Formación y Orientación Laboral

Formación y orientación laboral
Precauciones con el
torniquete:
Usar tiras anchas -
Poner la hora -
Trasladar con urgencia
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HEMORRAGIA EXTERNA
Ante una hemorragia se debe actuar del siguiente modo:
1. Acostar la víctima para prevenir lipotimias.
2. Compresión de la herida. Comprimir directamente la herida (10
minutos) con los apósitos limpios que estén a nuestro alcance (gasa,
compresa, pañuelo, servilleta, etc.) y elevar el miembro afectado.
3. Vendaje compresivo. Efectuar un vendaje compresivo con una
venda o trozo de tejido. Si el vendaje se empapa, no debemos
cambiarlo, colocaremos otro encima.
4. Compresión arterial. Cuando no cesa la hemorragia y la herida
está en una extremidad, se puede aplicar una compresión manual
(sobre la arteria humeral o femoral) o practicar un torniquete.
5. Torniquete. Si no podemos detener la hemorragia y está en peligro
la vida de la víctima se puede realizar un torniquete, que consiste
en colocar por encima de la herida una atadura fuerte hecha
con tela y tensada dándole vueltas a un palo.
SHOCK
Se debe poner un letrero con la hora exacta y efectuar el traslado
urgente a un centro médico. Es peligroso porque a partir de la hora
y media pueden producir lesiones irreversibles, que obliguen a la
amputación del miembro, o provocar la muerte por autointoxicación.
El shock es un estado clínico en el que la cantidad de sangre que
llega a las células es insuficiente o inadecuado para su normal funcionamiento.
Sus síntomas son: piel fría y húmeda, palidez, pulso débil y rápido,
desazón, agitación, inconsciencia, etc.
Cuando su causa es la pérdida de sangre se denomina shock
hemorrágico y si es debido a un traumatismo shock traumático. El
tratamiento consiste en:
) Colocar en posición antishock (tumbado con las piernas elevadas).
O Si es hemorrágico controlar la hemorragia.
o Tapar con una manta para que no se enfríe.
o Tranquilizar a la víctima.
) Trasladar a un centro hospitalario.
HEMORRAGIAS INTERNAS
En caso de producirse una hemorragia interna, efectuaremos la exploración
primaria del lesionado, intentaremos prevenir el shock
hemorrágico y lo trasladaremos a un centro hospitalario vigilando sus
constantes vitales.
Las hemorragias internas son especialmente peligrosas porque no
se detectan a primera vista, ya que no se ve la sangre. Para detectarla
hemos de guiarnos por los síntomas propios de estas hemorragias. En
primer lugar, como toda hemorragia, se produce una caída de la tensión
que se manifiesta en palidez (la sangre no llega a los capilares y la víctima
presenta ojeras de color blanco, al presionar las uñas tardan en volver
a tener su color rosado, etc.). También se produce una bajada de la
temperatura corporal y la víctima declara tener frío.
Hemorragias exteriorizadas por orificios naturales: