menos,
quería poner de manifiesto que anunciar
es una responsabilidad primera de todos
y cada uno y que se podía hacer aunque
38 Número 3.576 25 de junio de 2011
Apóstoles evangelizadores
no fuéramos, como es el caso, perfectos
y santos, que también hay que procurarlo
por eso de la coherencia entre lo que
dices y lo que vives y por no desdecir en
la práctica lo que anuncias, y sobre todo
porque siendo buenos se es más feliz,
pero sabiendo y asumiendo que el tesoro
lo llevamos en vasos de barro.
La Iglesia en su conjunto está claramente
concienciada de la necesidad de
un laicado formado, maduro, responsable
para llevar a cabo la evangelización,
pero en lo concreto y en el día a
día cuesta mucho hacer operativa esta
necesidad sentida, entre otras cosas,
porque muchos laicos no saben ni están
motivados para saber ni dispuestos
a asumir un sacrificio, un esfuerzo
por ser apóstoles evangelizadores.
También muchos curas no están suficientemente
preocupados y
ocupados en esta tarea de
alentar y acompañar al laicado
en su desarrollo y maduración,
hay muchas tareas
y esta que puede suponer
tiempo, esfuerzo y sacrificio
sucumbe, pasa con frecuencia
eso de que lo urgente
impide lo importante.
Un ejemplo y una ocasión
de gracia de esa preocupación
de la Iglesia es la preparación
del Sínodo sobre
Evangelización. Por lo que a
mí respecta voy a leer y trabajar
los materiales preparatorios
que son muy buenos, la
Acción Católica los va a trabajar.
Yo animo a todos los
seglares solos o en grupos o colaborando
puntualmente con otros seglares organizados,
seguro que la Acción Católica
no tendría inconveniente en esto, a que
lean y trabaje el material y que no se
corten en hacer aportaciones, sugerencias,
comentarios al mismo y que las hagan
llegar a su párroco, o a su obispo o
a la Conferencia Episcopal o al Vaticano,
pero que se incorporen a esta preocupación
y ocupación de toda la Iglesia.
mlourdesazor@gmail.com
982