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Tema 5. La Escolástica - inicio

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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Medieval<br />

Finalmente, Aquino clasificó las formas de gobierno posibles en tres formas legítimas y<br />

tres ilegítimas, exactamente igual que hiciese Aristóteles. Como aquel, consideró que la mejor<br />

de todas ellas era la monarquía o la aristocracia, pero dado que era muy difícil encontrar un<br />

monarca lo suficientemente perfecto para ejercer el poder en solitario sin abusar de él, en la<br />

práctica recomienda un modelo en el que se combinen las tres formas legítimas (monarquía,<br />

aristocracia y democracia) de tal manera que se obtenga la máxima estabilidad posible y cada<br />

parte evite los posibles excesos de las demás. Este modelo, en el que el rey ejerce la función<br />

unificadora del Estado, la aristocracia se ocupa del ejército y la administración, y el pueblo<br />

elige magistrados que los representen frente a la monarquía y la aristocracia, es muy parecido<br />

a lo que de hecho ocurría en aquel momento en Europa, a partir de la creación de las “cortes”<br />

o “estados generales” en el siglo XII, que supuso el <strong>inicio</strong> de la participación de los<br />

representantes de las ciudades ( los burgueses) en la política.<br />

<strong>5.</strong>- <strong>Escolástica</strong> crítica. Siglo XIV.<br />

El siglo XIV fue una época de crisis para Europa Occidental en todos los sentidos. El<br />

desarrollo económico que había recuperado el comercio y la cultura urbana desde el siglo XI, y<br />

que tanto influyó en la aparición de las corrientes escolásticas, se frenó e involucionó, hasta el<br />

punto de que volvieron a producirse hambrunas, lo que desembocó en diversas revueltas,<br />

tanto del artesanado urbano como del campesinado rural. A esta situación vinieron a unirse la<br />

Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia (pero que involucró también a otros<br />

estados) y la peste negra, que acabó con un tercio de la población europea (aunque esto,<br />

paradójicamente, eliminó el exceso demográfico que existía en Europa y permitió que se<br />

relanzara la economía en el siglo siguiente). También los poderes tradicionales de la Europa<br />

medieval entraron también en crisis durante este periodo. El Sacro Imperio Romano<br />

Germánico siguió existiendo, pero el poder central del Emperador era cada vez menor frente al<br />

de los diferentes soberanos de los estados que se englobaban dentro del Imperio. Entre tanto<br />

el papado se enfrentaba a la crisis que provocó el movimiento conciliarista, que reclamaba<br />

para el concilio, y no para el Papa, la autoridad máxima de la Iglesia, y finalmente a mayor de<br />

sus crisis en época medieval, el “Cisma de Occidente”, que en el último cuarto del siglo XIV<br />

dividió a Europa en dos iglesias, cada una de las cuales obedecía a un Papa, uno de ellos en<br />

Aviñón y el otro en Roma.<br />

<strong>La</strong> escolástica también tuvo su propia crisis. Tras las grandes síntesis escolásticas del<br />

siglo XII, fundamentalmente los tres grandes sistemas de la Baja Edad Media, el de san<br />

Buenaventura (cercano al agustinismo platónico), el de santo Tomás de Aquino, y el de Duns<br />

Escoto (considerado en parte como precedente del nominalismo), el XIV se caracterizará por<br />

producir no un pensamiento sistemático, sino fundamentalmente crítico. Es decir, más<br />

destructor que constructor. Los sistemas anteriores no desaparecieron, sino que continuaron<br />

enseñándose en las universidades, pero se diferenciaron netamente de la nueva corriente<br />

propia del XIV. Así, a todas las escuelas que partían de los sistemas del siglo anterior se les<br />

denominó “vía antigua” en su conjunto, refiriéndose este término sobre todo a la utilización<br />

por parte de estas escuelas de una lógica basada en el silogismo aristotélico, mientras que los<br />

seguidores de la “vía moderna” empleaban la lógica terminista, de la que hablaremos más<br />

adelante, y que a pesar de estar también basada en Aristóteles se ocupaba de las cuestiones<br />

semánticas de significado en mucha mayor medida que la “vía antigua”. <strong>La</strong> lógica se convirtió<br />

así en manos de la corriente crítica del siglo XIV, los “modernos”, en un instrumento de análisis<br />

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