Grabado en piedra. Las mujeres de Sendero Luminoso - Biblioteca ...
Grabado en piedra. Las mujeres de Sendero Luminoso - Biblioteca ...
Grabado en piedra. Las mujeres de Sendero Luminoso - Biblioteca ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
66 R. Kirk<br />
Una <strong>de</strong> las camaradas me invitó a bailar. T<strong>en</strong>ía un rostro angosto y los<br />
ojos rasgados como un gato. Trataba <strong>de</strong> simular que el gesto era espontáneo,<br />
pero sin conseguirlo. Deseaban una <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> simpatía antes que las<br />
<strong>de</strong>járamos; querían una conversa. Dije que no, aunque sabía que <strong>de</strong>bía<br />
aceptar si quería volver, si quería llegar a conocerlas, si <strong>de</strong>seaba oír algo más<br />
que respuestas planificadas. Pero no pu<strong>de</strong>.<br />
La camarada lo int<strong>en</strong>tó una vez más. "Baila", me dijo. Me tiró <strong>de</strong>l brazo.<br />
La <strong>de</strong>jé hacerlo, sabi<strong>en</strong>do que mi peso <strong>de</strong> gringa aseguraría el balance. Me<br />
soltó, irritada. "Todas quier<strong>en</strong> que bailes". Su mirada era la misma que<br />
Fiorella había t<strong>en</strong>ido con Gloria, la que se le da a algui<strong>en</strong> que está si<strong>en</strong>do<br />
puesto a prueba. Yo <strong>de</strong>saprobé. Era hora <strong>de</strong> partir.<br />
En la <strong>en</strong>trada apareció Chabela, la conocida <strong>de</strong> Vera. "Quiero contarles<br />
mi historia", susurró ansiosam<strong>en</strong>te. "Soy inoc<strong>en</strong>te. He sido acusada<br />
injustam<strong>en</strong>te. No t<strong>en</strong>go nada que hacer con todo esto".<br />
"Ahora no", le advirtió Delia. T<strong>en</strong>ía a Chabela tomada por el brazo.<br />
Chabela sonrió, mirando por <strong>en</strong>cima <strong>de</strong>l hombro para ver quién se había<br />
percatado <strong>de</strong> la esc<strong>en</strong>a. Para su <strong>de</strong>sgracia, pudo ver que todas estaban allí.<br />
Mi<strong>en</strong>tras terminaba el día <strong>de</strong> visita, la g<strong>en</strong>te salía. Ad<strong>en</strong>tro, las <strong>mujeres</strong><br />
s<strong>en</strong><strong>de</strong>ristas estaban alineadas con sus tambores, como para que los visitantes<br />
pasaran revista. Des<strong>de</strong> afuera, saqué mi micrófono. Delia lo señaló. "Es<br />
contra las reglas". De un tirón cerró las rejas <strong>de</strong> hierro. Un policía esperaba,<br />
somnoli<strong>en</strong>to por el largo día <strong>de</strong> sol y cerveza. <strong>Las</strong> <strong>mujeres</strong> ro<strong>de</strong>aron a<br />
Chabela y la condujeron al patio, al son <strong>de</strong> los tambores que marcaban el fin<br />
<strong>de</strong>l Día <strong>de</strong> Visitas.<br />
* * *<br />
Esto es algo que int<strong>en</strong>to explicar a los <strong>de</strong>más. Lo que s<strong>en</strong>tí, esa mezcla<br />
<strong>de</strong> fascinación, horror y p<strong>en</strong>a. ¿Por qué no podía transmitírselo a algui<strong>en</strong><br />
más?