Grabado en piedra. Las mujeres de Sendero Luminoso - Biblioteca ...
Grabado en piedra. Las mujeres de Sendero Luminoso - Biblioteca ...
Grabado en piedra. Las mujeres de Sendero Luminoso - Biblioteca ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
58 R.Kirk<br />
Cada pabellón era un mundo <strong>en</strong> sí mismo. Allí estaba la celda <strong>de</strong> los<br />
narcos, con sus ant<strong>en</strong>as y el "plato" para recibir la señal <strong>de</strong>l satélite, clavados<br />
<strong>en</strong> el techo <strong>de</strong>l pabellón y listos para conectar a los zares <strong>de</strong> la coca con los<br />
<strong>de</strong>portes y la farándula <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>sarrollado. En la puerta sigui<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> un<br />
edificio tan manchado y fragante <strong>de</strong> orina como un bar limeño, están los<br />
policías corruptos. Los asesinos, secuestradores y ladrones <strong>de</strong> bancos viv<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> un edificio cuyas pare<strong>de</strong>s están totalm<strong>en</strong>te cubiertas <strong>de</strong> pintas. Los dos<br />
pabellones correspondi<strong>en</strong>tes a los subversivos luc<strong>en</strong> limpios y ord<strong>en</strong>ados. El<br />
<strong>de</strong> varones ti<strong>en</strong>e incluso esterillas <strong>de</strong> bambú <strong>en</strong> las v<strong>en</strong>tanas, que <strong>en</strong>rollan o<br />
<strong>de</strong>s<strong>en</strong>vuelv<strong>en</strong> según el clima. Sobre un muro antes usado por los guardias<br />
para prácticas <strong>de</strong> tiro, están pintados <strong>en</strong> rojo la hoz y el martillo.<br />
Como es día <strong>de</strong> visita, los prisioneros y guardias y las primeras visitas<br />
fem<strong>en</strong>inas <strong>de</strong>ambulan por la rotonda. Los prisioneros comunes pregonaban<br />
la v<strong>en</strong>ta <strong>de</strong> sus canastas <strong>de</strong> paja, cuyos luminosos colores relucían al lado <strong>de</strong><br />
sus <strong>de</strong>lgados brazos y su ropa sucia. Algunos hac<strong>en</strong> bu<strong>en</strong> negocio ad<strong>en</strong>tro.<br />
Otros se muer<strong>en</strong> <strong>de</strong> hambre. De vez <strong>en</strong> cuando, los diarios <strong>de</strong> Lima informan<br />
con horror que una mujer permaneció una noche <strong>en</strong>tera, pasando <strong>de</strong> pabellón<br />
<strong>en</strong> pabellón.<br />
A la <strong>en</strong>trada <strong>de</strong> la Trinchera Luminosa, el jefe <strong>de</strong> seguridad nos recuerda<br />
"que una vez d<strong>en</strong>tro estamos a nuestro propio riesgo. Sonríe mi<strong>en</strong>tras dice:<br />
"No voy a <strong>en</strong>viar un guardia allá para acompañarlas, ni tampoco para<br />
recogerlas".<br />
La camarada <strong>en</strong> la puerta le da la mano como a un antiguo socio. El le<br />
explica que t<strong>en</strong>emos permiso oficial.<br />
Haciéndome oír por <strong>en</strong>cima <strong>de</strong>l ruido circundante, le explico el<br />
propósito <strong>de</strong> nuestra visita: Somos periodistas, nos gustaría que nos contara<br />
la historia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su lado". La camarada es baja y fornida, y sus pequeños<br />
ojos pardos están sumergidos <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> sus gruesos anteojos. La <strong>en</strong>trada<br />
t<strong>en</strong>ía colgadas ban<strong>de</strong>ras rojas con la