09.05.2013 Views

manual para un proceso de formación integral personal y grupal

manual para un proceso de formación integral personal y grupal

manual para un proceso de formación integral personal y grupal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

7<br />

límites. Los actos <strong>de</strong> <strong>un</strong>ión <strong>de</strong> la <strong>personal</strong>idad madura, en cambio, son <strong>de</strong>sinteresados”.<br />

El ser plenamente humano es capaz <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> sí y comprometerse con <strong>un</strong>a causa, y <strong>de</strong><br />

hacerlo libremente. Evi<strong>de</strong>ntemente, el ser plenamente humano <strong>de</strong>be ser libre. Hay entre<br />

nosotros muchos filántropos que entregan su tiempo o sus bienes <strong>de</strong> <strong>un</strong> modo entusiasta o<br />

compulsivo. Parece como si sintieran <strong>un</strong>a especie <strong>de</strong> necesidad irresistible que no les<br />

<strong>de</strong>jara en paz, <strong>un</strong>a especie <strong>de</strong> culpa y/o ansiedad que, como si <strong>de</strong> <strong>un</strong>a anilla en la nariz se<br />

tratara, les arrastrara obsesivamente <strong>de</strong> <strong>un</strong>a buena acción a otra. El ser plenamente<br />

humano sale <strong>de</strong> sí, hacia los <strong>de</strong>más y hacia el propio Dios, no por <strong>un</strong>a especie <strong>de</strong> neurosis<br />

compulsivo-obsesiva, sino activa y libremente y porque así lo ha <strong>de</strong>cidido.<br />

El filósofo Martin Hei<strong>de</strong>gger, hablando <strong>de</strong> la <strong>un</strong>ión amorosa, señala dos obstáculos que<br />

pue<strong>de</strong>n sofocar el crecimiento humano: la satisfacción complacida <strong>de</strong> quien se contenta con<br />

lo que ya hay y, en el otro extremo, la actividad <strong>de</strong>sasosegada <strong>de</strong> quien va, <strong>de</strong> aturdimiento<br />

en aturdimiento, en busca <strong>de</strong> algo más. El resultado, dice Hei<strong>de</strong>gger, es siempre el<br />

enajenamiento. En el amor <strong>de</strong>bemos poseer y saborear lo que hay y, al mismo tiempo,<br />

aspirar a poseer (amar) más plenamente el bien. Este es el equilibrio conseguido por el ser<br />

plenamente humano entre “lo que hay” y “lo que está por llegar”.<br />

En el amor, el ser plenamente humano no se i<strong>de</strong>ntifica con lo que ama, como si se tratara<br />

<strong>de</strong> algo añadido a él. En su libro Etre et avoir, Gabriel Marcel se lamenta <strong>de</strong> que nuestra<br />

civilización nos enseña a apo<strong>de</strong>rarnos <strong>de</strong> las cosas, cuando más bien <strong>de</strong>bería iniciarnos en el<br />

arte <strong>de</strong> <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> ellas, porque no hay libertad ni vida real sin <strong>un</strong> aprendizaje <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>sposesión.<br />

El equilibrio entre “interioridad” y “exterioridad” es lo que se entien<strong>de</strong> por “integración<br />

<strong>de</strong> la <strong>personal</strong>idad”. Contrariamente a muchas <strong>de</strong> las cosas que se han dado a enten<strong>de</strong>r<br />

acerca <strong>de</strong> ella, la naturaleza humana es f<strong>un</strong>damentalmente razonable. Carl Rogers insiste<br />

en estar seguro <strong>de</strong> esta conclusión, basada en veinticinco años <strong>de</strong> trabajo psicoterapéutico.<br />

El hombre no es <strong>un</strong>a j<strong>un</strong>gla <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos e impulsos irracionales. Si así fuera, el hombre no<br />

<strong>de</strong>searía ser plenamente humano. Todos somos capaces <strong>de</strong> exagerar, y todos po<strong>de</strong>mos<br />

volcarnos excesivamente hacia <strong>de</strong>ntro o hacia fuera. Todos po<strong>de</strong>mos hacernos esclavos <strong>de</strong><br />

nuestros placeres sensoriales, sin <strong>para</strong>rnos a reflexionar sobre nuestra paz anímica o sobre<br />

nuestra necesidad social <strong>de</strong> amar y darnos a los <strong>de</strong>más. O po<strong>de</strong>mos también exagerar en<br />

sentido contrario y <strong>de</strong>jarnos esclavizar por el “intelecto” y vivir únicamente <strong>de</strong>l cuello hacia<br />

arriba.<br />

Cuando el hombre y la mujer viven plenamente con todas sus faculta<strong>de</strong>s y armonizan<br />

todas sus fuerzas, la naturaleza humana <strong>de</strong>muestra ser constructiva y digna <strong>de</strong> confianza.<br />

En otras palabras, y como observa Rogers, cuando el hombre y la mujer f<strong>un</strong>cionan<br />

libremente, po<strong>de</strong>mos fiarnos <strong>de</strong> sus reacciones, que serán positivas, progresivas,<br />

constructivas. Este es <strong>un</strong> gran acto <strong>de</strong> fe en la naturaleza humana que es muy poco<br />

frecuente entre nosotros: si <strong>un</strong> hombre y <strong>un</strong>a mujer están verda<strong>de</strong>ramente abiertos a todo<br />

lo que él y ella son y si f<strong>un</strong>cionan libre y plenamente con todas sus capacida<strong>de</strong>s (sentidos,<br />

emociones, mente y vol<strong>un</strong>tad), el comportamiento armonizará todos los datos <strong>de</strong> dichas<br />

capacida<strong>de</strong>s y será equilibrado y realista. Ese hombre y esa mujer estarán en el camino<br />

<strong>de</strong>l crecimiento (que tal es el <strong>de</strong>stino humano <strong>de</strong>l hombre y la mujer: no la perfección, sino<br />

el crecimiento).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!