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EUSTAQUIO. SÍ; pero te dará ricos tesoros<br />
Y te regalará mil y mil premios,<br />
Adriano, si renuncias a tu culto<br />
Y si adoras a Jove aun tú fingiendo.<br />
TITO. Juróte renunciarlos, noble padre.<br />
EUSTAQUIO. ¡Oh! quizás renunciar puedes los premios, ¿Pero si<br />
te amenazan con la muerte?<br />
TITO. Antes el cruel cuchillo el tierno cuello<br />
Segará, pues martirio sólo anhela Mi corazón<br />
cristiano, y a Dios ruego Que mi vida en su seno la<br />
reciba, Y reciba contigo el premio eterno.<br />
EUSTAQUIO. ¡Estando ella lejana no la temes!<br />
Mas estando presente, cuando fiero Soldado te<br />
prepare el rudo golpe Que te quiere acabar, con<br />
temor ciego Te escaparás quizás de los soldados.<br />
TITO. ¡Ah! no me escaparé, créeme, padre:<br />
Doblaré mis rodillas en el suelo; Con la lengua<br />
diré: "Señor, recibe Mi alma, pues por tu amor y fe<br />
yo muero."<br />
EUSTAQUIO. ¡Cristo tu corazón conserve, Tito, Te<br />
salve, tu inocencia protegiendo!<br />
TITO. ¿NO dijiste que Cristo fortalece<br />
Y anima el corazón con premio eterno Para que<br />
resistir al infiel pueda?<br />
EUSTAQUIO. ¡Sí, Tito, sí; esperar de Dios debemos Fortaleza,<br />
valor, firme constancia! Él prometió asistir sus<br />
fieles siervos En su martirio noble y glorioso.<br />
He conocido a débiles y tiernos Niños, mujeres,<br />
jóvenes, ancianos Que armados del poder de Dios<br />
vencieron Los trabajos, la muerte, con fe pura, Cual<br />
resplandor brillante del gran Febo, Llenando de pavor<br />
a sus enemigos, Cercados de luz célica los vieron;<br />
Constantes y alegres estas tierras Dejaron y volaron a<br />
los cielos. Pero tú, Tito, escúchame cual debes: Adorar<br />
a los dioses no podemos. Mas podemos huir, Dios no lo<br />
niega; A otra parte, si quieres, nos iremos Antes que a<br />
un peligro tú te expongas.<br />
TITO. Pero, padre, ¿por qué siempre temiendo