Escenarios de Ciudadanía - La Ciudad Humanizada

ESCENARIOS
DE CIUDADANÍA
modificar el Reglamento, no que el referéndum en sí mismo modifique el Reglamento o
la ordenanza municipal, por lo que sería conveniente darle un plazo, exigirle un plazo al
Pleno del Ayuntamiento para que se pronuncie sobre el resultado de la consulta. Si hay que
modificar una ordenanza, pues darle un plazo expresamente en el reglamento municipal
si no se prevé a nivel de Ley autonómica, que no se prevé, sólo en la Ley de Navarra y
en este sentido, es bastante buena esta ley porque prevé un plazo dentro del que el Pleno
debería pronunciarse sobre el resultado de la consulta. Como no existe en el caso andaluz,
sería bueno que fuera la corporación local la que estableciera en esos reglamentos un
plazo. Eso no vulnera ningún derecho constitucional ni requiere reserva de Ley, por tanto
lo puede hacer muy bien un Ayuntamiento, pues obligaría más al Pleno municipal. Y esto
es mi exposición y ya contestaré a las preguntas que me hagáis, si me las hacéis.
Interviene JUAN CARLOS MADROÑAL
Muchas gracias Antonio. Yo creo que después de las cosas tan interesantes que han
comentado el resto de ponentes me voy a limitar un poco a abrir el espacio para que
todos podamos debatir estos temas. Únicamente me gustaría mencionar, lanzar para la
reflexión tres preguntas. Y antes de nada, antes Paula ha mencionado el artículo 23.1 de
la Constitución que a mí me gusta mucho y siempre que tengo oportunidad lo leo, así que
lo voy a leer.
Interviene PAULA GARVÍN
Yo lo tengo en la cabecera de la cama. (entre risas)
Interviene JUAN CARLOS MADROÑAL
Dice el artículo 23.1 que los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos
públicos directamente o por medio de sus representantes. Esto, para dejar bien claro que
no estamos hablando de algo, no ya inconstitucional, sino que ni siquiera está lejos del
espíritu de la Constitución. Nuestra Constitución nos está dando el derecho a participar
directamente en las decisiones, sin embargo únicamente podemos decidir cada cuatro
años. Entonces, la primera reflexión que yo creo que deberíamos hacernos hoy es: ¿podemos
permitirnos renunciar a la soberanía popular durante cuatro años? ¿Nuestro sistema es
capaz de soportar durante mucho tiempo el que los ciudadanos no puedan participar directamente,
salvo en los períodos de elecciones, cuando además nuestra Constitución nos da
ese derecho? Esa sería quizás la primera reflexión que me gustaría hacer. Otra es: ¿por qué
no se utilizan los instrumentos, que ya tenemos, de democracia directa?, porque es cierto
que a nivel autonómico o estatal los ciudadanos no podemos recoger firmas para someterlas
a referéndum, pero podemos hacerlo a nivel local y en algunas autonomías, como
Antonio nos ha contado muy bien, tenemos incluso regulado el procedimiento para hacerlo.
¿Por qué hasta ahora todavía en Sevilla desde el movimiento vecinal, desde la gente, de
los ciudadanos no ha habido nunca una propuesta de referéndum? ¿a qué se debe? Y por
último, y yo creo que una pregunta consecuencia de la anterior es: ¿qué debemos cambiar
para hacer estos procedimientos más utilizables? ¿en qué estamos fallando? ¿por qué los
instrumentos que ahora están disponibles en manos de los ciudadanos no funcionan, son
como inexistentes? Y ahí yo me atrevo a lanzar una pequeña reflexión, no la respuesta, que
espero que luego entre todos podamos encontrarla, sobre el diseño de esos instrumentos.
¿El pedir un cinco por ciento o un diez por ciento de firmas es razonable o únicamente da
el poder de iniciativa a grandes grupos económicos o grandes grupos organizativos que ya
tienen la posibilidad de recoger esas firmas? El dejar tan ambiguos o en algunos casos, ni
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