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la buena predicación gleen conjurske - Centro de Avivamiento ...

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egresará vacía, sino que cumplirá el proposito para lo cual fue enviada, aunque esa pa<strong>la</strong>bra predicada por<br />

ellos, no logre absolutamente nada. Este parecerá el lenguaje <strong>de</strong> una fe piadosa, pero <strong>de</strong> hecho es el<br />

lenguaje <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

____________________________________________________________<br />

(*) ibid., Pags. 134 - 135<br />

tibieza. Es el lenguaje <strong>de</strong> alguien que se contenta con no tener fruto. El mismo texto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Escrituras en<br />

manos <strong>de</strong> <strong>la</strong> fe, tendría un efecto completamente diferente: llevaría al hombre a arrodil<strong>la</strong>rse, a luchar con<br />

Dios con fuerte c<strong>la</strong>mor y lágrimas, con gemidos in<strong>de</strong>cibles, para reparar sus caminos; para usar y ser usado;<br />

hasta que pueda ver con sus propios ojos el fruto <strong>de</strong> esa pa<strong>la</strong>bra. He visto a un predicador pentecostal, orar<br />

por <strong>la</strong> sanidad <strong>de</strong> una mujer, que <strong>de</strong>cía que no tenía un diente bueno en toda <strong>la</strong> boca. La <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ró sana,<br />

aunque sus dientes permanecieron igual, y con seriedad informó a <strong>la</strong> gente que dicha sanidad no necesitaba<br />

ser instantánea, pero que <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> seguro ya se estaba haciendo y que pronto tendría <strong>la</strong> boca llena <strong>de</strong><br />

dientes sanos. Ahora, ¿es este un lenguaje <strong>de</strong> fe o <strong>de</strong> insensatez y engaño? Y aún, no puedo <strong>de</strong>tectar<br />

ninguna diferencia entre esto y <strong>la</strong> suposición <strong>de</strong> muchos predicadores que <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra que ellos predican está<br />

logrando el propósito <strong>de</strong> Dios, aunque ellos no lo vean. Elías no oró así, sino que envió a su criado una y<br />

otra vez a buscar <strong>la</strong> nube, mientras el continuaba luchando con Dios. Tampoco se conformaría mientras su<br />

criado le dijera “no hay nada”. Tampoco <strong>de</strong>sistiría hasta ver con sus propios ojos <strong>la</strong> nube levantándose. Y a<br />

esto Santiago le l<strong>la</strong>ma, orar intensamente, a esto l<strong>la</strong>ma oración ferviente y eficaz. Y cuando empecemos a<br />

ver <strong>predicación</strong> ferviente y eficaz, muy pronto veremos una pequeña nube en <strong>la</strong> lejanía y enseguida el cielo<br />

obscuro con nubes y viento, y muy pronto <strong>la</strong> lluvia <strong>de</strong> bendiciones cayendo sobre el suelo reseco. La <strong>buena</strong><br />

<strong>predicación</strong> logrará su finalidad.<br />

¿Entonces que resultados estamos buscando? Para empezar, <strong>la</strong> <strong>buena</strong> <strong>predicación</strong> atráe gente. “…<strong>la</strong> mies<br />

es mucha…” “…mirad los campos porque ya están b<strong>la</strong>ncos para <strong>la</strong> siega”. Bajo <strong>la</strong> espuma y frivolida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> una vida <strong>de</strong> vanidad, bajo el orgullo y autosuficiencia <strong>de</strong> una vida sin Dios, bajo <strong>la</strong> prisa <strong>de</strong> una vida <strong>de</strong><br />

p<strong>la</strong>cer, bajo <strong>la</strong> dureza <strong>de</strong> una vida <strong>de</strong> pecado, existe en cada hombre un corazón hambriento y una<br />

conciencia acusadora. “…pero los obreros son pocos…”. ¡Cuan pocos son los predicadores que son<br />

capaces <strong>de</strong> penetrar a través <strong>de</strong>l alboroto y frivolidad, <strong>de</strong> <strong>la</strong> dureza y autosuficiencia y hab<strong>la</strong>r a <strong>la</strong> misma<br />

alma <strong>de</strong>l hombre! Tenemos predicadores en abundancia, pero ¡cuan pocos pue<strong>de</strong>n tomar <strong>la</strong> espada <strong>de</strong>l<br />

Espíritu para perforar <strong>la</strong> armadura con que los hombres se han fortificado contra Dios, y hab<strong>la</strong>r a su mismo<br />

corazón y a su conciencia! Aún así, creo que <strong>la</strong>s verda<strong>de</strong>s sobre el pecado, <strong>la</strong> justicia y el juicio, así como el<br />

tierno, expectante y sufrido amor <strong>de</strong> Dios, predicados con autoridad, intensidad y amor, lograrán<br />

exactamente eso. Y cuando un hombre se levanta y sabe predicar así, atraerá a <strong>la</strong> gente. Pue<strong>de</strong> ser que ellos<br />

no comprendan por qué son atraídos a él, pero saben e instintivamente sienten, que el predicador está<br />

limpiando <strong>la</strong>s te<strong>la</strong>rañas <strong>de</strong> lo más profundo <strong>de</strong> sus corazones y almas, que les hace sentir lo que nunca han<br />

sentido antes, que los enfrenta cara a cara con estas realida<strong>de</strong>s que tocan el centro <strong>de</strong> su mismo ser y son<br />

po<strong>de</strong>rosamente, o quizá irresistiblemente atraídos a él.<br />

¡De qué manera era atraída <strong>la</strong> gente a Cristo! Lo siguieron al <strong>de</strong>sierto, y permanecieron con Él tres días sin<br />

comer, so<strong>la</strong>mente para escuchar <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras que salían <strong>de</strong> sus <strong>la</strong>bios! Yo sé que Él habló como ningún otro<br />

hombre. Yo sé que el Espíritu Santo fue <strong>de</strong>rramado en Él sin medida. Pero nosotros po<strong>de</strong>mos hab<strong>la</strong>r <strong>la</strong><br />

misma verdad, con el mismo Espíritu, <strong>de</strong> acuerdo a nuestra medida, y ¿porqué no vemos <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se <strong>de</strong><br />

resultados, aunque en menor medida? Aún, ¿porqué no los mismos resultados y hasta en mayor medida, ya<br />

que el mismo Cristo dijo, “…el que en Mí cree, <strong>la</strong>s obras que Yo hago, él <strong>la</strong>s hará también; y mayores hará<br />

porque yo voy al Padre”. (Juan 14:12)? ¿Cuántas veces los hombres en nuestros tiempos explican esta<br />

Escritura, diciendo que no se aplica a obras mi<strong>la</strong>grosas, o a obras físicas, sino so<strong>la</strong>mente a obras<br />

espirituales? Muy bien: aquí tenemos una obra espiritual para que <strong>la</strong> ejecutes.<br />

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