la buena predicación gleen conjurske - Centro de Avivamiento ...
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continuar’”. (***). Su biógrafo nos cuenta que muchos <strong>de</strong> sus sermones fueron conservados parcialmente,<br />
con anotaciones simi<strong>la</strong>res.<br />
De David Marks leemos, “Había leído su ‘Narracion’ y consi<strong>de</strong>raba que muchas <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>c<strong>la</strong>raciones<br />
contenidas ahí con respecto al efecto que casi siempre tenían sus predicaciones eran completamente<br />
inexplicables; pero cuando lo escuché por primera vez, mi incredulidad muy pronto se <strong>de</strong>svaneció por<br />
completo. Era una temporada <strong>de</strong> comunión y el tema era sobre <strong>la</strong> Cena <strong>de</strong>l Señor. Sentía que mi alma era<br />
una vasija <strong>de</strong> lágrimas. Reprimí mis sollozos hasta que no pu<strong>de</strong>, y lloré abiertamente. Y así les pasaba a<br />
muchos otros”. (****).<br />
De John Fletcher leemos, “Fue peculiarmente apoyado mientras exponía estas pa<strong>la</strong>bras tan alentadoras, no<br />
<strong>de</strong>secharé a aquel que viene a mi. La gente fue afectada en forma extraordinaria, realmente <strong>de</strong>rretida. Las<br />
lágrimas corrían tan rápido <strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> los trabajadores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s minas <strong>de</strong> carbón, que sus<br />
_____________________________________________________________<br />
(*) ibid. Pag. 294<br />
(**) ibid. Vol. II. Pag. 104<br />
(***) “Savonaro<strong>la</strong>”, por Vil<strong>la</strong>ri, Pags. 309-310.<br />
(****) “Memoirs of Marks”, por su esposa, Pags. 500-501<br />
caras negras eran <strong>la</strong>vadas, por el<strong>la</strong>s”. (*).<br />
Otra vez, “Él predicó esa noche sobre <strong>la</strong> Segunda Epísto<strong>la</strong> <strong>de</strong> Tesalonicenses, capítulo 2:13. La<br />
congregación completa estaba bañada en l<strong>la</strong>nto. Habló como si acabara <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ticar con Dios y los ángeles, y<br />
no como un ser humano”. (**).<br />
Francis Asbury escribe, “Ya había compartido casi dos tercias <strong>de</strong> mi sermón, y estaba actualizando <strong>la</strong>s<br />
pa<strong>la</strong>bras. Cuando, <strong>de</strong>scendió tal po<strong>de</strong>r que los cientos <strong>de</strong> asistentes cayeron al piso y <strong>la</strong> capil<strong>la</strong> parecía<br />
temb<strong>la</strong>r con <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> Dios. La capil<strong>la</strong> estaba llena <strong>de</strong> b<strong>la</strong>ncos y negros y muchos se quedaron afuera,<br />
y por don<strong>de</strong>quiera que viéramos no había mas que ojos fluyendo l<strong>la</strong>nto y caras bañadas en lágrimas y no se<br />
oía otra cosa que gemidos y fuertes sollozos por Dios y el Señor Jesucristo. (***).<br />
Pero me falta tiempo para contarles <strong>de</strong> John Wesley, <strong>de</strong> William Grimshaw, <strong>de</strong> Freeborn Garrettson, <strong>de</strong><br />
Benjamin Abbott, y una gran lista <strong>de</strong> predicadores metodistas, ignorantes e iletrados, <strong>de</strong> Daniel Row<strong>la</strong>nds,<br />
<strong>de</strong> Row<strong>la</strong>nd Hill, <strong>de</strong> Lorenzo Dow, <strong>de</strong> Charles G. Finney, <strong>de</strong> Asahel Nettleton, <strong>de</strong> D. L. Moody, <strong>de</strong> A.B.<br />
Earle, <strong>de</strong> C. H. Spurgeon, <strong>de</strong> R. A. Torrey, <strong>de</strong> Jonathan Goforth, <strong>de</strong> Gipsy Smith. Cualquiera que hayan<br />
sido <strong>la</strong>s diferencias entre estos hombres en otros aspectos, tenían una cosa en común: todos conmovían a<br />
sus oyentes a lágrimas.<br />
La gente pue<strong>de</strong> llorar por varias razones, pero en el fondo <strong>de</strong> todas esas razones encontramos este hecho: <strong>la</strong><br />
fuente <strong>de</strong> sus emociones se ha abierto en sus almas. Son conmovidos. Y éste es el primer resultado <strong>de</strong> una<br />
<strong>buena</strong> <strong>predicación</strong>. Si <strong>la</strong> gente no es conmovida (aunque no necesariamente al punto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s lágrimas), no se<br />
logrará ningún bien.<br />
Pero a<strong>de</strong>más, <strong>la</strong> <strong>buena</strong> <strong>predicación</strong> <strong>de</strong>spierta a <strong>la</strong> gente. Las saca <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scuido y apatía. Los enfrenta con<br />
<strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s realida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> eternidad; los enfrenta con Dios, el cielo, y el<br />
infierno, _____________________________________________________________<br />
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