Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
57<br />
CORNELIO. ¡Temo que Claudio . . . siento la sentencia!<br />
ESCENA VÍI<br />
Adriano y dichos con lictores y<br />
sacerdotes<br />
CORNELIO. ¡Oh! salvóse por fin la ley trajana, El<br />
honor de los dioses juntamente.<br />
ADRIANO. Pero no la palabra corneliana Ni su<br />
fidelidad. Precisamente Todo el<br />
bando del águila romana Tus<br />
calumnias verídico desmiente;<br />
Pues apenas los Jefes lo supieron<br />
A Eustaquio persuadirle prometieron.<br />
CORNELIO. Gran Emperador, por Jove juro Que de<br />
lento acusarte se atrevían En condenar a<br />
Eustaquio, y te aseguro Que por verle<br />
morir se complacían . . .<br />
ADRIANO. Apresurado has, pérfido perjuro, La tal<br />
condenación que lo pedían, Como dices, las leyes de<br />
Trajano Ejecutándola por tu propia mano; Pero, no<br />
obstante, quedóme dudoso . . . Quiero ver si cual<br />
cuerdo me serviste, Cuando te entregué a Tito el<br />
animoso Para darle a su padre, ¿obedeciste A lo<br />
que te mandaba? ¡Ah! cruel, doloso, ¿Puedes aun<br />
recordar lo que dijiste? ¿Con qué fidelidad hasme<br />
servido? ¿Mis mandamientos has contradecido?<br />
CORNELIO. Señor . . . ¿Qué duda es ésta? yo no entiendo . .<br />
Hablóle cual me habías tú mandado . . . Mas, ¿cómo<br />
recordar, no lo pudiendo?<br />
ADRIANO. Si en tu mente no tienes lo grabado,<br />
Acuérdate del crimen tan horrendo<br />
Animándole a Tito, desgraciado Contra<br />
Júpiter, Roma a rebelarse ¡Pensando que<br />
puédeme ocultarse! Ya descubrí tu<br />
crimen, y no obstante También tu palidez<br />
me lo confiesa. Tú sentir deberías al<br />
instante Que veas que el delito, ya te<br />
pesa. Tito no me lo dijo, fué un amante<br />
Apreciador de la infeliz vida esa Que de<br />
sacrificar acabas fiero En las aras de un<br />
numen carnicero. Y finges serme fiel<br />
estimulando A que nieguen de los dioses<br />
la potencia. Cuando muchos caudillos<br />
esperando Conseguir el perdón de mi<br />
clemencia, Tú te levantas sólo<br />
maquinando A que les apresure la<br />
sentencia . . .<br />
Esto lo causan tus fingidos celos Dando al<br />
Emperador grandes desvelos; Tú creyendo que en ti<br />
yo confiaría La nave y poder del vasto estado Y que<br />
tu personaje se pondría En mi radiante y<br />
majestuoso lado . . . Mas te concedo yo, por su<br />
osadía, Que te embarques ahora apresurado Que a<br />
Ostia vayas por tu infame yerro A sufrir para<br />
siempre el cruel destierro. Jamás saldrás de allí por