Tema 5. La Escolástica - inicio
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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Medieval<br />
desconocido y al que se menciona como Pseudo-Dionisio (a causa de que durante un tiempo<br />
sus obras se atribuyeron a Dionisio Areopagita, un discípulo directo de S. Pablo). Sto. Tomás<br />
acepta esta vía y de hecho cita a menudo a Pseudo-Dionisio. De este modo, podemos saber lo<br />
que Dios “no es” excluyendo las cualidades de las criaturas que no serían propias del ser por<br />
excelencia: Dios no puede ser compuesto, no puede ser generado, no puede ser limitado, no<br />
puede cambiar, no puede carecer de ninguna perfección, etc.<br />
4. Metafísica.<br />
Aquino adopta los conceptos<br />
fundamentales de la metafísica de Aristóteles,<br />
pero con las modificaciones que ya le hiciera<br />
Avicena (lo cual implica mezclarlo con conceptos<br />
platónicos) y no en la versión averroísta, que es<br />
más puramente aristotélica. <strong>La</strong> modificación más<br />
importante es la de considerar que existe una<br />
distinción entre “esencia” y “existencia”. <strong>La</strong><br />
“esencia” comprende todos aquellos rasgos que<br />
hacen que un individuo pertenezca a un género o<br />
especie, lo que le hace ser lo que es. Pero todos<br />
los seres del mundo son contingentes, podrían<br />
no haber existido, por lo tanto la esencia es algo<br />
distinto de la existencia. Sto. Tomás explica la<br />
relación entre ambas como potencia y acto: la<br />
esencia es potencia (puede existir) y la existencia<br />
es el acto de la esencia (existe). Ahora bien,<br />
siguiendo a Aristóteles, Aquino afirma que algo en potencia no puede pasar a acto si no es a<br />
través de una causa que ya esté en acto. Por tanto, la existencia es ontológicamente anterior a<br />
la esencia, y la existencia en sí misma no es sino acto puro, es decir, Dios. Como ya hemos<br />
visto, esto supone que en Dios coinciden esencia y existencia, y por tanto que Dios es un ser<br />
necesario, frente a las criaturas, que son contingentes y en las cuales se puede diferenciar<br />
esencia y existencia.<br />
También modificará Sto. Tomás la noción de substancia aristotélica. Aristóteles definía<br />
la substancia primera como aquello que subsiste por sí mismo (sin inherir en otro) y<br />
consideraba que los entes individuales, compuestos de materia y forma, eran substancias<br />
primeras. Por supuesto, Aristóteles no decía que esas substancias hubiesen llegado a existir<br />
por sí mismas (para Aristóteles todo está causado por otra cosa) ni que fuesen eternas (al<br />
contrario, los cambios substanciales consisten precisamente en génesis y corrupción de esas<br />
substancias primeras), sino simplemente que esas entidades no necesitaban ser soportadas<br />
por otro tipo de ser, que no eran accidentes de otra cosa. Sto. Tomás empleará de una forma<br />
muy diferente el concepto de substancia, y afirmará que en sentido estricto sólo Dios es<br />
substancia, ya que es el único ser cuya existencia le viene de su propia esencia, mientras que el<br />
resto de los seres no subsisten por sí, sino que reciben la existencia de Dios. Del mismo modo<br />
que Dios es “ser” en sentido eminente y las criaturas sólo lo son en sentido secundario y<br />
derivado (por analogía), Dios es substancia en sentido estricto, y el compuesto de esencia y<br />
existencia de los seres creados será llamado substancia en sentido derivado, porque<br />
“participan” (de nuevo el concepto platónico) de la existencia en diferentes grados. De este<br />
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