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la buena predicación gleen conjurske - Centro de Avivamiento ...

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También re<strong>la</strong>ta el caso <strong>de</strong> un universalista que llegó a <strong>la</strong> reunión armado con una pisto<strong>la</strong> para matarle por<br />

haber convertido a su esposa <strong>de</strong>l universalismo. Dice:<br />

“Él escuchó unos momentos y luego repentinamente a media reunión, cayó <strong>de</strong> su asiento y gritó, “¡Ay,<br />

me estoy hundiendo en el infierno! ¡Ay Señor ten piedad <strong>de</strong> mi!” Su universalismo <strong>de</strong>sapareció en un<br />

abrir y cerrar <strong>de</strong> ojos; él ve su pecado, y ahora se está hundiendo en el infierno.” (**).<br />

Podría re<strong>la</strong>tar otros inci<strong>de</strong>ntes parecidos, pero <strong>de</strong>sisto. Es evi<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong> <strong>predicación</strong> que logra su<br />

propósito, es <strong>la</strong> que convence <strong>de</strong> pecado. Ahora, para producir esto, <strong>de</strong> cualquier manera, <strong>de</strong>bemos<br />

apuntarnos hacia ello. Debemos dar un gran lugar al tema <strong>de</strong>l pecado en nuestra <strong>predicación</strong>, tal como lo<br />

tiene en <strong>la</strong> Biblia. Tampoco <strong>de</strong>bemos estar contentos con predicar contra el pecado en una manera general,<br />

porque todo el mundo diría “Amen” – y lo aplicaría a todos sus vecinos. Debemos predicar estrechamente,<br />

<strong>de</strong> modo escrutador y específicamente, advirtiendo al pecador no so<strong>la</strong>mente contra el pecado en general,<br />

sino contra “su propio pecado” en particu<strong>la</strong>r. (Ezequiel 33:8-11)- contra “todos los pecados que ha<br />

cometido” (Ezequiel 18:21.) Debemos hacer que el pecador entienda y sienta que su caminoes malvado, y<br />

que sus pecados son una ofensa y una abominación para Dios. Debemos sacarlos fuera <strong>de</strong> su escondite,<br />

<strong>de</strong>snudarlos <strong>de</strong> cualquier excusa y traerlos ante Dios con <strong>la</strong> boca tapada, con auto-con<strong>de</strong>nación, y<br />

culpabilidad. Esta es <strong>la</strong> principal finalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>predicación</strong>.<br />

Frutos <strong>de</strong> arrepentimiento. Este fue el mensaje <strong>de</strong> Cristo y <strong>de</strong> todos Sus apóstoles. Cristo mando que “el<br />

arrepentimiento y perdón <strong>de</strong> los pecados<br />

Justicia. La <strong>buena</strong> <strong>predicación</strong> llevará al hombre a tener hambre y sed <strong>de</strong> justicia. Les persuadirá <strong>de</strong> que no<br />

hay felicidad ni salvación sin el<strong>la</strong>. La justicia hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> ser justos. Es ser y hacer lo correcto. Es “<strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

hacer lo malo” y “apren<strong>de</strong>r a hacer el bien” (Isaías 1:16-17.) Es arrepentirse, y traer frutos <strong>de</strong><br />

arrepentimiento. Este fue el mensaje <strong>de</strong> Cristo y <strong>de</strong> todos sus apóstoles. Cristo mando que “el<br />

arrepentimiento y <strong>la</strong> remisión <strong>de</strong> pecados sea predicado en Su Nombre, en todas <strong>la</strong>s naciones” (Lucas<br />

24:47). El gran bulto en <strong>la</strong> <strong>predicación</strong> <strong>de</strong>l apóstol Pablo (según nos dice él), fue <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio hasta el<br />

final <strong>de</strong> su carrera “que todos se arrepientan y se vuelvan a Dios haciendo obras dignas <strong>de</strong> arrepentimiento.”<br />

(Hechos 26:20.) Aún así, con todo esto, hay mucho antagonismo en <strong>la</strong> iglesia actualmente, contra <strong>la</strong><br />

<strong>predicación</strong> <strong>de</strong>l arrepentimiento y hacer obras dignas <strong>de</strong> arrepentimiento. Muchos, c<strong>la</strong>mando sostener <strong>la</strong><br />

doctrina <strong>de</strong> salvación por fe, niegan por completo <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> arrepentimiento. Otros lo <strong>de</strong>finen y lo<br />

explican hasta hacerlo nulo. Existe un sentimiento general en todas partes, expresado y no-expresado, que<br />

el hombre pue<strong>de</strong> ser salvo sin ser justo. Por este medio, el hombre cree sostener <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> salvación por<br />

gracia. Pero <strong>la</strong> Biblia esta explícitamente siempre en contra <strong>de</strong> eso. “¿No sabéis que los injustos no<br />

heredarán el reino <strong>de</strong> Dios? No erréis…” (1 <strong>de</strong> Corintios 6: 9) “Hijitos, nadie os engañe, el que hace<br />

justicia es justo, como Él es justo. El que practica el pecado es <strong>de</strong>l diablo…” (1 Juan 3:7-8.)<br />

Y es un hecho que los gran<strong>de</strong>s predicadores <strong>de</strong>l pasado, los predicadores cuyas predicaciones lograron su<br />

finalidad, han estado predicando <strong>la</strong> justicia. Juan Wesley, cuyo éxito en el ministerio <strong>de</strong> <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra, quizá<br />

sobrepase el <strong>de</strong> otros predicadores, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los días <strong>de</strong> los apóstoles, nos dice así: “Si a<strong>de</strong>cuadamente<br />

juntamos <strong>la</strong> fe con <strong>la</strong>s obras en todas nuestras predicaciones no nos faltará bendición. Pero <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s<br />

predicaciones, <strong>la</strong> que generalmente se conoce por <strong>predicación</strong> evangelista, es <strong>la</strong> más inútil, si es no es que <strong>la</strong><br />

más dañina; una aburrida, o bien, entretenida, <strong>de</strong>c<strong>la</strong>mación sobre los sufrimientos <strong>de</strong> Cristo, o <strong>la</strong> salvación<br />

por fe sin inculcar fuertemente <strong>la</strong> santidad. Y veo más y más que esto naturalmente contribuye a eliminar <strong>la</strong><br />

santidad <strong>de</strong>l mundo.” (*).<br />

Charles G. Finney dice, “Debes estar dispuesto a renunciar a todos tus pecados y ser salvo <strong>de</strong> ellos, ¡todos,<br />

ahora y en el futuro! Hasta que _____________________________________________________________<br />

(*) “The Letters of Juan Wesley”, editadas por John Telford; Londres: The Epworth Press, 1931, Vol. V,<br />

Pag. 345<br />

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