JORGE LUIS BORGES & ADOLFO BIOY CASARES - Lengua ...
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Tennyson, Rizpah (1880).<br />
EL LUGAR DEL PADRE<br />
Dichoso el hijo que tiene a su padre en el Infierno.<br />
Proverbio genovés (citado por Mateo Alemán, en el Guzmán de Alfarache).<br />
EPITAFIO DE EVA, por ADAN<br />
Donde ella estaba, estaba el Edén.<br />
Mark Twain, Eve's Diary (1905).<br />
EL ARREPENTIMIENTO COMO INFIERNO<br />
¡Ved lo que sirve caudal de razón y doctrina y buen entendimiento mal aprovechado! ¡Quién se lo vio llorar<br />
solo, y tenía dentro de su alma aposentado el infierno!<br />
Quevedo, El sueño del infierno (1608)<br />
HABLA SATANAS<br />
Mi vuelo sólo puede llevarme al Infierno; soy el Infierno.<br />
John Milton, Paradise Lost (1674).<br />
LAS NAVES DEL INFIERNO<br />
Para los negros de Benín, el Infierno estaba en el mar: desde el mar arribaban a Benín los navíos de los<br />
negreros.<br />
Dictionnaire de la conversation et de la lecture (1873).<br />
EL MENSAJE DE LOS REPROBOS<br />
Me perdonarás esta añadidura, justificada por la necesidad de llenar la hoja. Algunos espíritus que habían<br />
obtenido permiso de subir del infierno, me dijeron: «De parte del Señor has escrito muchas cosas; escribe<br />
algunas de parte de nosotros.» Les respondí: «¿Qué debo escribir?» Dijeron: «Escribe que todo espíritu,<br />
bueno o malvado, vive en su propio deleite, el bueno en el deleite de su bien, el malvado en el deleite de su<br />
mal.» Pregunté: «¿Cuál es vuestro deleite?» Dijeron que era el deleite del adulterio, del robo, de la mentira y<br />
de la impostura. Les pregunté «¿Cuál es la naturaleza de esos deleites?» Dijeron que otros los percibían<br />
como el hedor de los excrementos, como el olor podrido de los cadáveres y como la acrimonia de orines<br />
viejos. Les dije: «¿Son deleitables esas cosas para vosotros?» Respondieron que eran muy deleitables. Les<br />
dije: «Sois como los animales inmundos que se revuelcan en tales cosas.» Respondieron: «Si lo somos, lo<br />
somos. Pero esas cosas son el deleite de nuestro olfato.»<br />
Emanuel Swedenborg, Sapientia Angelica de Divina Providentia, párrafo 340 (1764).<br />
RESPETEMOS AL CLERO<br />
Quienes desdeñen este Sûtra, o se mofen de un sacerdote, recibirán los siguientes castigos:<br />
Cuando tales hombres parten del mundo, residen durante numerosos Kalpas en el Avîtchi, octavo y último<br />
de los infiernos ardientes; después, mucho después, estos hombres ignorantes mueren en el Infierno.<br />
En efecto, después de morir en los Infiernos, renacen en matrices de animales; débiles, degradados a la<br />
condición de perro, o chacal, son para los demás causa de menosprecio.<br />
Se oscurecen y se manchan; se cubren de erupciones cutáneas y de heridas; pierden la fuerza y el pelo, y<br />
sienten aversión por el estado supremo de Bôdhi, que es el mío.<br />
Después de abandonar esta existencia, estas personas ignorantes nacen con cuerpos de quinientos<br />
Yôdjanas de largo; son perezosos, estúpidos y continuamente vuelven sobre sus pasos.<br />
Renacen desprovistos de pies, condenados a arrastrarse sobre la barriga, devorados por infinitos kôtis de<br />
seres vivos; he aquí los dolores reservados a quienes desprecian un Sûtra como el que yo enseño.