ÍNDICE CAPÍTULO II NIÑO PROBLEMA... JOVEN ... - PEMEX
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formas y presentaciones, se considera una de las mayores epidemias que afecta a la<br />
humanidad y que no se atiende de manera adecuada.<br />
Derivado de estas consideraciones se puede afirmar que, aunque la depresión puede<br />
ser calificada como una enfermedad “invisible” o “inexistente”, la realidad nos muestra<br />
un panorama totalmente diferente y que este trastorno crece y se extiende de manera<br />
silenciosa. Es importante comentar que no es una enfermedad característica de los<br />
llamados países pobres o en desarrollo como el nuestro.<br />
Con frecuencia la depresión en la infancia y adolescencia se encuentra asociada a<br />
problemas de conducta, episodios de ansiedad, trastorno por déficit de atención con o<br />
sin hiperactividad, y situaciones estresantes, entre otras, que dificultan más aún, la<br />
realización de un buen diagnóstico. En los casos en que los síntomas se inician a<br />
edades más tempranas y no son identificados, hay mayor posibilidad de que se agrave<br />
la situación en el futuro, causando problemas en las relaciones personales, familiares,<br />
laborales, y sociales. Estos síntomas en edades tempranas también suelen presentarse<br />
de forma “enmascarada”, a través de problemas de conducta a nivel familiar y escolar.<br />
Frecuentemente se manifiestan como rebeldía, irritabilidad, indiferencia en las<br />
actividades familiares; irse de “pinta”, malas calificaciones o fracaso escolar, y también<br />
problemas de la alimentación.<br />
Muchos niños y adolescentes con depresión presentan además otro o más trastornos<br />
mentales. Los más frecuentes son:<br />
1. Trastorno de ansiedad.<br />
2. Trastornos de conducta.<br />
3. Trastornos por uso de sustancias (drogas).<br />
El trastorno por ansiedad que se conoce como “ansiedad de separación” es muy<br />
frecuente en niños pequeños. En las relaciones familiares de niños y adolescentes<br />
deprimidos se pueden identificar problemas familiares, maltrato infantil, rechazo,<br />
problemas para comunicarse y pocas manifestaciones de sentimientos de afecto. En la<br />
medida en que los niños van creciendo, se modifican y aumentan los síntomas de<br />
ansiedad. Los “berrinches”, los cambios constantes en el estado de ánimo, una baja<br />
autoestima, así como sentimientos de culpa difíciles de explicar (sienten que son los<br />
responsables de los problemas que pasan en la familia, del accidente o enfermedad<br />
grave de algún familiar o persona cercana). Estas situaciones también se acompañan<br />
de conductas e ideas de tristeza que solamente demuestran una alteración en su<br />
humor o en su estado de ánimo.<br />
En muchas investigaciones se ha demostrado que las experiencias traumáticas o<br />
dolorosas en la infancia, se relacionan más directamente con el divorcio, y la<br />
separación o muerte de los padres o hermanos. De igual manera, la existencia de<br />
enfermedades mentales en los padres, conjuntamente con problemas graves en el<br />
funcionamiento familiar, pueden ser factores que permiten pronosticar que los eventos<br />
depresivos se van a hacer crónicos y que posteriormente se presentarán varias<br />
recaídas.<br />
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