En la mayoría de los casos, los trastornos de la conducta alimentaria los detecta el médico familiar, el pediatra, el ginecólogo, inclusive el odontólogo; es decir se detectan por las consecuencias que producen dichos padecimientos, entre ellos alguna afección estomacal, la ausencia de periodo menstrual, pérdida de piezas dentales, etcétera. En este caso, el profesional de la salud deberá brindar la orientación adecuada para que algún especialista en la materia realice primero un diagnóstico preciso. Una vez que se conoce a fondo la situación concreta de cada paciente, se decide qué tipo de tratamiento puede ser más eficaz. Los especialistas coinciden en señalar que un buen abordaje terapéutico de los pacientes con trastornos de la alimentación requiere atención integral en un tratamiento que incluya la participación de psiquiatras, psicólogos y nutriólogos. Se deben atender las posibles complicaciones orgánicas, la rehabilitación nutricional (recuperación o mantenimiento de un peso adecuado a la edad y talla), la recuperación de las pautas normales de alimentación, el estudio de los posibles problemas familiares, sociales y conductuales que presente cada paciente y prevenir las recaídas. En los pacientes con anorexia nerviosa es importante detectar aquellas situaciones en las que se hace necesaria una intervención urgente para salvarle la vida, evitar secuelas o la aparición de complicaciones graves. Aunque no todas las familias de los pacientes con trastornos de la alimentación tienen problemas graves, todas necesitan ayuda para que puedan colaborar adecuadamente en el tratamiento. Es necesario que los padres conozcan las características del trastorno que padece su hijo (a) y que reciban las indicaciones oportunas. En algunos casos en que la dinámica familiar sea claramente disfuncional, será necesario realizar un abordaje psicoterapéutico que incluya a todo el grupo familiar. ¿Qué puedo hacer si mi hijo es obeso? Muchos padres acuden a consulta pretendiendo que los profesionales de la salud les resuelvan el problema de sus hijos. Sin embargo, el ambiente familiar puede propiciar que aparezcan y se mantengan problemas de obesidad, porque lafamilia no está alimentándose bien. En este caso, la familia tiene que cambiar sus costumbres, proponiéndose un programa de alimentación, no una dieta, que sea variado, atractivo, apetitoso y nutritivo. Los niños no deben sujetarse a una dieta propiamente dicha, ya que están en crecimiento, pero sí deben alimentarse adecuadamente para que logren un pleno desarrollo. Entre las recomendaciones se tiene: • Que asista al menos dos veces al año con el médico para laevaluación de su peso y talla. • Someter a toda la familia a un plan alimenticio saludable. • No premiar ni castigar a través de alimentos, pues de este modo el niño relaciona el acto de comer con algo equivocado. • Alentar la práctica de actividad física. Se debe ajustar un plan de alimentación de acuerdo con la actividad que se lleva a cabo. • Reducir las horas que los menores pasan frente al televisor. • Cuando la dieta está indicada por el aumento de peso y por el sobrepeso, debe darse un plan de alimentación que cubra los requerimientos de la persona, ya que se puede estar obeso y desnutrido. Cuando se realiza una dieta restrictiva 60
o baja en calorías, se suprimen alimentos ricos en hidratos de carbono y conforme pasa el tiempo, aparece una fuerte necesidad por consumirlos. El atracón es una consecuencia de la deprivación calórica y muchas veces es el punto de inicio de algún trastorno de alimentación. • Lograr un cambio definitivo en los hábitos de vida que apuntale las conductas alimentarias sanas y evitar el sedentarismo. 61