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LA MONTAÑA DE LOS SIGNOS - Iberescena

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Escena I<br />

En L a E stacion de Bocayna<br />

Antonio Morales está en la estación ferroviaria de Bocayna, un pueblo que da paso a la Sierra Tarahu-<br />

mara. Ha llegado unas horas atrás y mientras orienta su camino y hace algunos contactos, ha sentido<br />

el impulso de recoger sus primeras notas de viaje. Tiene una grabadora de mano, arcaica, del siglo xx y<br />

anda con una maleta que deja ver los vestigios de viajes anteriores. Una maleta sobria, dura, que intenta<br />

replicar la que pudo llevar el poeta Antonin Artaud.<br />

Una luz precisa define al cronista con nitidez. El resto de escenario está oscuro. Resuena un<br />

fondo de aguacero y vientos fuertes que mueven ramajes y techumbres.<br />

El Cronista<br />

Notas de viaje tomadas con grabadora en mano<br />

Contesta el teléfono movil<br />

Bocayna, Sierra Tarahumara, Agosto 7 de 2007.<br />

He arribado al umbral de mi destino y los caminos inesperados siguen siendo el propósito<br />

del viajero que llevo por dentro. Esta mañana estaba en la ciudad de Chihuahua, tomando<br />

el tren que atraviesa la Sierra Madre y llega hasta el Pacífico, en Sinaloa. Después del medio<br />

día arribé a Bocayna, una estación intermedia, un pueblo enclavado en la topografía abrupta<br />

de las montañas. Estoy siguiendo los rastros del poeta Antonin Artaud, que hace setenta<br />

años se atrevió a explorar los caminos ancestrales de la Sierra Tarahumara, cuando muy<br />

pocos blancos habían logrado entrar en contacto con los rituales sagrados de los Rarámuri,<br />

o Tarahumara, el pueblo original que habita estos parajes desde tiempos milenarios.<br />

Hola, amor, qué sorpresa. Me alegra que este aparato funcione estando en la estación más<br />

remota de la tierra. Me asombro porque sigo perteneciendo al Siglo xx (…) Estoy con-<br />

mocionado, si, es algo especial.(…) Estoy comenzando a recoger notas, sobre la marcha, tú<br />

sabes que soy emotivo y las palabras me van naciendo. (…) En estos momentos estoy en la<br />

estación ferroviaria de Bocayna, un pueblo donde se siente la sierra y donde Antonin Ar-<br />

taud inició el último tramo de su viaje al corazón del conocimiento indígena. (…) Francés,<br />

él era de Marsella. Belga no, francés (…) Llueve a cántaros y aún no entro en contacto con<br />

el guía que me ofreció sus servicios por Internet. Tal vez la lluvia le ha impedido llegar.(…)<br />

También te extraño y quisiera estar contigo pero tú sabes que estoy en lo que más me gusta<br />

(…). Si, tú me gustas, claro, pero es distinto. Hasta luego, saludos al jefe, dile que gracias,<br />

que apenas pueda le escribiré, que estoy disfrutando. Aló, aló.<br />

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