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Tema 5. La Escolástica - inicio

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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Medieval<br />

ese concepto, además de en el entendimiento, existe en la realidad. Según S. Anselmo la<br />

prueba de que existe también en la realidad se encuentra en la misma definición del concepto,<br />

ya que si “el ser mayor que el cual nada puede pensarse” no existiera en la realidad, podría<br />

pensarse un ser mayor que él, a saber, un ser que además existiese en la realidad. Pero esto es<br />

una contradicción, ya que no puede haber un ser mayor que “el ser mayor que el cual nada<br />

puede pensarse”. Por tanto, dicho ser tiene que existir en la realidad.<br />

<strong>La</strong> prueba de S. Anselmo ya fue rechazada por algunos autores de su época, como<br />

Gaunilón, que alegó que la existencia de un concepto no implica la existencia de algo real con<br />

lo que se corresponda, y que por tanto S. Anselmo estaba dando un paso ilegítimo desde el<br />

orden lógico al orden real. Para explicar la ilegitimidad del argumento, Gaunilon hace una<br />

comparación: supongamos que alguien tiene la idea de unas Islas Afortunadas perfectas y<br />

paradisíacas, y concluye que, a partir de tal idea, deben existir necesariamente debido a su<br />

perfección, pues la existencia es una perfección. Nadie daría crédito a la persona que<br />

argumentara de tal modo y pretendiera demostrar así la existencia de dichas islas, resultando<br />

clara la ilegitimidad del argumento, tal como ocurre con la prueba anselmiana de la existencia<br />

de Dios. San Anselmo replico a Gaunilon destacando lo impropio de la comparación. En primer<br />

lugar, no se puede equiparar la existencia de Dios, inmaterial, con la existencia de las Islas<br />

Afortunadas, materiales. En segundo lugar, Dios es un ser necesario, mientras que las Islas son<br />

contingentes, por lo que no hay en su idea (concepto) nada que nos conduzca a pensarlas<br />

como necesarias y, por lo tanto, como existentes. A pesar de las objeciones de Gaunilón, el<br />

argumento fue adoptado por algunos escolásticos de la corriente agustinista, aunque los<br />

escolásticos de otras corrientes, como Sto. Tomás de Aquino, lo rechazaron.<br />

El argumento anselmiano transcendió la época medieval, y en la edad moderna<br />

encontramos demostraciones de la existencia de Dios muy semejantes, como la de Descartes o<br />

Leibniz, que igualmente parten de la existencia del concepto “Dios” para probar su existencia<br />

real. Ello explica que muchos años después de S. Anselmo hubiera autores, como Hume o Kant,<br />

interesados en rebatir el argumento anselmiano.<br />

3.2.- <strong>La</strong> disputa de los universales.<br />

<strong>La</strong> cuestión de los universales fue el problema filosófico más debatido por la<br />

escolástica temprana, y en él puede observarse cómo la postura del agustinismo platonizante,<br />

que había dominado todo el pensamiento occidental desde la caída del Imperio Romano, fue<br />

perdiendo terreno ante doctrinas menos fideistas y más basadas en la razón natural, que<br />

serían el antecedente directo de las corrientes dominantes en los dos siguientes periodos de la<br />

escolástica, la escolástica clásica y la escolástica crítica.<br />

El problema de los universales se refiere a la entidad ontológica de los géneros y<br />

especies (es decir, de los conceptos universales), y se cuestiona si estos existen por sí mismos<br />

o sólo en la mente, si se encuentran separados de los objetos sensibles o no. No se trata, por<br />

tanto, sino del viejo problema que ya se planteó a partir de las Ideas platónicas. <strong>La</strong>s posturas<br />

existentes en la escolástica medieval van a ser básicamente las mismas que ya se dieron en la<br />

filosofía griega.<br />

<strong>La</strong> primera de esas soluciones, denominada “ultrarealismo” o “realismo extremo”, fue<br />

defendida por los autores más agustinistas, como S. Anselmo. Esta postura afirma que los<br />

universales existen extramentalmente, y que además son anteriores a los objetos particulares,<br />

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