Tema 5. La Escolástica - inicio
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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Medieval<br />
frase. Los nombres, los adjetivos, los verbos (en definitiva, los términos que se refieren a<br />
alguna de las categorías de Aristóteles, que es de donde toman el nombre) son términos<br />
categoremáticos. Los términos sincategoremáticos, por el contrario, no se refieren a<br />
ninguna entidad real, sino que son tan sólo trozos de lenguaje que sirven para relacionar<br />
los términos categoremáticos y que carecen de significado si se dan aislados. Términos<br />
como “y”, “o”, “ninguno”, “con”, etc., (es decir, los nexos y operadores lógicos) son<br />
sincategoremáticos. Con esta distinción Ockham está poniendo la base de su primer<br />
ataque a la metafísica, que es fundamentalmente un ataque a la noción de “concepto<br />
universal”. Efectivamente, ya desde Platón se había venido defendiendo la realidad de<br />
los conceptos universales (y por tanto de las esencias) sobre la base de que la existencia<br />
de un término (en este caso, de un nombre común) suponía la existencia de algo real a lo<br />
que refiere. Sin embargo, los términos sincategoremáticos no refieren a nada real, sino<br />
que sólo tienen sentido dentro del lenguaje. Por tanto, no es cierto el supuesto básico<br />
del racionalismo según el cual todo lo que existe en el lenguaje existe en la realidad.<br />
- Los términos categoremáticos tienen “significatio”, es decir, son signos que se refieren<br />
a otras cosas y que pueden representarlas en una proposición. Ahora bien, esa<br />
“significatio” puede darse de dos formas, en función de qué tipo de realidad represente.<br />
Si el término significa una cosa, como “hombre”, “caballo” o “gato”, entonces se dice<br />
que es un término de “primera intención” (porque refiere directamente a la realidad).<br />
Pero existen otros términos que no representan directamente cosas, sino a signos que<br />
representan a cosas. Por ejemplo, “nombre” no representa una cosa de la realidad, sino<br />
un tipo de signo que existe dentro del lenguaje. Estos términos que son signos que<br />
representan otros signos se denominan términos de “segunda intención” (porque sólo<br />
indirectamente refieren a la realidad). De este modo, “nombre” es un término de<br />
segunda intención, que refiere a una palabra como por ejemplo “hombre”, que es a su<br />
vez un término de primera intención y refiere a cosas que existen en la realidad. <strong>La</strong><br />
diferencia entre los términos de primera y segunda intención va a ser importante en la<br />
crítica a la metafísica que llevará a cabo Ockham porque este considera que “especie” y<br />
“género” son términos de segunda intención, y por lo tanto no refieren a nada real, sino<br />
a un tipo de signos. Recuérdese que las especies y los géneros no son sino los conceptos<br />
universales, las esencias de los diferentes tipos de seres. Lo que Ockham está afirmando<br />
es que los conceptos “especie” y “género” no se corresponden con una realidad<br />
extramental, sino con grupos de signos que existen sólo dentro del lenguaje.<br />
- Por otro lado, los términos de primera intención no significan siempre lo mismo. <strong>La</strong><br />
significatio es la referencia que tiene un término por sí mismo, cuando se presenta<br />
aislado, fuera de una frase. Pero ese significado se matiza cuando el término se<br />
encuentra en un contexto, es decir, dentro de una proposición. <strong>La</strong> suppositio es la forma<br />
de significar que tiene un término dentro de una proposición. El término “hombre”<br />
siempre tiene la misma significatio, es decir, siempre representa la misma cosa de la<br />
realidad, pero puede emplearse de formas muy distintas. No significa exactamente lo<br />
mismo en los enunciados “ese hombre está corriendo”, “el hombre es un animal<br />
racional” o “”Hombre” tiene seis letras”. Aunque el significado siempre sea el mismo,<br />
podemos hacer distintos usos del término. Los usos posibles de un término son tres:<br />
suppositio personalis, en la que el término representa un individuo real y concreto,<br />
como en “ese hombre está corriendo”; la suppositio simplex, en la que el término<br />
representa al conjunto de individuos a los que se podría aplicar, como en “el hombre es<br />
un animal racional”; y finalmente la suppositio materialis, en la cual el término hace<br />
referencia al término mismo, y por tanto refiere no a una parte de la realidad, sino a una<br />
parte del lenguaje, como en “”Hombre” tiene seis letras”. Ahora bien, Ockham nos hace<br />
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