REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DEL NORTE N°s 60 y 61 1
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loS contenidos culturales, religiosoS o étiCoS y la<br />
forma en que chocan con lo público-liberal. Trabajando<br />
SÓlo en el campo jurídico, tratan de extender<br />
la tolerancia liberal y garantizar ciertas<br />
libertades a las minorías. En el fondo, todo lo que<br />
les interesa es garantizar la gobernabilidad y la trata<br />
de garantizar redefmiendo su pretensión de ser juez<br />
neutral.<br />
¿De dónde saca el liberalismo esa pretensión de<br />
ser juez neutral? ¿No es acaso la suya una<br />
valoración más entre otras? El liberalismo pretende<br />
que no lo es sólo porque se basa en una estricta<br />
distinción entre lo correcto -generalmente basado<br />
en una teoría de los derechos individuales- y lo<br />
bueno -que incluye las aspiraciones éticas, culturales<br />
y de identidad de los grupos-. Pero, como<br />
Chantal Mouffe ha señalado, la prioridad de lo<br />
correcto sobre lo bueno (pregonada por Kant y<br />
Rawls) es la consecuencia del ordenamiento<br />
simbólico de las relaciones sociales y es por lo tanto<br />
derivativa de una idea específica de bien (Mouffe,<br />
1990:231). La implicación de ello es que tal separación<br />
no es más que la imposición de una aspiración<br />
sobre las otras. Cuando las teorías políticas<br />
liberales han propuesto la equidad como la máxima<br />
virtud política, han impuesto su racionalidad sobre<br />
otras dimensiones humanas como la solidaridad,<br />
la amistad, el bien común, etc. "La razón imparcial<br />
-dice Iris Marion Young- juzga desde un punto de<br />
vista por fuera de las perspectivas particulares<br />
envueltas en la interacción, un punto de vista capaz<br />
de totalizar las perspectivas en una voluntad general<br />
o total". Esto genera una actitud autoritariacontra<br />
otros posibles puntos de vista, afectando de esta<br />
manera las posibilidades del reconocimiento. "El<br />
sujeto imparcial no necesita reconocer aquellos<br />
sujetos cuyas perspectivas deberían ser tomadas<br />
en consideración y con quienes debería discutir (. ..)<br />
Al contrario, desde un punto de vista imparcial uno<br />
no necesita consultar con nadie, porque ya todas<br />
las perspectivas se suponen tomadas en cuenta en<br />
el punto de vista imparcial." [Young, 1990:96-971.<br />
El pensador pragmatista Richard Rorty , al que<br />
no podríamos llamar propiamente antiliberal, pa~<br />
rece plantear un modo de evitar esta crítica al valor<br />
moral de la neutralidad. Le pide a los liberales dejar<br />
la tendencia kantiana de oponer la justicia a los<br />
sentimientos morales. Habría que dejar de ver la<br />
justicia como emergiendo de una moralidad ligada<br />
a la racionalidad por encima de los sentimientos.<br />
Usar la palabra racional para recomendar la solución<br />
escogida por uno "es halagarse a sí mismo"<br />
[Rorty, 1997: 122]. Para romper con esa idolatría a<br />
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la justicia basada en la racionalidad y sin apego a<br />
los sentimientos. Rorty parte de un ejemplo de<br />
escogencia entre lealtades: no tiene mucho sentido<br />
considerar "más racional preferir a mis vecinos que<br />
a mi familia en caso de un holocausto nuclear".<br />
Siguiendo esa lógica. uno podría pensar la justicia<br />
como una forma de lealtad. una lealtad ampliada.<br />
Así, cuando tenemos un conflicto entre nuestros<br />
deberes para con nuestra familia y nuestros deberes<br />
para con el género humano, no tenemos un conflicto<br />
entre lealtad y justicia. sino entre una lealtad y otra.<br />
"Lo que Kant describiría como el resultado de un<br />
conflicto entre obligación moral y sentimiento o<br />
entre razón y sentimiento es, según la versión no<br />
kantiana. un conflicto entre un conjunto de lealtades<br />
y otro. La idea de obligación moral universal<br />
de respeto a la dignidad humana es reemplazada<br />
por la idea de lealtad a un grupo más amplio: la<br />
especie humana" [Rorty. 1997: 109]. Así. preferir a<br />
la especie humana es una variación de la preferencia<br />
por la familia. Al fin y al cabo. preferimos a la especie<br />
humana frente a los animales y las plantas. De esta<br />
suerte. los problemas de la justicia se convierten<br />
en problemas de circunstancia: "Compartir la<br />
comida con gente empobrecida de la calle es natural<br />
y correcto en épocas normales, pero quizás no<br />
en medio de una hambruna en que hacerlo supusiera<br />
deslealtad con la propia familia" [Rorty .<br />
1997: 105-6].<br />
Con este enfoque, bastante discutible por cierto,<br />
Rorty nos invita a desmitificar el universalismo de<br />
los derechos y la preferencia por la dignidad humana<br />
individual a favor de otras colectividades. ¿Por<br />
qué no pensar la justicia a los grupos excluidos en<br />
términos colectivos y no en términos individuales? ,<br />
¿por qué seguir prefiriendo hablar de justicia<br />
cuando se puede hablar de lealtad, de solidaridad,<br />
de amor, de otros valores que no son preferidos por<br />
la tradición liberal? , ¿por qué seguir presos de la<br />
racionalidad política occidental que, ya desde Platón<br />
y Aristóteles nos ha querido convencer que" en la<br />
justicia está toda la virtud en compendio [Aristóteles,<br />
Ética Nicomaquea: 105] y que "lajusticia es laprimera<br />
virtud de las instituciones sociales como la verdad<br />
lo es de los sistemas de pensamiento" [Rawls,<br />
1971: 17].<br />
No estoy muy seguro de que la propuesta de<br />
Rorty nos ayude a resolver las demandas de justicia<br />
levantadas por el multiculturalismo, el feminismo,<br />
las culturas subaltemas, las religiones no cristianas<br />
y en general por toda la política de la diferencia.<br />
Ellas no piden eliminar el concepto de Justicia sino<br />
alcanzar una plena Justicia simbólica, una justicia