La Malhora - La novela corta: una biblioteca virtual

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78 se fusionan y desintegran; zarpazos de anhelos encontrados, saco de alacranes locos. Venga el tercer vaso. ¿Qué? Sus ojos alucinados leen muy claro en la esmeralda del cristal, LA TAPATÍA - SE PINTAN RÓTULOS... Un geisser brota entonces del fango de pez derretida. La incógnita de su destino despejada al fin. Su salud y su vida en la hoja brillante de un cuchillo. Da un grito de júbilo, se levanta y corre al Volador. Pues no señor, nada. Al primer cachete la dentadura de la Tapatía (veinticinco pesos, patente registrada) mordió exhilarante las duelas del estanquillo. Desarmada y estupefacta, en vez de cuchillo, la Malhora sacó devotamente el rosario de su cuello y lo puso en manos de su rival:
—¡Reza, reza, que es lo que te queda en la vida!... Y con las muelas de la Tapatía y el abdomen pujante de Marcelo, medio sofocado bajo el catrecito de hierro en la accesoria SE PINTAN RÓTULOS, la Malhora talló dos cristales que corrigieran su astigmatismo mental. 79
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Bajo la onda fría Hasta principios
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El Flaco lo era como arbusto sin sa
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Oíase el sordo discurrir de los au
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de frituras confiado a la fámula,
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todo un mar de fango. Entró una r
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diendo, descendiendo, habíase redu
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—¿No me das, pues, un abrazo, cu
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Tras de ellos la Malhora lo vió to
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—Es mariguana —observa uno de l
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¿Cómo se llama usted? ¿con qué
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Altagracia lo apura con avidez. El
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Page 40 and 41: 40 lo otro. Es decir, cuando todav
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