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Testimonio<br />
(entregar fotocopia de la ficha 2C)<br />
FICHA 1 C<br />
EL CIELO DE TAIKÍ<br />
Una noche hubo una gran tormenta en la ciudad de Taikí. El agua y el granizo caían con fuerza. Los<br />
rayos y relámpagos no dejaban dormir a nadie. De madrugada, se escuchó un grandísimo trueno que hizo<br />
temblar todos los cristales. En ese momento, vino un gran silencio. Parecía que la tormenta había terminado<br />
de golpe.<br />
A la mañana siguiente, cuando todos salieron a la calle, nadie podía creer lo que veían sus ojos. El<br />
cielo se había roto. Encima de la ciudad de Taikí no había cielo. Aquel gran trueno lo había destrozado. Un<br />
gran agujero oscuro cubría toda la ciudad. La noticia recorrió el mundo entero. Muchos fueron a ver aquel<br />
extraño suceso. Como no había cielo, el sol daba un rodeo para no pasar por allí. No había nubes ni pájaros<br />
que volaran. La Luna y las estrellas no se podían ver desde Taikí.<br />
Sus habitantes quedaron muy tristes, porque ahora vivían en una ciudad sin cielo. Nadie sabía qué<br />
hacer para recuperarlo. Hasta que un día una estrella de color<br />
amarillo comenzó a brillar dentro de aquel agujero. La<br />
recibieron con tanto entusiasmo, que la llamaron<br />
Esperanza. Al día siguiente sucedió lo mismo.<br />
Apareció otra pequeña estrella de color rojizo.<br />
La alegría empezó a apoderarse de todos. A<br />
esta estrella la llamaron Alegría. Poco a<br />
poco, aquel agujero oscuro fue Ilenándose<br />
de más y más estrellas.<br />
Nadie podía explicar porqué aparecían las<br />
nuevas estrellas. Era un misterio. Pero lo<br />
cierto era que, cada vez que alguien hacía<br />
algo bueno a otra persona, nacía una<br />
estrella. Al principio no se dieron cuenta de<br />
esto. Pero pronto lo descubrieron, y así,<br />
encontraron la manera de recuperar su cielo<br />
perdido. Desde ese momento, todos se dedicaron<br />
a hacerse cosas buenas los unos a los otros.<br />
Cuando un niño ayudaba a su madre a poner la<br />
mesa, nacía una estrella. Cuando dos personas hacían las<br />
paces, nacía otra estrella. Cuando alguien compartía lo que tenía<br />
con otros, otra más aparecía. De esta manera, fue creciendo el número de estrellas de una forma imparable.<br />
Fueron tantas y tantas, que ya casi no cabían dentro del agujero. Cuando se llenó del todo, se produjo<br />
un gran resplandor, y tras él, apareció un deslumbrante cielo azul encima de la ciudad.<br />
El agujero oscuro había desaparecido. La ciudad de Taikí estrenaba un nuevo cielo. El sol volvió a<br />
lucir en lo alto; y las nubes y los pájaros volvieron otra vez a cruzarlo. Toda la ciudad se vistió de fiesta y<br />
celebraron con gran alegría lo sucedido. El mundo entero supo la buena noticia. y Taikí dejó de ser conocida<br />
como la ciudad sin cielo, para ser conocida ahora, como la ciudad que tenía el cielo en la tierra.<br />
(José Real "Érase una vez" Ed. (S)<br />
199