12.05.2013 Views

LA MONTAÑA DE LOS SIGNOS - Iberescena

LA MONTAÑA DE LOS SIGNOS - Iberescena

LA MONTAÑA DE LOS SIGNOS - Iberescena

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Es una labor exigente, ritmica, donde poco a poco se van sintiendo los rigores del desgaste físico. Pero<br />

los personajes están en la etapa culminante del camino. Deben construir lo más rápidamente posible, con altos<br />

respetos ceremoniales, el universo circular que permite incluir lo cósmico y lo individual, sin exclusiones entre<br />

la conciencia y el inconciente.<br />

Las presencias hacen repercutir los tambores Tarahumara, de manera constante, con intensidades<br />

rítmicas que se compaginan con las acciones de Antonin Artaud y Antonio Morales.<br />

Se mezclan los placeres y las náuseas en una búsqueda de opciones, en las reacciones del movimiento.<br />

Las presencias-danzantes giran, bailan, cantan, avivan el ambiente.<br />

Como si ascendieran una montaña por lados distintos, los dos personajes, de tiempos opuestos, de<br />

diferentes mundos y momentos, comienzan a compartir el esfuerzo común, el sudor, la respiración, la sensación,<br />

las mismas tensiones físicas y mentales que surgen en la acción directa de la comunicación escénica.<br />

Antonin Artaud<br />

Los Tarahumara son una raza principio, un punto de origen, el último contacto con la sa-<br />

biduría de los antiguos... A diferencia de los racionalistas que están acabando con la hu-<br />

manidad creo que hay que mirar no solo el anverso de las culturas, también el reverso, para<br />

descubrir las realidades que hay detrás de la realidad. Es como un libro de sueños donde<br />

cada página trae los mismos misterios, es como un trago de agua que siempre refresca y<br />

nunca sacia.<br />

Antonio Morales<br />

Antonin Artaud<br />

Suceden cosas extrañas en la Sierra Tarahumara. Por eso tengo la certeza que usted no<br />

existe, está muerto, ahora se que cuando vino a la Sierra Madre ya no había remedio, estaba<br />

dislocado, mentalmente no podía llenar las fisuras producidas por el choque de ideas y la<br />

combustión de un camino de conocimiento donde vida y poesía podían concurrir en una<br />

amalgama alquímica. Pero la seducción del desequilibrio pudo más que la razón y las fuer-<br />

zas interiores se descompensaron hasta hacer evidente lo inobjetable.<br />

Creo que he perdido la noción de tiempo o quizá en estas inmensidades abismales se establece<br />

una relación diferente con el transcurso temporal del universo. Aquí un día es un siglo que no<br />

tiene prisa y un período de tiempo es la suma estelar de 25.000 millones de años. Me lo expli-<br />

có un indio con 260 frijoles que guardaba en un pañuelo colorado. Por eso no dudo que usted<br />

es producto de mi delirio. Me esta ayudando a completar el circulo de mi propio destino, para<br />

que la vida y la muerte giren como una rueda de piedra que sirve para moler las razones y los<br />

intentos de explicar lo inefable. Ya no existo si no es a través de los recuerdos y aún así puedo<br />

producir imágenes y personajes como usted.<br />

37

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!