12.05.2013 Views

OCR - non

OCR - non

OCR - non

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

58<br />

ser ingrato; No alivio gozarás sino tormento, Ni<br />

pisarás a Roma, pueblo grato, Ni probarás allí rico<br />

alimento Por desobedecer a mi mandato.<br />

CORNELIO. Señor, perdona . . . ruego a tu clemencia<br />

ADRIANO. Envidioso, vé y sal de mi presencia.<br />

MÉTELO. Eres tú, señor, justo y clemente,<br />

Pues procedes cual debe un soberano.<br />

ADRIANO. Y tú, Mételo, piensa y no te aliente<br />

La envidia y ambición, no, de un humano. Mira a<br />

Cornelio que en matar consiente A los leales por su<br />

propia mano, De la infidelidad huye del templo.<br />

MÉTELO. Aprenderé, oh Adriano, con tu ejemplo.<br />

ESCENA ÚLTIMA Claudio y dichos ADRIANO. ¿De dó vienes,<br />

Claudio? ¿Qué nuevas me traes?<br />

CLAUDIO. Eustaquio, ¡oh! Adriano, murió con sus hijos Tras<br />

dura batalla y dolores prolijos. Decirte no puedo la<br />

fiel relación. El pueblo lloraba de llanto movido, Al<br />

ver a los niños que alegres reían Y plácido el rostro<br />

contentos morían. Movióse mi pecho por dulce<br />

emoción. Orando ofrecía su cuello al verdugo El<br />

candido Tito, que suave reía * » .<br />

Saltó su cabeza que hermosa se erguía<br />

Del hierro al impulso de mano feroz.<br />

Su padre al instante la coge y la besa<br />

Con tierno cariño en el rostro marcado,<br />

^ ................... 7<br />

Orando ferviente y en plácida voz.<br />

De Flavio, mi amigo, la hermosa cabeza<br />

Se aparta del tronco en el mismo momento.<br />

Lloraba mirando suceso sangriento,<br />

Que el pueblo tenía lloroso también.<br />

Eustaquio siguiólos alegre y contento<br />

Y ofrece su vida con ánimo fuerte<br />

Del hierro y el fuego esperando igual suerte<br />

Por ver a sus hijos en célico edén.<br />

Morir yo pensaba al mirarlos tan fieles,<br />

Al verlos con rostro sonriente y contento<br />

Sufrir animosos el fiero tormento.<br />

¡Qué imagen tan tierna, feliz sumisión!<br />

Movióme en extremo que Flavio que Tito,<br />

Con voz cariñosa decíame a mi:<br />

"Oh Claudio, oraremos nosotros por ti"<br />

Aguda saeta me hirió el corazón.<br />

ADRIANO. La ley de Trajano y el fiero Cornelio<br />

Privaron a Roma de un hombre valiente. De secta<br />

cristiana que odiaba la ley. Sentía en extremo que<br />

fuese creyente; Sentía en extremo obligarle mi<br />

mando Haciendo que crea en un numen potente,<br />

Querer que privóme de un Jefe valiente Dejando<br />

esparcida su bélica grey.<br />

CLAUDIO. De lástima dignos no fueron por cierto.<br />

7Falta aquí una línea: el sentido y la rima lo denuncian.—Ed.<br />

(Texto facilitado por el Dr. Leoncio López-Rizal)

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!